“Poco dura la alegría en la casa del pobre”, reza un popular dicho que alude a cualquier beneficio que dura menos tiempo del deseado o una expectativa que se ve rápidamente frustrada. 122 segundos. Eso fue lo que disfrutó el Deportivo del 1-1 ante el Levante. 

Apenas dos minutos para cambiar el celebrar unas tablas que rescataban, momentáneamente un sudado punto, a pasar a lamentarse por una concatenación de errores y falta de comunicación. Ahí pecó el Deportivo en el contexto de una jugada en la que los de Julián Calero tampoco tuvieron que hacer gala de una trabajada elaboración. Fue más bien una desconexión blanquiazul ante la veteranía de un jugador curtido en mil batallas como es José Luis Morales, el ‘comandante’ que puso una pica en Riazor.

Una fugaz alegría

¿Cómo pasó Diego Villares a celebrar su tanto a, en apenas dos minutos, arrodillarse atónito mientras el banquillo del Levante saltaba desde la banda hacia el córner para festejar su segunda diana? El vilalbés, que había entrado en el 61, marcaba el 1-1 cuando el crono marcaba el 81:08, aprovechándose de un rechace, tras disparo de Mario Soriano. Su remate impactaba en Cabello, que desviaba ligeramente la trayectoria, para batir a Andrés Fernández. 

Explosión de alegría, felicitaciones y arengas de sus compañeros, la grada festejando y animando en un partido que estaba siendo frío y parco en ocasiones de gol. El Levante vuelve a poner en juego y en un abrir y cerrar de ojos llega la frustración. 

Corre el minuto 82:03 y los granotas tienen el esférico, lo mueven cerca del círculo central y combinan pases atrás entre sus defensas, con una tímida presión de Mohamed Bouldini. Mella, que llega por el carril derecho y adelanta líneas, le indica a Ximo que no suba tanto a presionar.

En ese intercambio de pases de los visitantes en el que el Dépor se acerca tímidamente, regresa el balón a Cabello y entonces sube a presionar a Mario Soriano, lo que le obliga a mover rápido el balón, abriendo para el central Dela. Este cede a su portero, Andrés Fernández, que se quita la pelota de encima con un envío en largo. Este lo cabecea Pablo Vázquez, alejando el peligro de sus dominios.

 El Levante recupera el esférico, pero lo roba Soriano. Una acción que es invalidada, puesto que el mediapunta venía de fuera de juego.  Orellana Cid devuelve el balón al Levante y el juego se reanuda. Pase de Dela, para Carlos Álvarez y ante un acercamiento de Yeremay este cede atrás. Estamos en el minuto 82:54, quedan 16 segundos para el momento fatídico. Carlos Álvarez, que había marcado el primer gol del Levante, busca el pase de seguridad con Iborra, este abre a la banda derecha, donde está Pampín y el balón regresa a Dela. Parece un rondo inocente, similar al intercambio de pases que terminó en el envío largo de Andrés Fernández, pero todo va a cambiar. Esta vez Dela, ante la presión de Bouldini, que llega al trote, opta por abrir para abrir para Cabello. Este ve a su compañero Carlos Espí en el área del Deportivo y busca asistirle con un pase en largo.

Aparece corriendo Soriano y el granota ya no se lo piensa. Saca en largo. Estamos en el minuto 83:06, cuatro segundos antes del gol. Mide mal en la jugada Pablo Vázquez que, en el pico del área, se equivoca al tratar de cortar el pase. Falla él y también Helton, que no ha avisado a su compañero de que él ha salido del área chica, algo poco habitual en el guardameta brasileño, dejando desprotegido su arco. Aprovecha el mal despeje del central valenciano José Luis Morales para marcar a placer en una portería vacía, colando el balón entre los dos ‘Pablos’ (Vázquez y Martínez), que observan atónitos, junto a Espí, cómo entra manso el balón en la meta. Se acaba de cumplir el minuto 83:10. 

Abre los brazos Vázquez, sin entender nada, Helton se echa las manos a la cabeza y estallan de felicidad los jugadores del Levante, los del campo y los que calentaban en la banda, que entran en el rectángulo de juego entre saltos. De rodillas observa la escena Villares, que ha pasado de sonreír, tras marcar su gol, a ser testigo de como al Dépor se le escapa un punto.

Enésimo varapalo en Riazor, donde el Deportivo vive su particular pesadilla. Solo tres victorias en 12 partidos (Racing de Ferrol, Eibar y Castellón), cuatro empates (Málaga, Eldense, Sporting y Zaragoza) y cinco derrotas, contra Oviedo, Burgos, Racing de Santander, Mirandés y la última, frente al Levante. Otra noche para olvidar en su feudo.