El Deportivo realizó un primer ensayo de la final que la aguarda ante el Córdoba el sábado en el Estadio Abanca-Riazor, a la que llega en el mejor momento de la temporada (tampoco era complicado después de cómo inició el curso), y con las espadas por todo lo alto.
El líder acude al campo herculino con siete puntos de ventaja y el Deportivo tratará de que, a la conclusión de la jornada, sean cuatro.
La entidad blanquiazul recuperó las posiciones de playoff de ascenso con su goleada al Fuenlabrada (0-3) y ahora tratará de enlazar otro triunfo como local después de no haber podido pasar del empate en la anterior cita en Riazor, ante la Cultural y Deportiva Leonesa en una cita en la que dispuso de ocasiones claras para golear y en la que estuvo a punto de perder.
Bajo la lluvia de Abegondo, el técnico del Deportivo planteó un partido de once contra once sin demasiadas pistas sobre la alineación que puede presentar ante el Córdoba, pero sí con instrucciones a sus jugadores.
El staff no quiere correr riesgos de lesión y esta semana, como en las anteriores, se vigilan las cargas para tratar de que no se produzcan contratiempos.
De hecho, Diego Villares, que completó el entrenamiento del martes, solo hizo la primera parte del de este miércoles. El resto, con el readaptador del equipo, al igual que Borja Granero.
La sesión acabó minutos antes del mediodía, tras un ejercicio de jugadas de ataque y finalizaciones para parte de la plantilla.