Miedo escénico en Riazor
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17º-23º

Miedo escénico en Riazor

El Deportivo regala otro punto en su feudo después de ir ganando la mayor parte del partido. Óscar Gilsanz quiere “jugar siempre en casa” pese a los flojos resultados de los blanquiazules como locales
Miedo escénico en Riazor
Gilsanz da indicaciones a Escudero poco después de que introdujese a Obrador | Quintana

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“¿Miedo por jugar en Riazor? No hay miedo por jugar en casa. Si puedo elegir, quiero jugar siempre en Riazor porque necesitamos su apoyo para el final del partido”, indicó Óscar Gilsanz nada más acabar el partido contra el Zaragoza en el que el Dépor volvió a conceder demasiado y dejó que su visitante se lleve algún punto para su casa.


Lo cierto es que los hechos no corroboran las palabras del técnico betanceiro ya que el equipo sigue sin ganar con solvencia en casa. En esta ocasión, tenía la victoria en el bolsillo, pero una mala acción defensiva en el tiempo añadido le privó de unos tres puntos que eran muy necesarios para coger confianza en el templo coruñés.


Este empate llegó después de que el entrenador blanquiazul pusiese prácticamente a su once de gala –faltó David Mella, sancionado– y mandase un aviso a los habituales suplentes. Si no rindes en los entrenamientos, no juegas.


Su plan funcionó al principio ya que un córner mal ejecutado por el Zaragoza acabó en el primer y único tanto del partido para los locales.


Esa diana cambió el partido por completo para los dos equipos. Ambos reaccionaron de forma diferente.
“Cuando marcamos, no tuvimos la situación que queríamos. Buscábamos tener más control de balón con Mario (Soriano), pero no fuimos capaces de conectar. Nos faltó un poco de pausa para tener un poco el balón, generar alguna posesión más larga y acercarnos a portería”, explicó Gilsanz.


Víctor Fernández, su homólogo en el Zaragoza, no entendió la decisión de su equipo de subir tantos jugadores al ataque, pero se alegró del esfuerzo que hicieron para corregir ese error.


“Evidentemente, en el córner que acabó en el gol del Dépor, no teníamos preparada una segunda acción. No pensábamos meter diez jugadores en el área, pero alguien tomó la decisión. Por suerte, la  hemos podido corregir gracias a seguir el plan que teníamos previsto desde el inicio del encuentro”, indicó.


Un plan que consistió en arrinconar al Dépor, ya fuese a través de la profundidad de los  carrileros o de obligar a salir a los centrales a la presión para generar espacios. Esto provocó que el conjunto herculino estuviese al filo del abismo durante todo el partido.


“Vivíamos al borde del precipicio, si saltábamos a la presión nos hacían mucho daño por el centro, pero si no lo hacíamos nos machacaban a centros laterales. No pudimos hacer una presión que nos permitiese vivir en campo contrario”, dijo Óscar Gilsanz.


Sin embargo, en la segunda mitad, el Zaragoza llevó al extremo ese plan y obligó al preparador betanceiro a meter un doble lateral que si bien detuvo la hemorragia, no tardó en volver a desangrarse.


“En la segunda parte, el rival nos hundió con los carrileros y tuvimos oportunidades de contraataque para matar el partido, pero no fuimos capaces de acertar. Nos faltó profundidad y eficacia. Hicimos un esfuerzo importante en la defensa del área, pero no fue suficiente”, arguyó.


Con todo, Víctor Fernández –aunque habló antes– desmontó la afirmación de Gilsanz diciendo que metieron la que tuvieron, mientras que ellos perdonaron demasiado.


“Hay un concepto en el fútbol que se llama eficacia y en ese sentido ganó el Dépor. Tuvo una y la metió. Si le das ventaja, suele aprovechar las opciones. Menos mal que solo le hemos dado esa opción. Ellos cometieron dos errores graves en salida de balón y nosotros no lo hemos aprovechado. Nos está castigando mucho el fútbol”, se quejó amargamente.


Pero lo cierto es que pudo sacar un punto de oro de Riazor. Algo que en las últimas fechas no es complicado, pero en la tarde de ayer todo el mundo confiaba en que no fuese así. Daba igual la cantidad de ocasiones que tuviese el Zaragoza, parecía que había algo en el ambiente que impedía el gol rival. Pero un error defensivo echó todo por tierra.


Ahora, como dijo Gilsanz, queda “seguir trabajando para no cometer los errores que cometimos” y así continuar escalando puestos en la tabla. 

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