El Deportivo lleva cero puntos de seis posibles, pero Imanol Idiakez vio el vaso medio lleno en su lectura de la situación del equipo tras la derrota ante el Huesca. “Este equipo tiene fortaleza mental para asumir las dos derrotas, porque hemos hecho dos buenos partidos. Un buen partido con el Oviedo y una segunda parte buena contra el Huesca, que no es fácil en El Alcoraz”. El Dépor inclinó el campo en la primera media hora tras el descanso, ya con los cinco magníficos sobre el campo (Soriano, Yeremay, Mella, Lucas y Barbero), y el gol del empate momentáneo, obra de Ximo Navarro, es una clara muestra del camino a seguir para revertir la situación clasificatoria: Una acción colectiva de 46 segundos, con participación de los diez jugadores de campo, prácticamente en su totalidad en campo contrario, con un robo inmediato tras pérdida y con una definición final excelsa de Ximo Navarro.

Diego Villares, que ya estaba ejerciendo de lateral derecho tras la sustitución de Barbero por Álex Petxarroman, inició la jugada en el minuto 52:33 con un saque de banda y en el 53:19 el remate de Ximo Navarro besó la red de la portería defendida por Dani Jiménez. En esos 46 segundos, el conjunto herculino conectó un total de quince pases, trece de ellos en campo rival, mostrando capacidad de asociación y aceleración en tres cuartos y una rápida y efectiva presión tras pérdida que le permitió recuperar la posesión tres segundos después de haberla perdido. Menos de un minuto de juego que sirve como ejemplo del nivel, tanto con balón como sin él, que debe alcanzar y mantener el Dépor para estar más cerca de mejorar los resultados.

Aceleración de Mario

La jugada inició con el saque de banda de Villares desde la zona de banquillos. El futbolista de Vilalba encontró a Lucas, quien cedió el cuero atrás a José Ángel y este lo retrasó todavía más al central Pablo Vázquez hacia la mitad del campo del Dépor para iniciar la jugada de cara. A partir de ahí, combinaron a dos o tres toques Pablo Martínez, Ximo Navarro (de nuevo en campo rival), Soriano, Yeremay, Lucas y de nuevo Soriano. El madrileño, que ya estaba situado en el doble pivote junto a José Ángel y fue quien comenzó a acelerar la jugada, trató de seguir verticalizando el juego con un pase hacia Barbero, pero el central local Jorge Pulido interceptó el pase.

Presión de Barbero

En ese momento, el local Javi Pérez se hizo con la posesión, pero Barbero lo persiguió activando la presión. No robó el cuero, pero forzó un mal toque de Javi Pérez para que David Mella consiguiese recuperar el esférico tan sólo tres segundos después de la intercepción de Jorge Pulido. Acto seguido, Barbero cedió el balón atrás y José Ángel reinició el ataque con verticalidad buscando que el balón le volviese a Mella en disposición de encarar a su par, Vilarrasa, pegado a la línea de cal de la banda derecha.

Pausa de Yeremay

Mella llegó a línea de fondo, pero tuvo que darse la vuelta tras la buena defensa de Vilarrasa. El canterano encontró de nuevo a José Ángel en el vértice del área y este puso un centro de primeras con la diestra al punto de penalti. A pesar de que cuatro jugadores blanquiazules poblaban el área rival, el central Jeremy Blasco se impuso a Barbero en la disputa y logró despejar el cuero. Ya con el Dépor totalmente volcado y el Huesca hundido en su área apareció Yeremay para poner la calma en un momento tenso. El canario cedió el balón con un toque sutil a Ximo Navarro con la fuerza justa para que el lateral sólo tuviera que pensar en acomodar el cuerpo y tirar de primeras con el interior del pie derecho. Golazo para cerrar una jugada con los ingredientes necesarios para la mejorar la salud del Dépor.

El 1-1 confirmó las buenas sensaciones del Deportivo tras el descanso. “Hemos tenido ocasiones. Teníamos la sensación de que el partido podía caer para nosotros”, dijo Imanol Idiakez en la rueda de prensa posterior. Sin embargo, la entrada de Gerard Valentín equilibró la balanza de nuevo y otro despiste en una acción a balón parado acabó por echar por tierra los buenos minutos del Dépor en la segunda mitad y, aunque fue de bella factura, hizo inservible el primer gol de la temporada.