El Deportivo quiere seguir siendo valiente en Segunda División. El equipo coruñés ya exhibió una de sus mejores versiones durante la pasada temporada en Primera Federación cuando fue capaz de defender hacia adelante, presionar alto y ser vertical tras robo. Imanol Idiakez apostó por este estilo desde su llegada al banquillo blanquiazul en el verano de 2023 y su trabajo durante la actual pretemporada indica que su intención es dar continuidad a esta idea en la categoría de plata. Más allá del planteamiento presentado en el primer test ante el Ourense CF, donde el Dépor cumplió con lo esperado y salió a apretar arriba a un rival falto de ritmo, Idiakez trabajó de nuevo en el entrenamiento de esta mañana los automatismos de la presión, un aspecto clave en su pizarra desde que recaló en A Coruña.
“Partimos de 4-3-3 y lo convertimos en 4-4-2 sin balón”. Así comenzó Idiakez explicando la tarea táctica dirigida a mejorar la presión. El técnico dividió a los jugadores por parejas para cubrir las diez posiciones de campo, salvo en punta: lateral derecho (Ximo y Pablo García), central diestro (Jaime y Pablo Vázquez), central zurdo (Pablo Martínez y Barcia), lateral izquierdo (Iano Simao y Escudero), mediocentro (José Ángel y Rubén López), interior derecho (Villares y Hugo Rama), interior izquierdo (Chacón y Pablo Muñoz), extremo derecho (Kevin y Cayarga), extremo zurdo (Davo y Yeremay) y punta (Lucas, Barbero y Martín). Soriano, Petxa y Alcaina no participaron porque se ejercitaron al margen del grupo. Con esta disposición, Idiakez empezó a guiar los movimientos de presión. Chacón y Pablo Muñoz eran los encargados de convertir el 1-4-3-3 en 1-4-4-2 saltando a la presión desde el área de acción de un interior izquierdo o un mediapunta hasta situarse a la altura de los Lucas, Barbero y Martín.
A partir de ese movimiento inicial, Idiakez se tomó media hora para ajustar una y otra vez la presión de sus diez jugadores de campo teniendo en cuenta la disposición del rival y la posición del esférico: “¡Balón a la derecha! ¡Ahora a la izquierda! ¡La tiene el central zurdo!”. Un trabajo concienzudo en el que el técnico cuidó los movimientos de los jugadores más adelantados, pero también de los de las zonas intermedias y alejadas del balón. “Cuanto menos hagamos esto (la tarea táctica de presión), mejor señal será. A mí no me gusta tampoco”, reconoció Idiakez tras varias momentos en los que tuvo que corregir o matizar las posiciones de los jugadores.
Una de las consignas más repetidas por Idiakez durante la tarea fue dirigida a los atacantes. “No puedo saltar a la presión regalándome. Voy acercándome muy rápido (al rival) y cuando estoy cerca temporizo para que no me superen”, indicó el técnico, empeñado en evitar que la primera línea de presión sea eliminada por un regate de un defensa rival y que, de ese modo, quede expuesto el resto del equipo. Asimismo, Idiakez señaló que el objetivo principal de los atacantes en la presión no es robar, sino ensuciar la jugada del rival cada vez más hasta que el equipo consiga generar una situación de robo de forma colectiva.
"No puedo saltar a la presión regalándome, temporizo para que no me superen"
Idiakez también recalcó la importancia de mirar atrás para conocer la posición de los posibles receptores del balón del equipo rival antes de iniciar la presión. De esta forma, Idiakez instó a sus jugadores a comenzar la presión en una dirección para taponar una línea de pase, si fuese necesario tras detectar anteriormente una posición peligrosa del adversario, y cambiar de dirección posteriormente para encimar a su par. “Con el mismo esfuerzo tapamos a dos”. Fue en ese momento cuando el preparador donostiarra puso de ejemplo a Diego Villares, el mejor jugador del Deportivo en la presión. Idiakez recordó un corte de video editado por Asier Marote, analista del primer equipo, en el que se veía a Villares tapar tres líneas de pase en la misma carrera únicamente con leves correcciones de dirección.
Por otro lado, Idiakez también quiso cuidar los movimientos de los jugadores alejados respecto a la posición del balón. Por ejemplo, el preparador vasco se tomó su tiempo para indicar a Kevin y Cayarga su zona de acción en la presión cuando el esférico estuviera en poder del lateral derecho rival. El míster hizo hincapié en que el extremo del lado contrario al balón debe situarse en una posición “intermedia” entre varios jugadores rivales (en este caso principalmente lateral, extremo y mediocentro de su banda) para poder llegar a tiempo a la presión en caso de envío hacia uno de esos futbolistas.
Idiakez hizo hincapié en varias ocasiones en el propósito principal de esta presión alta: “Primera intención al robar, hacia delante”. Los jugadores tenían la oportunidad de finalizar la jugada en pocos pases cuando Idiakez decidía que la presión se había realizado correctamente. Una fórmula que exprimió el Dépor durante la pasada temporada ante equipos que se atrevían a salir con el balón jugado desde atrás. En caso de robo en campo rival, los jugadores que reciben los elogios generalmente son los centrocampistas y los delanteros, pero Idiakez también se encargó de elogiar en varias ocasiones la personalidad de sus centrales durante la 2023-24. El entrenador destacó la valentía de los ‘Pablos’, que fueron los titulares habituales, por jugar con más de 40 metros a sus espaldas, ayudando a impulsar y acompañar la presión del equipo sin dejar espacios entre líneas.
Un atrevimiento que Idiakez pretende continuar manteniendo en el Deportivo de la temporada 2024-25 en Segunda División.