La borrasca Dorothea, que obligó a suspender el Tenerife-Deportivo del pasado fin de semana, se convirtió en el vendaval David Mella. El extremo blanquiazul azotó con fuertes rachas de esprints a un atrevido Castellón que sufrió una goleada a pesar de comenzar por delante en el marcador. Douglas hizo el 0-1, pero el equipo coruñés encontró la fórmula para desarmar por completo a su rival y dar por fin una alegría plena a un Riazor acostumbrado esta temporada a penurias. Mella, con un doblete, le dio la vuelta al electrónico y Villares, Barbero y Yeremay se unieron a la fiesta con otros tres tantos en el penúltimo compromiso en casa en el 2024.

Era el quinto duelo entre los dos equipos en poco más de año y medio, tras décadas de silencio competitivo entre ambos (desde 1989 a 2023), y los precedentes recientes estaban grabados en la memoria blanquiazul: la pesadilla de Mackay en el playoff de 2023 y la exhibición de Lucas en la Final de Campeones del curso pasado. Pero esta vez no estaba Lucas, sancionado, y el Dépor debía adaptarse. Gilsanz pasó de inventos y apostó por la opción esperada: doble pivote con Mfulu y Villares con el comodín Soriano en la mediapunta, mientras que Escudero se mantuvo como titular en el lateral zurdo por delante de Obrador. Enfrente, el Castellón llegó con bajas significativas y un once con ciertas rotaciones, pero fiel al sello atrevido de Dick Schreuder.

Comienzo polémico

El inicio de partido fue del Castellón. Y Douglas volvió a ser protagonista en Riazor, como ya lo fue en la ida de la Final de Campeones. El brasileño adelantó al cuadro visitante, como en aquel encuentro, con un tanto con polémica. Cipenga condujo una contra, filtró un pase a Douglas y, a pesar de la arrastrada providencial de Pablo Martínez, el delantero tuvo una segunda oportunidad en el rechace para volear a la red con la zurda. A pesar de la innegable falta cometida a Yeremay por Van den Belt en el inicio de la jugada, el VAR se inhibió. Pasó olímpicamente de la evidente infracción e hizo como si no pasase nada. 

Al Dépor le costó adaptarse a la presión alta del Castellón, voraz e innegociable, pero fue encontrando poco a poco vías para hacer correr hacia atrás al rival gracias, en buena medida, a la velocidad de Mella a la espalda de la zaga visitante. En una de esas acciones, el extremo de Teo llegó a la línea de fondo y cedió el cuero atrás a Yeremay, que obligó a lucirse a Gonzalo Crettaz. El rechace le cayó a la cabeza a Barbero que, con gran parte de la portería libre, dio la oportunidad a Crettaz de salvar de nuevo al Castellón con un remate centrado.

El partido entró en un tramo en el que Douglas, desatado, dejó en evidencia en un par de ocasiones a Pablo Vázquez. Su tocayo Martínez se encargó de solventarlas in extremis incluso mostrando molestias y una cojera que no fue a mayores.

Mella desencadenado

Sin embargo, el fino alambre en el que el Castellón hace funambulismo en sus partidos se rompió. La culpa la tuvo un Mella eléctrico y pillo. En primer lugar, hizo el 1-1 en una jugada de estrategia al coger desprevenida a la zaga visitante tras un saque rápido de Escudero en una falta: control y disparo cruzado marca de la casa del canterano.

Y poco después, tras una gran dejada de cara de Barbero, Mella reventó en velocidad a Chirino, aprovechó el resbalón de Gonzalo Crettaz y definió con clase y precisión. Todo esto a una velocidad endiablada. 

Barbero, vital en la pelea y gafado de nuevo de cara a puerta –en el 38 se le fue desviado un tiro desde la frontal–, originó de la nada el 3-1. El punta le ganó la disputa a Chirino y Villares, otro con fe para regalar, llegó desde atrás para marcar en su segundo intento tras un primer despeje de Crettaz.

El Dépor, que ya había dado la vuelta al marcador y a las sensaciones del partido, se permitió incluso rondar el 4-1 con un Escudero en modo Arjen Robben. En una jugada en la que estaba en la zona del extremo derecho, recortó y obligó de nuevo a Gonzalo a intervenir. El rechace, con todo a favor, lo mandó fuera Yeremay.

Sentencia en la reanudación

Douglas tiene algo con los inicios de cada una de las partes en Riazor y volvió a rondar el gol con un disparo cruzado, pero el partido ya tenía un nombre grabado en mayúsculas y no era el del brasileño, sino el de un Mella crecido. El extremo volvió a superar en velocidad y desborde, esta vez a Vertrouwd, y le regaló el gol a un Barbero que lo necesitaba después de tanto trabajo sin recompensa.

Minutos después, Yeremay se unió a la fiesta de Mella. Se acercó a la banda derecha y tejió una combinación espectacular con el zurdo que acabó con un atropello en el área de un desesperado Vertrouwd sobre Yeremay. El ‘10’ asumió la responsabilidad y superó a un consumado parapenaltis como Crettaz. La sangría del Castellón a la espalda de su defensa parecía no tener fin y Yeremay perdonó el sexto tras una carrera de 50 metros.

El carrusel de cambios por parte de ambos equipos rebajó el ritmo frenético del partido de cara al tramo final. El Deportivo se permitió el lujo de sacar a Mella del campo para recibir una merecida ovación y también de afrontar el último cuarto de hora sin pasar apuros, un lujo inédito esta temporada en Riazor. 

Cristian Herrera desperdició una ocasión clara tras un pase de Mario Soriano y el madrileño hizo lo propio ante un ágil Crettaz tras una buena conducción de Juan Gauto. El equipo coruñés perdonó una goleada todavía mayor y, además, los últimos compases del encuentro se vieron ensombrecidos por una lesión de Pablo Vázquez. El central, visiblemente afectado tras un golpe, tuvo que dejar al equipo con diez.

No obstante, el partido ya estaba finiquitado a esas alturas. Con esta victoria, el Deportivo rompe su bloqueo en Riazor y toma aire en la lucha por alejarse del descenso. Queda por ver si este triunfo es el punto de inflexión en casa o simplemente un espejismo en una temporada llena de altibajos como local. De momento, Riazor vuelve a sonreír, con una inmensa alegría, a la espera de cerrar el año con otro paso firme ante el Mirandés.