Arrasate ante el reto de superar el legado de Javier Aguirre
El Mallorca de Jagoba Arrasate tiene por delante esta temporada la exigente tarea de intentar superar, o como mínimo igualar, los registros que firmó el pasado curso Javier Aguirre, ahora seleccionador de México, en el banquillo bermellón.
Aires de renovación llegan al conjunto balear, que decidió prescindir del técnico que condujo a sus jugadores hacia una final de Copa que perdió ante el Athletic y que consiguió una salvación fiable. Arrasate, después de seis cursos en Osasuna en los que firmó un ascenso, una final de Copa y una clasificación para la Liga Conferencia, será el encargado de dar continuidad al proyecto de Aguirre.
El entrenador vizcaíno ya sabe a lo que se enfrenta tras los partidos amistosos jugados en la pretemporada, todos saldados con triunfos ante el Crewe Alexandra (1-3), Barnsley (0-1), West Bromwich Albion (0-1), UD Poblense (0-5), Burgos (0-2) y Bolonia (1-1)
"Necesitamos diferentes cosas para adaptarnos a todo y crecer en la idea. Todavía, como es normal, estamos lejos, pero estamos dando pasos", señaló Arrasate en un primer balance del trabajo realizado en Inglaterra.
La plantilla que dirige está en pleno proceso de reestructuración, con altas (solo tres por ahora: Takuma Asano, Johan Mojica y Mateu Morey) y bajas (Jaume Costa, Pedrag Rajkovic, Matija Nastasic, Nemanja Radonjic, Nacho Vidal y Gío González), pero la directiva ya le ha enseñado el camino a seguir y que no admite discusión: mantener la categoría al precio que sea.
Y eso, la continuidad en Primera División, fue el argumento de peso que Aguirre esgrimió cuando la directiva le anunció (él dice que se enteró por la prensa) de que su etapa al frente de la dirección técnica del club balear había concluido.
En el haber del técnico mexicano suman el noveno puesto y los 50 puntos de su primer año, la final de la pasada Copa del Rey (la perdió ante el Athletic) y la clasificación para la Supercopa de España 2025 en Arabia.
El preparador de Ciudad de México cumplió con creces lo que se le encomendó en unos momentos críticos para la entidad mallorquinista, en marzo de 2022, con el equipo con un pie en Segunda. Dos temporadas después, Aguirre puede presumir de que hizo lo que le pidieron, mantener la categoría, aunque quizás con una sola excepción: dotar a su equipo del 'jogo bonito' tan anhelado por la parroquia mallorquinista.
La defensa de cinco que empleó de principio a fin en la isla y la escasa producción ofensiva terminaron por desencantar a una parte de la afición, que no le perdonó su planteamiento ultraconservador (el equipo encajó 44 goles, marcó 33 y solo ganó 8 de los 38 partidos disputados).
Arrasate toma las riendas del Mallorca tras una brillante etapa en el Atlético Osasuna con la misión de "crear un equipo vertical, valiente y que sea lo mas ambicioso posible", según declaró a su llegada a Palma.
Y su discurso lo ha puesto en práctica: el sistema de juego empleado hasta ahora entierra la defensa de cinco y potencia uno más agresivo, un 4-4-3 ó 4-4-2, según las circunstancias y el rival que tendrá enfrente.
El técnico vasco cuenta con el grueso de la plantilla que estuvo a las órdenes de Aguirre, reforzada con los fichajes del extremo japonés Takuma Asano (libre, Bochum) y los laterales, el balear Mateu Morey (libre, Borussia de Dortmund) y el colombiano Johan Mojica (Villarreal).
Futbolistas de la talla del capitán Antonio Raillo, Vedat Muriqi, Sergi Darder, Pablo Maffeo, Dani Rodríguez y el portero Dominik Greif, columna vertebral del once bermellón, lideran la propuesta de Arrasate esta temporada.
Los próximos días serán clave para terminar de perfilar el grupo de jugadores que afrontará la temporada 2024-2025, cuyo primer desafío es monumental: la visita del Real Madrid a Son Moix (sábado 18 de agosto) con su flamante estrella Kylian Mbappé al frente.
Simeone quiere más
Relanzada su ambición con los fichajes de Julián Álvarez, Alexander Sorloth y Robin Le Normand, el Atlético de Madrid, Diego Simeone, la plantilla y la afición quieren y necesitan ir más allá de la indispensable clasificación para la Liga de Campeones, asumida la complejidad que eso supone contra el Real Madrid y el Barcelona, pero inconformistas ante una realidad contra la que ya se rebelaron con éxito en 2014 y 2021.
En los últimos veinte años, son el único equipo y el único entrenador de forma inseparable que han ganado LaLiga a ambos "monstruos", como los ha calificado alguna vez el propio Simeone. En 2013-14, dentro del ciclón Diego Costa, con un bloque inabordable en su defensa, y en 2020-21, con un estilo completamente distinto, con un perfil ofensivo y con el irreductible goleador Luis Suárez. Dos Atléticos, un mismo líder y dos momentos históricos.
Su aspiración apunta ahí de nuevo. Más aún con los refuerzos y la inversión de este verano, por encima de los 150 millones entre fijos y variables: el delantero campeón del mundo argentino Julián Álvarez desde el Manchester City; el goleador noruego Alexander Sorloth desde el Villarreal y el central ganador de la Eurocopa 2024 Robin Le Normand, desde la Real Sociedad, a la espera de la resolución o no de la incorporación del centrocampista inglés Conor Gallagher desde el Chelsea, tras el frustrado traspaso en sentido contrario de Samu Omorodion.
El pase a la 'Champions' cada uno de los últimos doce años tiene mucho mérito. Solo hay seis equipos que no han fallado en ese tiempo. Aparte del Atlético, el Real Madrid, el Barcelona, el Bayern Múnich, el Manchester City y el París Saint Germain. Pero no colma ni a él ni a la hinchada ni a sus futbolistas. Es una garantía económica y deportiva, con 750 millones ya de estabilidad por ingresos directos de esta competición, pero no son títulos.
Y son ya tres años sin alcanzar la cima en la época más ganadora de la historia, con ocho trofeos. En ese sentido, la pasada temporada fue dañina y despertó dudas -más insistentes en los últimos tiempos-, porque se separó tanto y tan pronto de la pugna por LaLiga, lastrado por su versión visitante en contraste con su imponente curso local; fue doblegado en cuartos de final de la Liga de Campeones por el Borussia Dortmund -después subcampeón- con un partido menor ante el Muro Amarillo del Signal Iduna Park y su choque de vuelta en las semifinales de la Copa del Rey ante el Athletic fue un fiasco en San Mamés.
Mientras asoma al fondo del curso la irrupción en el novedoso Mundial de Clubes y está fuera de la Supercopa de España -por su cuarta posición en la pasada Liga, el peor puesto de todas y cada una de las doce campañas enteras del técnico al frente del Atlético-, LaLiga es el día a día esencial, pero surgen más frentes: la nueva Liga de Campeones es la pasión aún inabarcable, con aquellas dos crueles finales en la memoria en 2014 y 2016, y la Copa del Rey es siempre un aliciente. No la gana desde 2013, cuando inició todo lo que vino después.
El decimotercer proyecto de Simeone no solo cambia el aspecto del equipo en determinadas posiciones, sino que lo mejora notablemente, tras un mercado de fichajes que ha sido una montaña rusa: la velocidad inicial en las salidas (los defensas Mario Hermoso, Gabriel Paulista y Stefan Savic, el centrocampista Saúl Ñíguez y los delanteros Memphis Depay y Álvaro Morata, este último con el abono de su cláusula de rescisión de 13 millones de euros para irse al Milan), el trayecto directo para contratar a Robin Le Normand (ha pagado 34,5 millones de euros más 5 en variables a la Real Sociedad), el desencuentro con Artem Dovbyk (con versiones contrapuestas de club y jugador, que fichó por el Roma) y los fichajes de Sorloth, Julián Álvarez y quizá Gallagher para una plantilla sumamente competitiva.
Añadida la vuelta de su cesión de Giuliano Simeone, si se culmina la incorporación de Gallagher, serán las cinco novedades del Atlético 2024-25, que sostiene su base, como el portero Jan Oblak, los centrales José María Giménez y Axel Witsel, los centrocampistas Koke Resurrección, Marcos Llorente, Rodrigo de Paul; el carrilero o extremo Samuel Lino; y el delantero Antoine Griezmann. Ocho de los once titulares de la alineación tipo del técnico durante el pasado ejercicio siguen inamovibles.
También es un momento distinto para Arthur Vermeeren, cuyo semestre de adaptación debe dar paso a mucho más en esta campaña, aunque su cesión a otro equipo cobra fuerza para este curso. Rodrigo Riquelme también debe crecer más. Y Thomas Lemar, componente del último medio campo campeón (junto a Koke y Llorente en 2020-21), pero sin competir desde septiembre de 2023 por la rotura del tendón de Aquiles derecho, ya está repuesto.
Igualmente, continúan Horatiu Moldovan, Nahuel Molina, Reinildo Mandava, César Azpilicueta y Pablo Barrios, a la espera de qué sucede con Ángel Correa... Y Joao Félix, cuya hoja de ruta apunta fuera del Atlético, aunque la pretemporada lo ha propuesto con ganas, talento, minutos, titularidades, goles (dos) y asistencias (una); al contrario que hace un año, cuando no disputó ningún encuentro del verano, tan asumida como estaba su marcha, que finalmente fue cedido al Barcelona para retornar ahora.
Ofertado en las últimas horas al Chelsea, el atacante portugués (no juega un encuentro oficial con el Atlético desde el 8 de enero de 2023, cuando se fue cedido primero al Chelsea y después al Barcelona) sigue por el momento en la plantilla de Simeone cuando se acerca el estreno de la competición del próximo lunes, 19 de agosto, contra el Villarreal en el estadio de la Cerámica. Su rendimiento ha sido bueno en esta pretemporada, resuelta por el equipo rojiblanco con un pleno de tres victorias, una de ellas en la tanda de penaltis, nueve goles a favor y solo uno en contra. En su último test venció 2-0 al Juventus.
Los jóvenes, el aire fresco de Flick y la llegada de Olmo, atractivos del nuevo Barça
Con el estímulo de los nuevos talentos de la Masia, como los ya consolidados Lamine Yamal y Pau Cubarsí, o Marc Bernal y Marc Casadó, estrellas de la pretemporada, y la llegada de Dani Olmo, el Barcelona de Hansi Flick busca dejar atrás las sensaciones de los últimos años con un fútbol más físico y un nuevo sistema.
El final de la temporada pasada, sin títulos y con el adiós de Xavi Hernández, llevó al presidente del club, Joan Laporta, a dar un giro de 180 grados a la situación deportiva del equipo, con la contratación del técnico alemán y el avance de negociaciones para revertir la delicada situación financiera de la entidad.
El nuevo entrenador ha traído consigo una nueva forma de trabajar con respecto al banquillo anterior, centrado en pulir el aspecto físico de la plantilla, un control aún más exhaustivo sobre las lesiones y un nuevo sistema marcado por un doble pivote, convertible en un 4-3-3, especialmente en acciones ofensivas.
Apuesta por la Masia La pretemporada sirvió como prueba piloto para ensayar posibles onces de cara al inicio de temporada, y en este experimento brilló la dupla de Marc Bernal y Marc Casadó en el doble pivote, una posición que, desde el adiós de Sergio Busquets, quedó huérfana y en la que han sido probados -sin gran éxito- distintos jugadores.
Ante este escenario, Flick aseguró al finalizar la gira americana que, con estos jóvenes y los lesionados, "hay jugadores suficientes ahí", por lo que se espera que ambos canteranos asuman responsabilidades en el primer equipo a lo largo del año.
En el capítulo de altas, de momento solo figuran la de Pau Víctor, máximo anotador en la Primera Federación el curso pasado con el Barça Atlètic y 'pichichi' del equipo en la gira americana, con tres goles, y la del polivalente centrocampista Dani Olmo, excanterano que hasta ahora militaba en el Leipzig y uno de los grandes responsables de que España ganara la Eurocopa.
Su llegada será una pieza más dentro del rompecabezas que tiene ante sí Flick, obligado a combinar a tantos jugadores en el centro del campo, donde el técnico teutón tiene el reto de dar minutos de calidad a jugadores que están dando un paso adelante, como Fermín López, el más determinante con España en los Juegos Olímpicos.
Todo ello, a la espera de lo que ocurra con Nico Williams, vinculado al Barça durante todo el verano y con un futuro aún incierto después de su vuelta a los entrenamientos con el Athletic Club y el convencimiento por parte de la entidad azulgrana de que la operación del futbolista pamplonés es viable económicamente.
Ganar competitividad en España y Europa De momento, el Barcelona ha hecho oficiales las bajas de Sergiño Dest y Marcos Alonso -ambos libres- y la cesión de Oriol Romeu al Girona, a la que en los próximos días se prevé que se les unirán las marchas de jugadores como Clément Lenglet, Julián Araújo, ambos de préstamo en otros clubes en la campaña anterior, e incluso Vitor Roque.
La situación es parecida con Sergi Roberto, capitán la pasada temporada, con contrato finalizado y del que Flick ya dejó entrever en su presentación que no entraba en sus planes, por lo que se presume que Marc-André ter Stegen recoja el brazalete.
Con la mayoría de jugadores ya disponibles, a falta de los lesionados, Flick deberá conseguir que su doctrina encaje en un Barça formado por talentos jóvenes y veteranos ante la necesidad de que el equipo gane competitividad en España y Europa.
Así quedó demostrado en el curso pasado, en el que cayó en los cuartos de final de Liga de Campeones tras dos campañas compitiendo en la Liga Europa, y cediendo en LaLiga ante el Real Madrid, vigente campeón con unos casi inalcanzables 95 puntos.
Un Alavés con vocación continuista para asentarse en Primera
El Deportivo Alavés afronta la campaña 2024-25 con una clara vocación continuista para asentarse en Primera División, tras la gran temporada pasada que se marcaron los hombres de Luis García Plaza.
Dicen que cuando un proyecto marcha bien apenas hay que tocarlo y a eso apunta el nuevo plan del conjunto babazorro, que pretende seguir las líneas maestras que empezaron a trazarse tras el descenso de categoría en el curso 2021-22.
Los resultados han avalado desde entonces el cambio de rumbo en la política de diseño de plantillas que ha llevado a cabo la dirección deportiva encabezada por Sergio Fernández.
Fichajes con proyección y hambre, contratos importantes de larga duración y apuestas clave en determinadas posiciones han sido algunos de los ingredientes del nuevo Glorioso, que se ha nutrido de cesiones con compromiso, además de apuestas claras en jugadores de cantera.
Los resultados han provocado que equipos económicamente más potentes se fijen de nuevo en numerosos jugadores del plantel vitoriano, incluso en Luis García Plaza, que renovó su contrato cuando cumplió el objetivo de la permanencia.
Rubén Duarte y Javi López han sido algunos de los ejemplos y han cambiado la banda izquierda alavesista al completo.
Además, la salida de Andoni Gorosabel y la marcha del cedido Rafa Marín han obligado a recomponer una línea defensiva que falta por rematar.
El centro del campo, lo que mejor funcionó el curso pasado, mantendrá su esencia con Carlos Benavídez, Antonio Blanco y Ander Guevara.
El regreso de Asier Villalibre, ahora en propiedad, y los fichajes de ‘Stoichkov’ y la perla argentina Tomás Conechny, apuntan a una zona ofensiva con más variantes y amenazas, a pesar de haber disfrutado de la evolución de Samu Omorodion, que no continuará en Vitoria.
En el club vasco mantienen los pies en el suelo y son conscientes de que, nuevamente, el objetivo de la temporada tiene que ser la permanencia sin dejar de lado ese punto de ambición que el curso pasado les hizo evitar las posiciones de descenso durante todo el curso.
Será un año especial e histórico para el club babazorro, que ha vuelto a batir cifras de abonados. La entidad alavesa alcanzó el límite de socios, 17.800, que dejó a numerosos seguidores en lista de espera y proporcionará a Mendizorroza una fotografía perfecta en cada partido, pues apenas se pondrán 1.500 entradas a la venta en cada duelo.
Sin duda alguna, una buena base para alcanzar el objetivo a medio plazo de asentarse en la máxima categoría.
Leganés, la salvación como única exigencia
El Leganés iniciará su segunda etapa en la máxima categoría del fútbol español con el objetivo de mejorar los registros de la primera, que duró cuatro temporadas entre el 2016 y el 2020 y en la que también alcanzó las semifinales de la Copa del Rey.
Tras su amargo descenso en un fútbol condicionado aún por la pandemia después de empatar en un duelo contra el Real Madrid en el que tuvo serias opciones de victoria, el bando blanquiazul ha pasado cuatro cursos en la división de plata en los que ha habido varias modificaciones.
En el primero acabó cediendo en los playoffs ante el Rayo Vallecano, los dos siguientes pasaron sin pena ni gloria, y en el más reciente el plantel sorprendió a todos, situándose arriba desde el principio y hasta el final pese a que el objetivo era la permanencia.
De esta manera se han acelerado las intenciones del grupo estadounidense Blue Crow, que compró el club a la familia Moreno Pavón en el 2022 y que ha conseguido pronto el reto que se había planteado en un plazo más largo. La intención ahora es que el equipo aguante lo más posible en la elite e incluso, a futuro, pelear por los puestos europeos.
Todo ello se quiere lograr afianzando la masa social, que perdió algo de fuelle en algunos momentos del último paso por Segunda pero que ha vuelto a enchufarse gracias a lo logrado la anterior campaña y de nuevo a un gran trabajo del departamento de comunicación y márketing, por lo general muy bien considerado y que ya tuvo relevancia con algunas de sus acciones durante la estancia del Leganés entre los 'grandes'.
Así pues, las metas son ambiciosas en una carrera de fondo en la que a día de hoy solo se piensa en pelear por la salvación. Con uno de los presupuestos más bajos de la categoría, y las limitaciones de atractivo y la competencia por fichajes con otros muchos equipos que tiene todo ascendido; el club se ha movido poco de momento en el mercado.
De hecho es uno de los que menos ha gastado en las grandes ligas, lo que no significa que hasta el cierre del mes de agosto no se vuelque para concretar refuerzos que claramente necesita. Eso sí, la idea no es apuntalar el plantel cuanto antes, sino apurar al máximo en busca de buenas oportunidades.
Es por ello que de momento la lista de altas es corta y muy en la línea por la que suele moverse la dirección deportiva; apostando por traer jugadores que ya conocen la casa como el guardameta Juan Soriano; por jóvenes con hambre como Roberto López; o por nombres algo más 'exóticos' llegados de ligas extranjeras como Valentin Rosier.
De aquí a la conclusión del periodo de fichajes se espera a conocer descartes de clubes de mayor pedigrí para buscar alguna cesión, 'pescar' en sus canteras o acometer alguna compra que sea asumible, siempre sin salirse de los márgenes en los que se ven obligados a moverse todos los equipos.
Los que lleguen se sumarán a un bloque que la pasada campaña funcionó bien a las órdenes del joven Borja Jiménez, debutante en la categoría. A sus órdenes seguirán futbolistas importantes en la 2023-2024 como el capitán Sergio González, el camerunés Yvan Neyou o los atacantes Dani Raba, Miguel de la Fuente o Juan Cruz, estos dos últimos incorporados ya en propiedad.
No estará con ellos el guardameta Diego Conde, 'Zamora' la temporada pasada y ahora en el Villarreal, ni muchos de los que fueran sus compañeros, bien porque se ha puesto fin a su etapa en el club como en el caso de Jorge Miramón, único futbolista presente en los dos ascensos a Primera hasta la fecha, o porque estuvieron a préstamo y, al menos de momento, no han retornado.
Se vaticina pues un año duro para el bando blanquiazul, en el que tendrá que apretar los dientes y competir con sus limitaciones para no acabar entre los tres últimos clasificados y que el viaje, que inicia repleto de ilusión, sea de corto recorrido.
Giráldez y cantera, apuesta del Celta tras el fracaso de Benítez
Tras el sonoro fracaso que supuso la apuesta por el veterano Rafa Benítez, el Celta se ha encomendado a Claudio Giráldez para vivir un curso sin la amenaza del descenso hasta las últimas jornadas con una decidida apuesta por los futbolistas que brillaron en el filial y con dos únicos refuerzos: el delantero Borja Iglesias y el centrocampista Ilaix Moriba.
La llegada de Giráldez al banquillo del primer equipo fue clave para que la temporada del Centenario no terminase con el Celta en Segunda División. El paso de Benítez por Balaídos ha dejado un enorme agujero en las arcas del club por su elevada indemnización, pero sirvió para que la dirección deportiva se la jugase con un entrenador de la casa y jugadores del filial, una vieja demanda del celtismo.
La marcha del delantero noruego Jorgen Strand Larsen ha dejado al Celta sin su máximo goleador. Para suplirlo, Giráldez ha hecho una fuerte apuesta por Borja Iglesias, que regresa a Balaídos con el objetivo de reivindicarse después de dos años de poco brillo. Entre él y el griego Tasos Douvikas, que ha destacado en la pretemporada, tendrán la responsabilidad del gol, con Iago Aspas ejerciendo un papel más de creación en el sistema ofensivo que ha implantado el técnico celeste.
El desafío para el sustituto de Benítez es gigantesco, sobre todo porque la dirección deportiva ha sido incapaz de sacar a algunos jugadores que no contaban para Giráldez y tienen una ficha alta, caso del central Unai Núñez, el lateral izquierdo Mihailo Ristic o el extremo Jonathan Bamba.
Eso ha impedido la llegada de nuevos refuerzos, pese a la salida de Renato Tapia, Carles Pérez y Manu Sánchez. El Celta necesita novedades en defensa y en ataque, a la espera de ver qué ocurre con Kevin Vázquez, Tadeo Allende y Luca de la Torre. Ninguno cuenta para el entrenador.
En las demás posiciones, el entrenador gallego sostiene la base del curso pasado, desde el portero Vicente Guaita, quien todavía no ha podido disputar ningún minuto en pretemporada por una tendinopatía en el hombro, hasta Iago Aspas, llamado de nuevo a ser determinante para la salvación pese a haber cumplido 37 años.
Óscar Mingueza, Hugo Álvarez y el jovencísimo Williot Swedberg, la sensación veraniega junto al olfato goleador de Douvikas, están llamados a tener un papel importante en la maquinaria celeste, donde Ilaix Moriba y Borja Iglesias buscarán encajar para empujar al Celta a la zona media-alta de la clasificación.
Pellegrini vuelve a citarse con Europa
La quinta temporada en el Betis del entrenador chileno Manuel Pellegrini comienza bajo el signo europeo, pues el equipo andaluz buscará, por un lado, su quinta clasificación seguida para un torneo continental y, por otro, no esconde su deseo de alcanzar las instancias finales de la Conference League.
Con el Betis estabilizado en las posiciones altas de la tabla liguera, con cuatro campañas seguidas entre el quinto y el séptimo puesto, Pellegrini asume el reto de alcanzar al menos los cuartos de final de una competición europea, "deuda histórica" de la entidad verdiblanca que no alcanza dicha ronda desde la temporada 1997-98.
La crisis económica del Betis, paliada en parte por una ampliación de capital de más de 40 millones de euros suscrita por los accionistas, lo ha obligado a renunciar a la renovación de los jugadores titulares -el lateral zurdo Miranda y el mediocentro argentino Guido Rodríguez-, a vender al delantero Willian José y al probable traspaso del defensor campeón del mundo Germán Pezzella.
Otros dos defensores han sido vendidos para hacer caja: el lateral zurdo brasileño Abner Vinicius, suplido por el francés Romain Perraud, procedente del Niza, y el central marroquí Chadi Riad.
En el capítulo de altas, los béticos se han hecho con el pase definitivo del mediocentro Marc Roca, que estaba cedido por el Leeds United, club desde el que ha incorporado al defensor internacional Diego Llorente, por quien ha desembolsado algo más de tres millones de euros.
Las otras tres altas que ha cerrado hasta ahora el Betis son el fichaje del lateral izquierdo suizo Ricardo Rodríguez con una larga experiencia internacional, el extremo Iker Losada, procedente del Racing de Ferrol, y el regreso del portero Adrián San Miguel, formado en la cantera del Betis y que ha vuelto como agente libre después de once años en la Premier League.
En las dos semanas que restan para el inicio de LaLiga, sin embargo, la planificación del Betis aún tiene importantes flecos pendientes como el refuerzo de la delantera, línea en la que ha perdido a Willian José, se ha desprendido de Borja Iglesias y cuenta con el congoleño Cedric Bakambu, fichado en enero pero actualmente lesionado.
Además, el deseo de la dirección deportiva -liderada desde hace unos meses por Manu Fajardo- es modificar también el centro del campo, una línea en la que desea traspasar al francés Nabil Fekir y al portugués William Carvalho para ahorrarse sus cuantiosas fichas y en la que no es descartable la venta del estadounidense Johnny Cardoso, que cuenta con numerosas ofertas.
En todo caso, a pesar de los muchos cambios que se han operado en el plantel y que aún van a operarse antes de que termine el mercado, el Betis se sustentará un año más sobre la dirección de Manuel Pellegrini en el banquillo y el talento en el campo de Isco Alarcón, que se recupera a marchas forzadas de la lesión que le impidió participar en la reciente Eurocopa.
Míchel y la reinvención del Girona en un año histórico
Con la perdida de los cimientos que forjaron un año histórico para el Girona tras las salidas de Aleix García, Yan Couto, Éric García, Artem Dovbyk y Sávio, el club catalán, de nuevo bajo el mando de Míchel, uno de los mejores técnicos del pasado curso, afrontará un curso histórico marcado por su presencia en la Liga de Campeones y por una reinvención necesaria para mantenerse entre los mejores de la Liga.
El Girona afronta un curso de leyenda con su clasificación para jugar la máxima competición continental todavía con mucho trabajo pendiente en el campo después de una pretemporada deficiente en los resultados con mal juego. También en los despachos, que aún trabajan por mejorar una plantilla que vive tranquila gracias a la presencia de Míchel en el banquillo.
El técnico madrileño aseguró después de la derrota de este sábado en Bournemouth (3-2), en el último amistoso, que la pretemporada ha sido "mala" porque entre las lesiones, la disputa de la Eurocopa, la Copa América, los Juegos Olímpicos y la tardía llegada de los fichajes, no ha podido trabajar con la plantilla al completo.
Míchel reconoció cierta "preocupación" y que ahora mismo no tiene claro "el equipo y la manera de jugar" cuando "faltan cinco días para el inicio de la competición". Este jueves se enfrentará al Betis en Sevilla y el técnico del cuadro catalán se mostró plenamente convencido de que las cosas saldrán bien, pero también admitió que el equipo todavía no está hecho.
Y es que el Girona ha perdido piezas claves del equipo que el curso pasado sorprendió al fútbol europeo con un gran fútbol con el que alcanzó una histórica tercera plaza en LaLiga EA Sports y una legendaria clasificación para la Liga de Campeones. Apenas era su cuarta temporada en Primera División y nadie había conseguido semejante hito en tan poco tiempo en España.
Míchel ha perdido a Aleix García, la brújula del equipo, y a Artem Dovbyk, el pichichi del campeonato (24), vendidos por 18 millones al Bayer Leverkusen y por una cifra cercana a los 40 millones entre fijos y variables a la Roma, respectivamente. Además se fueron y no volverán los cedidos Sávio Moreira y Yan Couto, fichados por el Manchester City y el Borussia Dortmund, y Èric García, que aseguró que se quedará en el Barcelona.
Los cinco fueron absolutamente determinantes para Míchel, que llegó a decir en varias ocasiones que Sávio, vertiginoso extremo de 20 años, es el mejor jugador al que ha entrenado nunca.
Montilivi confía en que no se produzcan más salidas y en que el equipo sepa recomponerse de la mano de Míchel como ya hizo hace un año tras los adioses de Santi Bueno, Oriol Romeu, Rodrigo Riquelme y Taty Castellanos. Y sobre todo en que lleguen cuanto antes los sustitutos de Aleix García y de Dovbyk. Los aficionados del Girona esperan que sean de calidad, aprovechando que sus salidas han dejado muchos millones en la caja.
Son las dos ventas más caras de la historia de la entidad, que ha ingresado más de 50 millones y hasta la fecha ha desembolsado algo más de 20: nueve por el delantero Abel Ruiz, ocho por el central checo Ladislav Krejci, tres por el defensa Alejandro Francés y medio por el centrocampista neerlandés Donny van de Beek, más variables en los cuatro casos.
También han llegado el joven centrocampista ofensivo Gabriel Misehouy (19), libre tras acabar contrato en el filial del Ajax, y dos cedidos: Oriol Romeu, de vuelta a Girona por petición expresa de Míchel tras un mal año en el Barça, y el extremo Bryan Gil, para cubrir el hueco dejado por Sávio, aunque el club trabaja para incorporar otro extremo importante.
La secretaría técnica de Quique Cárcel tiene trabajo por hacer porque también faltarían un portero y algún defensa más, además del centrocampista organizador, del extremo y del delantero.
La falta de fichajes y la mala pretemporada, con victoria contra el Nápoles (0-2), empates contra el Olot (1-1), el Montpellier (3-3) y el Espanyol (0-0) y derrotas contra el Toulouse (4-0), el Newcastle (4-0) y el Bournemouth han despertado cierta preocupación y algunas dudas alrededor del proyecto, pero Míchel y el Girona vuelven a soñar con un gran año.
La estrella es Bordalás
Envuelto en un mar de dudas por las carencias que muestra su plantilla, el Getafe, con la necesidad de afrontar fichajes en el último tramo del mercado para tapar agujeros importantes, se encomendará a la magia de José Bordalás con la idea de firmar otra temporada sin sobresaltos.
El técnico del conjunto azulón tendrá que hacer malabarismos para iniciar LaLiga EA Sports con un equipo competitivo. Alargará su segunda etapa en el Getafe con un reto difícil en el horizonte a no ser que su presidente Ángel Torres pise el acelerador en la última quincena de agosto para traer refuerzos.
Mientras éstos llegan, Bordalás es la imagen de un club que disputará su vigésimo curso en Primera División desde su primer ascenso en 2004. En dos décadas, sólo perdió la categoría en la temporada 2005/16 y fue precisamente Bordalás quién se encargó de dirigir el regreso a Primera División una campaña después.
Desde entonces, el entrenador alicantino has sido clave en el crecimiento deportivo del club. Antes de marcharse al Valencia, firmó cinco campañas para el recuerdo con una quinta plaza histórica, salvaciones holgadas y una buena participación en la Liga Europa.
Después se marchó y el Getafe entró en barrena. Volvió a coquetear con el descenso y regresó como un mesías para salvar a su equipo en las últimas siete jornadas de hace dos temporadas. Y, la pasada, consiguió asentar a su equipo del alma con otra permanencia tranquila. Ahora, el reto de dar un paso adelante hacia objetivos más ambiciosos se presenta complicado.
Muchos jugadores se han marchado y han llegado pocos recambios. Sobre todo en la delantera, donde el Getafe se ha quedado completamente cojo tras las salidas de Enes Ünal (Bournemouth), Juanmi Latasa (regreso al Real Madrid tras cesión), Mason Greenwood (Marsella), 'Choco' Lozano (Santos Laguna) y Jaime Mata (Las Palmas). Sólo queda Borja Mayoral, que tiene pie y medio fuera del Getafe con muchas ofertas para salir por una cantidad cercana a los 20 millones de euros.
También parece que se irá Gastón Álvarez hacia la Liga de Arabia Saudí. El defensa uruguayo, a falta de cerrar algunos flecos, dejará unos 13 millones de euros en las arcas del club madrileño, que sumados a la cantidad que se ingresaría por Mayoral, a los 16 de Unal, a los 2 del 'Choco' Lozano y a los 6 de Greenwood, el Getafe alcanzaría cerca de 57 millones de euros.
De momento, se ha gastado siete para firmar al portero Jiri Letacek (Banik Istrava), a los extremos Álex Sola (Real Sociedad), Peter Federico (Real Madrid) y al mediocentro Christantus Uche (Ceuta). Otro extremo, Carles Perez, llega cedido desde el Celta, mientras que sobre Diego Rico, cedido la pasada temporada por la Real Sociedad, se ejerció una opción de compra obligatoria.
Bordalás también ha perdido a otros jugadores importantes el curso pasado. Ya no estarán Nemanja Maksimovic, clave en su centro del campo desde que llegó al club en 2016. No renovó y firmó por el Panathinaikos. Además, regresaron a sus respectivos clubes tras sus cesiones Ilaix Moriba, Óscar Ródriguez, José Ángel Carmona y Daniel Fuzato.
Ahora, el tiempo se le agota al Getafe. Pasa rápido y no llegan nombres para completar una plantilla con agujeros pero en la que se mantienen pilares como David Soria, Djené Dakonam, Omar Alderete, Luis Milla, Mauro Arambarri o Carles Aleñá.
Sin embargo, ninguno de ellos será tan importante como Bordalás. Es la verdadera estrella de su equipo y el encargado de dirigir a sus jugadores hacia una salvación que, a priori, se presenta más complicada que la temporada pasada. El mercado, dictará sentencia.
Carrión y media plantilla retocada, la revolución de Las Palmas en su 75 aniversario
La Unión Deportiva Las Palmas afrontará la temporada 2024/25, en la que celebrará su 75 aniversario, con una profunda renovación en muchas de sus parcelas: contará con un nuevo cuerpo técnico con Luis Carrión a los mandos y tendrá una plantilla con once incorporaciones, una decena de bajas y las puertas abiertas a nuevos movimientos con entradas y salidas.
Después de dejar al Oviedo a las puertas del ascenso a Primera División, Carrión aterriza en Gran Canaria como sustituto de Francisco Javier García Pimienta, quien decidió cerrar su ciclo en el banquillo insular para fichar por el Sevilla. El destino, muchas veces caprichoso, ha querido que ambos clubes se enfrenten en la primera jornada del campeonato, con la visita del equipo hispalense al Estadio de Gran Canaria el próximo día 16 de agosto.
Y para afrontar su estreno frente al Sevilla, Las Palmas contará con nuevos jugadores tras renovar todas sus líneas. Para la portería, ha optado por mezclar la experiencia en LaLiga del neerlandés Jasper Cillessen (ex guardameta de Barcelona y Valencia) con la juventud del croata Dinka Horkas. Y es que Álvaro Valles, el jugador más destacado de la temporada anterior, será traspasado tras rechazar la propuesta de renovación del club.
En defensa, Saúl Coco dejó un vacío importante después de su salida al Torino italiano por 7,5 millones de euros. Su hueco lo tratará de cubrir el internacional escocés Scott McKenna, fichaje oficializado el pasado jueves, a solo ocho días de que el balón empiece a rodar en Gran Canaria.
La baja, también en defensa, de Sergi Cardona ha sido reemplazada por Álex Muñoz. Y es que el lateral izquierdo catalán tampoco quiso renovar, aunque seguirá vistiendo de amarillo, pero en el Villarreal.
Al igual que ha hecho con Álex Muñoz, exjugador del Tenerife que ha llegado procedente del Levante, el conjunto grancanario ha pescado en LaLiga Hypermotion (Segunda División) a jugadores como el lateral derecho Viti Rozada (pieza clave para Carrión en el Oviedo), el centrocampista Iván Gil (Andorra) o el extremo Manu Fuster (Albacete).
Y para intentar solucionar su falta de gol, Las Palmas confía en la veteranía de Jaime Mata (Getafe), en la juventud de Iván Cédric (Valladolid), en la contundencia de otro internacional escocés, Oliver McBurnie (Sheffield United), y en la velocidad y habilidad de Adnan Januzaj (Sevilla), aunque el belga sufrió una lesión muscular en el penúltimo amistoso del verano, a una semana del estreno liguero.
El club también considera como alta a Marvin Park, fichado en propiedad tras jugar cedido por el Real Madrid durante las dos últimas temporadas. Entre las diez bajas, dos son significativas, las de Eric Curbelo y Cristian Herrera, por cuanto han reducido, junto a Coco, la cuota de isleños en la plantilla, en la que ya solo quedan media docena, entre grancanarios y tinerfeños.
Otros futbolistas que se han desvinculado son el portero Aarón Escandell, el defensa Álvaro Lemos, los centrocampistas Mfulu y Perrone, y el atacante Munir El-Haddadi, mientras que a Sory Kaba también le han mostrado desde el club la puerta de salida, así como al central Enrique Clemente.
Con esta ruleta de altas y bajas, el objetivo del equipo amarillo volverá a ser la permanencia, después de una campaña anterior en la que sorprendió durante la primera vuelta, pero pasó apuros en la segunda, sin una sola victoria desde principios de febrero.
Ensamblar todas esas nuevas piezas será el trabajo que deberá acometer Luis Carrión, quien llega con la premisa de mantener el estilo, llevando la iniciativa del juego, pero cambiando el 4-3-3 de Pimienta por un 4-2-3-1 en el que no asumirá tantos riesgos en defensa. Además, tratará de poner remedio a la efectividad perdida en ataque que puso en entredicho su salvación matemática hasta la penúltima jornada del curso anterior.
El Espanyol, listo para una temporada de resiliencia
El Espanyol se prepara para la temporada 2024-25 con la permanencia como objetivo tras ascender a Primera División a través de la promoción y después de perder a varios futbolistas importantes en el mercado de fichajes de verano.
El regreso del conjunto catalán a la máxima categoría -estrena el curso visitando al Valladolid el 19 de agosto- mezcla euforia y prudencia. La emoción por dejar atrás la Segunda División fue evidente, pero rápidamente esta sensación convivió con mensajes de prudencia por parte de la entidad blanquiazul.
La dirección deportiva, liderada por Fran Garagarza, fue clara: "Estábamos en la UVI y ahora estamos en planta". Austeridad, permanencia, confianza en la cantera y prudencia son las consignas que más se han repetido en las últimas semanas. Y los fichajes responden a este discurso.
Hasta ahora, el Espanyol ha incorporado al delantero francés Irvin Cardona, al punta argentino Alejo Véliz, al mediocentro checo Alex Král y a los laterales Álvaro Tejero y Carlos Romero. Tejero llega libre, pero el resto son cesiones. La capacidad monetaria del club para atacar el mercado es muy reducida.
Este escenario se complica cuando varias piezas claves de la plantilla han dejado el equipo este verano. El extremo Nico Melamed, formado en las categorías inferiores del club, es una baja sensible, pero más sonada fue la marcha del delantero danés Martin Braithwaite, máximo realizador de Segunda con 22 goles.
En ambos casos, el Espanyol no ingresó nada. Ahora, la plantilla debe reformularse con nuevos referentes -Puado se perfila como el principal argumento en ataque- y con jugadores que, sin aportar tanta calidad individual sobre el papel, contribuyan a la competitividad general del equipo.
El libro de estilo del cuadro blanquiazul se mantendrá intacto. El entrenador Manolo González seguirá al frente del bloque tras ser el tercer técnico durante el curso anterior: Luis García y Ramis fueron destituidos. Tras haber coronado el ascenso, el preparador tiene ahora más tiempo para imponer su sello.
Un equipo sólido en defensa y con voluntad de protagonismo en ataque, atrevido con el balón, son sus líneas maestras. En los amistosos de pretemporada, el Espanyol se ha mostrado sólido atrás en casi todos los ensayos, aunque con problemas para sorprender en el área rival.
En el plano institucional, los aficionados del Espanyol conviven con las informaciones sobre la posible venta del club. El presidente Chen Yansheng, de todos modos, ha dejado claro que seguirá siendo el máximo accionista esta temporada. "En el futuro puede pasar de todo", afirmó el consejero delegado, Mao Ye.
Más allá de declaraciones, movimientos accionariales y fichajes, el balón, como siempre, marcará el rumbo de la temporada 2024-25 a partir del próximo fin de semana. El Espanyol tiene claro que su lugar histórico está en Primera División y no quiere volver a experimentar un nuevo descenso.
Un Real Madrid 'galáctico' 2.0
El once que supera los 1.000 millones de euros, según el valor de mercado del equipo tipo con el que Carlo Ancelotti, encara un desafío inaudito en la historia del Real Madrid, la pelea por siete títulos, con la tan esperada y deseada llegada de Kylian Mbappé como la joya de la corona del vigente campeón de Europa y de LaLiga, que protagoniza la segunda edición 'galáctica'.
Con errores aprendidos de aquel Real Madrid de los galácticos original. Con Luis Figo, Ronaldo Nazario, David Beckham y Zinedine Zidane sumándose a Iker Casillas, Roberto Carlos o Raúl. Un equipo plagado de estrellas con varios de los mejores jugadores del mundo del momento. Un vestuario repleto de egos al que le faltó unión. Impidió que en lo deportivo fuesen años de títulos inolvidables.
El hambre de éxito y la media de edad baja en la versión 2.0, en la que un jugador llamado a dominar el mundo vestido de blanco, Mbappé, y el delantero centro de la selección brasileña a sus 18 años, Endrick, se suman a Vinícius, Jude Bellingham, Rodrygo, Luka Modric o Thibaut Courtois. Un nuevo Real Madrid sin Toni Kroos al mando de todo y sin Nacho Fernández para apagar cualquier incendio defensivo que se produzca. Sin Joselu Mato como recurso goleador siempre fiable desde el banquillo.
Acostumbrado a ganar con mayor frecuencia la Liga de Campeones que LaLiga, el primer objetivo de Ancelotti es repetir éxito en la competición doméstica. No logra dos Ligas seguidas el Real Madrid desde 2008. Junto a la defensa de la corona del rey de Europa con el nuevo formato de la 'Champions', las Supercopas de Europa y de España, la Intercontinental, la Copa del Rey y el Mundial de Clubes, el curso se presenta repleto de emociones y de partidos.
Será clave la gestión de los 22 jugadores que tiene a su disposición 'Carletto', que da por cerrada su plantilla pese a la necesidad de un defensa central, cubriendo el hueco de Nacho con el regreso de Jesús Vallejo pese a su último año para el olvido. De contar con opciones nulas de quedarse, a tenerlo en la mano tras frustrarse la llegada de Leny Yoro, que eligió el Manchester United ante la presencia de Antonio Rüdiger y un Éder Militao ya restablecido de su grave lesión de rodilla. La misma dolencia por la que David Alaba se perderá aún los dos primeros meses del nuevo curso.
Con un calendario insostenible, las lesiones ante la carga de partidos aparecen como gran amenaza. Las rotaciones cobrarán mayor importancia que nunca. La gestión de suplencias de futbolistas 'intocables'. Habrá tiempo para todos los jugadores de la plantilla madridista pero también un once definido para los días grandes.
El formado por Courtois (28 millones de euros), Dani Carvajal (12), Militao (60), Rüdiger (25), Mendy (22), Tchouameni o Camavinga (100 ambos), Fede Valverde (120), Jude Bellingham (180), Vinícius (180), Rodrygo (110) y Mbappé (180) alcanza los 1.017 millones de euros como valor de mercado según Transfermarkt.
Sumando a una segunda unidad con Modric a la cabeza, eterno a punto de cumplir 39 años y a puertas de pasar a ser el jugador más laureado de la historia del Real Madrid, más Andriy Lunin, Brahim, Arda Güler, Endrick, Alaba, Fran García o Dani Ceballos, el total de los 22 integrantes de la plantilla aumenta su valor a los 1.239 millones de euros.
El reto de repetir conquista liguera se acerca a la obligación para Ancelotti, que se quitó en su segunda etapa en el banquillo madridista la espina de la única de las cinco grandes ligas que se le había resistido.
Conquistó con brillantez y gran distancia con sus rivales dos de las tres últimas. Encontrando soluciones con Antonio Pintus al mando del apartado físico, al desplome que le alejó del éxito liguero en su primera etapa.
Con especial relevancia la pasada Liga. Ya sin su referente goleador de los últimos tiempos, Karim Benzema, cambiando el sistema para explotar la mejor versión ofensiva de un recién llegado como Jude Bellingham, con Vinícius en un crecimiento continuo que ya le sitúa entre los favoritos al Balón de Oro. Dos grandes referentes que conviven con complicidad y amistad a los que sumar Mbappé. Estrellas mundiales en un mismo equipo con el mejor gestor posible de un vestuario, Carlo Ancelotti.
La gran preocupación del técnico italiano radica en el equilibrio. Tan importante en el éxito del último curso en las grandes conquistas, la trigésimosexta Liga y la decimoquinta Copa de Europa. Un equipo comprometido, unido en el esfuerzo. Una defensa que se iniciaba desde la presión arriba. La obligación de encontrar un nuevo faro sin Kroos, de retocar demarcaciones en un Real Madrid que pasa a sufrir carencia de delanteros a tener en exceso. Tareas para Ancelotti que no quiere poner el punto y final a su carrera, con siete opciones de alcanzar el éxito para superar la leyenda de Miguel Muñoz como técnico más laureado.
El nuevo Santiago Bernabéu se quedará pequeño ante la expectación que levanta el Real Madrid. Sin atender a los resultados de una pretemporada marcada por la ausencia de hasta siete jugadores con cara de titular. La Eurocopa alargó más de lo deseado el regreso de Carvajal, Mbappé, Bellingham, Mendy, Camavinga y Tchouaméni. La Copa América lo hizo con Fede Valverde.
Con amplia presencia de canteranos llegaron las derrotas ante Milan y en el primer clásico ante el Barcelona. También el triunfo frente al Chelsea que precede el primero de los siete títulos al alcance, la Supercopa de Europa ante el Atalanta. La oportunidad de empezar un nuevo curso con el mismo sabor de boca con el que se despidió en lo más alto.
El Rayo Vallecano mantiene el bloque para su centenario
El Rayo Vallecano afronta el año de su centenario con el mismo objetivo de siempre, la salvación, en su cuarta temporada seguida tras el último ascenso y con una plantilla en la que apenas hay cambios al mantener el bloque de las últimas campañas a la espera de un par de refuerzos, uno de ellos en la portería y otro para el ataque.
El equipo madrileño inicia el curso prácticamente con la misma plantilla que terminó el pasado. De hecho se mantienen veintiún jugadores tras las únicas bajas del portero macedonio Stole Dimitrievski (Valencia), los centrocampistas Kike Pérez (Valladolid), Miguel Crespo (Fenerbahce) y José Ángel Pozo, el delantero colombiano Radamel Falcao (Millonarios) y el atacante Andrés Martín (Racing Club Santander), que ya estuvo cedido la pasada campaña.
Por la puerta de entrada tampoco ha habido mucho movimiento ya que, hasta el momento, solo se han incorporado los centrocampistas Gerard Gumbau (Granada) y Pedro Díaz (Girondins), el central Pelayo Fernández (Barcelona B) y el extremo Adrián Embarba (Almería), que regresa al club cuatro años y medio después de su marcha, en una decisión que ha causado controversia entre la afición, ya que su salida, en un momento delicado en enero de 2020, no sentó bien.
A esos refuerzos se unen otros dos jugadores que regresan de cesión, el portero Miguel Ángel Morro (Villarreal B) y el centrocampista Joni Montiel (Burgos), que tratan de convencer a Iñigo Pérez en la pretemporada para tener un sitio en la plantilla del centenario.
Para reforzar precisamente esa plantilla está trabajando la dirección deportiva que lidera David Cobeño y que está peinando el mercado en busca de un portero que supla la marcha de Dimitrievski y un delantero que ocupe el lugar de Falcao y, sobre todo, dé mayor competitividad al ataque rayista después de todos los problemas que hubo la pasada campaña.
Mejorar la faceta realizadora es algo que preocupa mucho en el club, que no quieren que se vuelvan a repetir los malos números de la pasada temporada, ya que los delanteros de la plantilla solo marcaron entre Liga y Copa del Rey diez goles: Sergio Camello (4), Raúl de Tomás (2) y Falcao (4).
Con la apuesta por el mismo bloque, tanto de plantilla como en el banquillo con Iñigo Pérez, el objetivo del Rayo es la salvación y, en la medida de lo posible, no pasar apuros. Para ello gran parte de las posibilidades de éxito radican en el liderazgo que ofrezcan dentro del vestuario jugadores contrastados como Isi Palazón, Unai López, Bebé, Álvaro García y el argentino Oscar Trejo, siempre correa de transmisión de las inquietudes entre equipo y afición.
Lo que no cambia, temporada tras temporada, es el malestar de la afición con la directiva que preside Raúl Martín Presa. El último episodio es el relacionado con los abonos por su tardanza en ponerlos a la venta y la subida de precios respecto a la pasada campaña.
El Real Valladolid regresa a Primera con la intención de consolidarse en la categoría
El Real Valladolid afronta su regreso a Primera división con el claro objetivo de lograr la permanencia para consolidarse en la categoría, y dejar de ser el "equipo ascensor" que acumula ascensos y descensos de manera continuada, como ha sucedido en los últimos años.
Con la tranquilidad que da saber que el presidente, Ronaldo Nazário, no va a vender el club, al menos, a corto plazo, y con los cambios en la portavocía del mismo, que pasa a manos de Jorge Santiago en sustitución de David Espinar, lo más importante es confeccionar una plantilla competitiva que permita disputar un curso sin demasiados sobresaltos.
Hasta la fecha, tan solo ha habido una incorporación, la del central Eray Cömert, cedido por el Valencia, puesto que la prioridad de la entidad ha sido cumplir con las opciones de compra sobre jugadores como Biuk, Juric, Meseguer, Amath, Raúl Moro y Ferreira.
También se han hecho pronto los deberes en cuanto a las bajas, que han dejado a los aficionados sin figuras referentes en el equipo, como Sergio Escudero o Jordi Masip, a las que se añaden la de Álvaro Negredo y Monchu, quien ha sido traspasado al Aris de Salónica, lo que permite mejorar las arcas blanquivioletas.
Asimismo, han regresado de cesión Amallah, Kike Pérez, Machis, Tunde y Aceves, si bien en este último caso la relación entre club y jugador no es buena y el departamento jurídico del Real Valladolid está estudiando diferentes posibilidades, para dar salida al portero.
La afición ha respondido con creces al ascenso, y se ha batido el récord histórico de abonados para alcanzar los 24.000, lo que también supondrá mayores ingresos para la entidad y contribuirá a mejorar el límite salarial para esta nueva campaña.
El compromiso de Ronaldo Nazário no solo ha quedado confirmado por el nuevo portavoz del club, sino que va más allá, ya que de sus bolsillos saldrá el dinero para paliar la deuda contraída con LaLiga en la temporada 2022/23, que debe restablecerse para que no perjudique a dicho límite salarial.
Lo que parece que se ha ido calmando ha sido el enfrentamiento entre el técnico uruguayo, Paulo Pezzolano, y los seguidores blanquivioletas, que pidieron su dimisión, prácticamente, desde las primeras jornadas del anterior ejercicio, lo que generó un tenso ambiente entre ambas partes.
El propio Pezzolano pidió perdón, y explicó los motivos por los que se había mostrado tan altivo en las ruedas de prensa, y sus polémicas declaraciones a un medio de su país, que se mal interpretaron, y en las que dejaba en mal lugar a los vallisoletanos, con un trasfondo racista, que no había existido.
Nadie apostaba por la continuidad del entrenador uruguayo, tras un año tan complicado, en el que su trabajo siempre estuvo en entredicho, puesto que el juego del equipo no llegó a convencer y que, sin embargo, le llevó a lograr el ascenso, lo que acalló tanta crítica.
Concedió varias entrevistas a los medios locales, en las que buscó acercarse a los aficionados, y en las que se pudo ver al ser humano que hay detrás del perfeccionista profesional, confesando sus malos momentos y lo que afectó a su familia tanta controversia.
Una vez confirmó que seguiría al frente del banquillo blanquivioleta, con la máxima ilusión y con la firme intención de mejorar en todos los ámbitos, para lograr su sueño de triunfar en Europa, los ánimos se fueron aplacando, y las aguas parecen haber vuelto a su cauce.
Aunque es consciente de que va a estar en el punto de mira de todos desde el primer partido, que se le va a exigir más y que no solo se aspira a tener resultados, sino a ver un buen espectáculo en el terreno de juego, que enganche al abonado semana tras semana.
El director deportivo del Real Valladolid, Domingo Catoira, sigue trabajando para poder cerrar un plantel de garantías con el que demostrar que, esta vez, se va a mantener en Primera, para lo que será fundamental fichar jugadores con hambre y ambición.
La pretemporada está próxima a su fin, tras varias semanas de intenso trabajo físico, que culminará con el amistoso ante Toulouse, en Francia, tras los disputados ante la Gimnástica Segoviana (2-5) y Burgos (1-1, se ganó en los penaltis), Pau (4-1), todos ellos con victoria vallisoletana, y ante el Derby County inglés, que finalizó con derrota por 2-1.
Con los jugadores actuales, incluidos los del Promesas -Arnu, Koke, Garri o Arroyo, entre otros-, a falta de varios refuerzos, el cuadro blanquivioleta tratará de debutar ante el Espanyol, el 19 de agosto, con una victoria que empuje a soñar con un buen año.