“Sei bella come un gol al 90’!”. Es una frase conocida para todo aficionado al fútbol familiarizado con las redes sociales. Es un piropo inmortalizado en forma de pintada en una pared de alguna localidad italiana. Una foto convertida en meme que un día apareció en Twitter (ahora X) y ahora es compartida cientos y miles de veces en cada ocasión que algún equipo logra una victoria con un tanto en el tiempo añadido.
La frase viral conecta a la perfección un halago con la felicidad de cualquier aficionado cuando su equipo marca más allá del 90. Es un estallido de alegría incomparable que el deportivismo revivió el lunes gracias al golazo de Mario Soriano contra el Eibar (1-0). El madrileño se une de esta forma a una larga lista de héroes que provocaron la locura de la afición blanquiazul con un gol en el tiempo añadido que valió una victoria. En el siglo XXI, además de buen puñado de tantos icónicos que se produjeron justo antes de cumplirse el tiempo reglamentario, el Dépor ha experimentado en 23 ocasiones la alegría de obtener el triunfo en la prolongación.
Davo, Quiles, Bóveda, Çolak, Peru Nolaskoain, Carlos Fernández, Babel, Borja Fernández, Lopo, Xisco y Víctor son solo algunos de los nombres con los que Soriano, desde su trallazo ante el Eibar, compartirá honor. Un listado que encapsula la felicidad blanquiazul en los últimos tiempos.
Tras el cambio de siglo, Víctor Sánchez del Amo fue el primero en darle una victoria al Dépor con un gol en el tiempo añadido. Lo hizo de falta ante el Barcelona en el Camp Nou (2-3) en la 2000-01 en Primera División y lo repitió con un tanto en la vuelta de la Supercopa de España frente al Valencia (0-1), aunque el título ya estaba decidido tras la ida (3-0).
En esa misma campaña 2002-03, Albert Luque anotó en el minuto 93 el 3-4 definitivo en unos dieciseisavos de finales de Copa del Rey contra el Racing de Ferrol. Ese sigue siendo el último gol de la victoria del Dépor más allá del minuto 90 en un partido no correspondiente a competición liguera.
López Rekarte (en propia puerta), Joan Capdevila, Rubén Castro y Alberto Lopo fueron héroes en el tiempo añadido en los cursos en Primera División previos al descenso a Segunda, donde el Dépor protagonizó algunos de los momentos más emblemáticos de la historia reciente en cuanto a épica se refiere. El gol de Borja Fernández en Balaídos (2-3) en el minuto 92 es uno de los más celebrados por la afición blanquiazul. Y en la misma temporada, la 2011-12, Xisco Jiménez encarriló el ascenso con un agónico tanto en el feudo del Nàstic de Tarragona (1-2) que hizo correr la banda a José Luis Oltra. “Yo nunca he hecho eso. Fue una reacción de volverme loco. Fíjate si me trastorné, que me fui hacia el banquillo visitante”, dijo recientemente a este diario el técnico valenciano sobre el tanto de Xisco.
A pesar del ascenso, el Dépor volvió a caer a Segunda. La campaña 2013-14 estuvo repleta de dificultades, pero el equipo logró de nuevo el ascenso con victorias como la conseguida en Alcorcón (1-2) con un recordado cabezazo de Lopo en el minuto 92.
De la última etapa en la máxima categoría, solo Ryan Babel figura en esta lista. El atacante neerlandés, que colgó las botas de forma oficial la pasada semana, conectó un trallazo en el 91 que encendió un Riazor que celebró por todo lo alto la victoria ante el Sporting de Gijón (2-1).
De vuelta a la categoría de plata, Carlos Fernández anotó uno de los goles más tardíos, y más celebrados, por el deportivismo en el siglo XXI. Con su gol, de penalti y en el 96 ante el Mallorca (1-0), el delantero encarriló la clasificación del Dépor para el playoff de ascenso de la 2018-19. El regreso a Primera no se consumó, pero el listado siguió creciendo en Segunda con goles in extremis como el de Peru Nolaskoain al Tenerife (2-1), el de Koné al Alcorcón (0-1), el de Çolak a la Ponferradina (2-1) y el penalti de Beauvue frente al Fuenlabrada (2-1) en el infausto adiós a la categoría en 2020.
Eneko Bóveda inauguró los goles de la victoria en el descuento en los cuatro años de barro. Posteriormente, William de Camargo y Alberto Quiles, por partida doble, también se disfrazaron de héroes. El último, antes del gol de Soriano, fue Davo. Su tanto en el 93 ante el Barça Atlètic (1-2) salvó la cabeza de Imanol Idiakez y cambió el rumbo de un Dépor que acabaría logrando el regreso a Segunda. Un gol merecedor de la mítica pintada.