“Djalminha era uno de los jugadores preferidos de mi padre y me decía que me fijara en él, la alegría con la que jugaba, lo que inventaba. Lo admiré porque busco ser diferente”.
 

Quien habla es William de Camargo en una entrevista concedida a nuestro diario el pasado noviembre. Esa “alegría” a la que se refiere es la identidad, casi una religión para el extremo brasileño cuando pisa el césped. Regate, velocidad, desequilibrio, imaginación... chispazos más que regularidad. Y precisamente esos fogonazos de talento le llevaron a protagonizar varios de los momentos inolvidables de la temporada 2021-22, pero también a desinflarse en el tramo final del curso, cuando la falta de constancia le acabó pasando factura y provocó que Mario Soriano le acabara comiendo la tostada.

1. Tres goles que valieron tres triunfos

El extremo cedido por el Leganés marcó tres goles en la liga que fueron determinantes para amarrar tres triunfos.
 

William estrenó su cuenta goleadora el 30 de octubre de 2021, curiosamente una semana después de fallar un mano a mano con el portero del Racing de Santander (0-0) que habría permitido ganar a los blanquiazules en El Sardinero. Pero ante el Zamora no erró. En el minuto 73, el futbolista de São José do Rio Preto recibió un pase de Noel desde la línea de fondo y definió con la derecha, su pierna mala. 1-0 y tres 

puntos para los coruñeses.
 

Más espectacular y épica fue su segunda diana. El 23 de enero de este año, el Depor estaba atascado en el campo del DUX Internacional. Era el minuto 78 y la escuadra herculina, que llegó a ir por detrás en el marcador, 2-1, había logrado equilibrar el duelo, pero no conseguía asestar el zarpazo final para culminar la remontada. En ese instante, William entró al terreno de juego por Noel y cambió el curso del partido. Solo permaneció trece minutos en el campo, pero forzó una amarilla, reclamó un penalti en el que actuó (lo reconoció después públicamente) y en el 91’ dio los tres puntos al Depor con un movimiento de fuera adentro y una rosca imposible para el portero del DUX.
 

En la jornada 30, selló el 2-1 frente al Rayo Majadahonda transformando un penalti.
 

A los tres tantos en la liga hay que unir el de Copa en el 3-4 en casa del UCAM Murcia.

2. Foco del juego duro de los contrarios

“En los últimos partidos se ve que hay órdenes para que me paren con faltas”, se quejó el brasileño en una charla con nuestro diario el 4 de marzo.
 

Su juego eléctrico y de desborde le convierte en el foco perfecto del juego duro de los rivales. De hecho, los futbolistas del San Sebastián de los Reyes se habían cebado especialmente con él una semana antes, en el (0-0) en Madrid.

3. Más irregular en la recta final de la liga

William de Camargo fue mostrándose más irregular a medida que avanzaba el curso y pegó un claro bajón en el tramo final. Perdió la chispa, se volvió más ‘chupón’ y dejó de ser tan desequilibrante.
 

En la semifinal del playoff estuvo gris y fue cambiado por Mario Soriano, que brilló y marcó el segundo de los cuatro goles del Depor. Y en la final, el madrileño, autor del único tanto blanquiazul, lo desplazó del once inicial.