El capitán deportivista Lucas Pérez se encuentra hoy de cumpleaños. Soplará 36 velas en uno de los momentos más dulces de su carrera. Al ser fundamental en su escuadra y marcando goles como el que el pasado sábado en Los Cármenes deparó un punto para los herculinos ante un recién descendido como el Granada.
El atacante de Monelos, que hasta la fecha ha disputado un total de 156 encuentros defendiendo el escudo del Dépor en tres etapas diferentes, sigue marcando la diferencia en punta de lanza.
Evidencia que, aunque posee de contrato en principio hasta junio de 2025, tiene cuerda para rato. Para seguir tirando del carro del equipo en donde quiso estar tras renunciar a un contrato como el que poseía en Primera División en el Cádiz.
Su rol de jugador carismático no se limita al terreno de juego, habida cuenta de que ejerce de líder también en el vestuario, tanto en su papel de formador y espejo para los más jóvenes como también a la hora de exigir el máximo esfuerzo a todos los componentes de la plantilla.
Lucas Pérez se ha granjeado el respeto y el cariño de la afición deportivista —cuyo sector más joven lo idolatra— siempre en función de su rendimiento. Para muestra, un botón. Y es que sus jugosas estadísticas de la pasada temporada, la última en el barro de Primera RFEF, revelan lo decisivo que resultó su aportación para amarrar el objetivo final del ascenso a Segunda División.
El ‘7’ no se conformó con haber anotado doce dianas en Liga —además de una adicional en Copa y otras tres en la Final de Campeones—, sino que también proporcionó 17 pases de gol al resto de sus compañeros.
Lucas exhibió su talento en 35 compromisos, sumando 2.971 minutos de juego, en los que también fue amonestado en cinco ocasiones y expulsado en una, frente al Teruel.
Respetado siempre por las lesiones —cuida al máximo su condición física—, el autor de 59 tantos con el club herculino sigue el ronsel dejado por auténticos buques insignia de la entidad de la Plaza de Pontevedra, como Donato, Manuel Pablo, Valerón o Mauro Silva, que exprimieron los mejores años de sus respectivas carreras profesionales en A Coruña.
La salida en el mercado de invierno de la pasada temporada de Ian Mackay y la retirada de Mikel Balenziaga han dejado en cuatro el número de capitanes blanquiazules en la presente campaña —el técnico Idiakez estudiará si se designa a un quinto—.
Lucas Pérez comanda una lista de representantes de la plantilla en la que también figuran Diego Villares, Pablo Martínez y Jaime Sánchez.
El elevado grado de vinculación de Lucas Pérez, así como su decisión de haber regresado para el tercer escalón del fútbol estatal, le han conferido un estatus de líder, por lo que en el momento en que decida colgar las botas a buen seguro que será un referente en el organigrama técnico deportivista.
Hoy por hoy, es una de las voces más autorizadas dentro del vestuario coruñés, que ejerce en el día a día de Abegondo como un motivador nato para la plantilla.
A pesar de su edad, conserva intacta la vitola de titular indiscutible, un referente para sus compañeros y un futbolista temido para las escuadras rivales.
El director general deportivista, Massimo Benassi, declaró recientemente que el punta herculino proseguirá en el club hasta el momento en el que el propio futbolista lo desee.
“Con Lucas no hay ningún problema. Su contrato es básicamente indefinido, en cuanto juegue un número mínimo de partidos se renueva si el club está en el fútbol profesional. Lucas estará aquí hasta que él quiera y como quiera. Es un futbolista fundamental para nosotros, él está muy contento y nosotros también con él”, explicó.
Así pues, una de las imágenes de marca del RC Deportivo seguirá revalorizándose esta temporada en la Segunda División del fútbol estatal.
Aunque el objetivo primordial del Dépor este curso debe ser la permanencia y el asentamiento en la división de plata, el sueño de Lucas Pérez pasa por devolver a su formación a Primera División.
En los cuatro primeros encuentros de la actual campaña, ha sido titular en todos ellos, con 362 minutos de juego y un gol, el ya referido al Granada.
Después de la brillante temporada que firmó en la 2015-16, formando una dupla ofensiva inolvidable junto a otro talento nato como Luis Alberto —con quien se entendía a las mil maravillas dentro y fuera del campo—, el Arsenal londinense tendió sus redes sobre él para incorporarlo a su ambicioso proyecto en la Premier League.
Su traspaso fue uno de los más caros de la historia del Deportivo, toda vez que los ‘gunners’ abonaron 20 millones de euros por hacerse con sus servicios.
Para su desgracia, el coruñés no pudo triunfar en un campeonato tan exigente como la primera inglesa, pasando posteriormente por clubes de nivel como el West Ham United, el Alavés, el Elche y el Cádiz.
Su hipotético retorno despertó un fenómeno social en A Coruña que trascendió a lo meramente futbolístico y, finalmente, en enero de 2022, el deportivismo pudo celebrar el retorno de todo un hijo pródigo, que ahora vuelve a paladear el regusto del fútbol profesional en Marineda.
De carácter sencillo y afable, siempre cercano a los seguidores deportivistas y a la ciudadanía en general, este verano ha sido elegido para dar lectura a los pregones de las fiestas de su barrio (Monelos) y de los fastos de agosto de A Coruña.
Desde el balcón de la casa consistorial de María Pita, visiblemente emocionado, el jugador agradeció todo el cariño y respaldo de su familia para haber podido llegar a la élite del fútbol.
“Quiero agradecer por todo lo que han supuesto en mi existencia personas como Iván, un hermano, así como de su madre María. También de mi abuelo marinero, que me inculcó todos los valores que luego me sirvieron para la vida. Y por supuesto, mi gran abuela. Si no fuera por ella, no estaría aquí”, subrayó.
El ‘7’ también ensalzó la figura que representó para él Arsenio Iglesias, a quien dedicó unas palabras emotivas.
“Fue una de las personas que me guio a mí a ser lo que hoy soy. Hizo mucho por nuestros colores, por nuestra pasión y por convertir a chicos como yo en apasionados deportivistas”, significó.