La elección de Rafael Louzán (Ribadumia, Pontevedra, 1967) como nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) supone un respaldo fundamental para consolidar la posición de A Coruña para albergar el Mundial 2030. El dirigente gallego, conocedor del proyecto herculino y firme defensor de su viabilidad, se presenta como la pieza clave que garantiza el éxito de la candidatura coruñesa, convertida ya en sede oficial. Estas son las cuatro claves que explican por qué Rafael Louzán es un activo fundamental para el impulso definitivo de A Coruña hacia el Mundial 2030.
La presencia de Rafael Louzán al frente de la RFEF, según fuentes consultadas por este diario, garantiza la tranquilidad para A Coruña ante cualquier incertidumbre sobre su continuidad como sede. Aunque la FIFA ya ratificó las ciudades elegidas, históricamente se han producido modificaciones en contadas ocasiones, y A Coruña partió con una de las notas más bajas entre las sedes en el informe de la FIFA, superando únicamente a Asunción (Paraguay).
Este escenario, sumado a la presión de Valencia por incorporarse al listado, ha generado ciertas dudas. Sin embargo, Louzán se ha mostrado firme en mantener las sedes confirmadas y en trabajar para que nuevas incorporaciones no afecten a las ya seleccionadas: “Creo que Valencia se merece que sigamos trabajando para que esa comunidad sea ciudad candidata para el Mundial 2030. Se han quedado fuera, también Vigo, y creo que mi trabajo debe estar centrado en eso. Mantener las once que tenemos, pero toda la Comunidad Valenciana y Valencia se merecen ser sede”, declaró Louzán tras su elección. Esta postura garantiza que, incluso si Valencia lograse finalmente entrar, A Coruña mantendrá su condición de sede mundialista.
Gonzalo Castro, concejal de Cultura y Turismo de A Coruña, resumió esta visión en declaraciones a Coruña Deportiva-Cadena SER. “Que el presidente de la RFEF fuese un presidente gallego conllevaría la tranquilidad para la candidatura”, aseguró Castro la pasada semana, antes de la elección de Louzán como máximo mandatario de la Federación Española.
Rafael Louzán ha estado implicado en la candidatura de A Coruña desde sus inicios, con un seguimiento exhaustivo del proyecto y sus posibles variantes. Esta experiencia le permite defender con firmeza la propuesta ante la FIFA y otros organismos internacionales, un aspecto crucial en las fases de desarrollo e implementación del Mundial.
El dirigente gallego no solo comprende los retos logísticos y estructurales del proyecto, sino que también valora la importancia estratégica de A Coruña como ciudad sede. Su capacidad de interlocución con la FIFA y su conocimiento de los procesos de selección le convierten en el defensor idóneo para garantizar el éxito del proyecto coruñés.
La exigencia de la FIFA de ampliar el estadio de Riazor a 48.000 espectadores ha sido uno de los grandes desafíos de la candidatura coruñesa. Sin embargo, tanto Rafael Louzán como las autoridades locales defienden una solución más ajustada a la realidad del Deportivo y de la ciudad, proponiendo un aforo de alrededor de 42.000 espectadores.
En declaraciones recientes a la Radio Galega, el nuevo jefe del fútbol español explicó su postura con claridad: “Non ten sentido ir a un estadio de 48.000 persoas cando a media de asistencia está en 24.000-25.000. Espero que o Dépor volva pronto a Primeira e quizais a asistencia chegue entón a 32.000”, aseguró, dejando entrever que su trabajo estará enfocado en dialogar con la FIFA para encontrar un equilibrio sostenible.
Esta visión es compartida por el Concello de A Coruña. De hecho, Gonzalo Castro defendió un modelo similar al de Anoeta, en San Sebastián. “Lo que tenemos que hacer es adaptar el proyecto a la necesidad real. ¿Y cuál es? Yo creo que estaremos en una situación parecida a Anoeta, que tiene 42.000 espectadores. Hablo de Anoeta porque San Sebastián es una ciudad con 60.000 habitantes menos que A Coruña y un estadio de 41.000 espectadores”, explicó Castro, subrayando que el apoyo de la afición del Dépor respalda un aforo de este calibre: “¿Hay masa social en el Dépor para 41.000? No menos que la de San Sebastián. Lo tengo claro”.
La coincidencia de criterios entre Louzán y las autoridades locales caminan de la mano hacia un enfoque realista que pueda cumplir con los requisitos para albergar la cita internacional sin imponer una reforma desproporcionada.
La victoria de Rafael Louzán sobre Salvador Gomar, principal defensor de la candidatura de Valencia, elimina un riesgo significativo para A Coruña. Con Gomar al frente de la RFEF, las posibilidades de que Valencia pudiera suponer una amenaza para A Coruña habrían sido mayores, especialmente en un contexto donde la ciudad levantina sigue presionando para incorporarse al listado de sedes.
No obstante, el principal problema de la candidatura valenciana radica en su estadio, el Nuevo Mestalla, una estructura que lleva años inacabada y que presenta serias dificultades de cara a su finalización. El esqueleto del estadio, paralizado desde hace años, requiere importantes intervenciones para poder cumplir con los estándares exigidos por la FIFA e incluso para preservar la integridad y la seguridad de la propia construcción.
Mientras tanto, Louzán se mantiene firme en su intención de trabajar por la inclusión de Valencia, pero siempre “manteniendo las once sedes ya confirmadas”, lo que garantiza la seguridad de A Coruña en el Mundial.
Por otro lado, Vigo, otra de las ciudades que Louzán ha defendido públicamente su posible inclusión como sede, se enfrenta a sus propios desafíos. La actual reforma de Balaídos dejará al estadio con un aforo de aproximadamente 32.000 espectadores, por debajo de las cifras exigidas por la FIFA. La hipotética entrada de Vigo, por tanto, está sujeta a dos poco probables vías: la realización de una nueva reforma de Balaídos o un acuerdo extraordinario con la FIFA para admitir un aforo bajo de cara a albergar partidos de la fase de grupos y dieciseisavos de final.
Por lo tanto, la llegada de Louzán a la presidencia de la RFEF es una excelente noticia para A Coruña en su camino hacia el Mundial 2030. Su defensa de la candidatura herculina, su conocimiento del proyecto, su postura realista respecto a la reforma de Riazor y su capacidad para frenar amenazas externas como la de Valencia convierten a Louzán en un aliado estratégico para consolidar a A Coruña como sede mundialista.