El Deportivo volvió a desequilibrarse esta temporada en Riazor, esta vez frente al Levante. Otro nuevo fiasco del cuadro blanquiazul como local en un ejercicio en el que ha certificado tres victorias, cuatro empates y cinco derrotas ante su afición.
Unas estadísticas que revelan que los coruñeses apenas han podido sumar 13 puntos de un total de 36 en litigio. Guarismos de descenso que solo han podido ser maquillados por las 15 unidades conquistadas a domicilio, que mantienen al equipo dirigido por Gilsanz con un colchón respecto a la zona roja.
Contra el Levante dos errores gravísimos de la defensa —capitalizados por Pablo Vázquez y Helton Leite— impidieron puntuar a un Dépor sin demasiadas ideas, que continuó exhibiendo carencias en la construcción de acciones hilvanadas.
A pesar de que el mediocampista Diego Villares igualó el marcador en la recta final del encuentro, casi de inmediato otro gazapo defensivo de consideración imposibilitó la consecución de punto alguno contra un rival en zona de playoff como el granota, que aceptó de buen grado los dos regalos blanquiazules.
Las dificultades deportivistas como anfitrión dieron inicio en el primer encuentro de Liga, en agosto ante el Oviedo; en una acción visitante a balón parado Del Moral elevaba al marcador el 0-1 definitivo gracias a un error en la defensa del balón parado.
Aunque en la jornada tercera el Deportivo daba buena cuenta del Racing de Ferrol en Riazor (1-0), con una gran diana de Yeremay, los herculinos volvían a las andadas de su irregularidad como locales en la fecha sexta del torneo de la regularidad, cayendo ante el Burgos por 0-2, en otra tarde de despistes monumentales en la retaguardia.
Posteriormente el Deportivo enlazaría dos igualadas, sin tantos ante el Málaga (0-0) y frente al modesto Eldense (1-1), transmitiendo sensaciones de incomodidad permanente a la hora de iniciar el despliegue ofensivo.
En la jornada duodécima el hasta el momento intratable Racing de Santander pasó el rodillo en A Coruña (1-2), con Yeremay como suplente y una reacción tardía e insuficiente con el marcador en contra por 0-2. Ese nuevo revés desencadenó la destitución del técnico del ascenso, Imanol Idiakez.
El lunes 11 de noviembre llegaría la segunda victoria en casa del Deportivo, no sin sufrimiento en el tiempo añadido contra el Eibar (1-0), producto de un zarpazo desde fuera del área de Mario Soriano.
Contra Sporting de Gijón y Zaragoza el marcador fue idéntico, de 1-1, mientras que el triunfo más convincente y holgado del presente ejercicio acaeció el 19 de diciembre, contra el siempre anárquico Castellón (5-1).
Cuando el optimismo se apoderaba del entorno deportivista, tres días más tarde el Mirandés arrasó en un 0-4 incontestable.
El primer duelo en Riazor de 2025, ya sin Lucas Pérez, el Dépor volvió al sendero de la decepción. La primera ocasión para resarcirse, el próximo miércoles 29 en el Heliodoro Rodríguez López de Tenerife en partido aplazado.
Óscar Gilsanz, entrenador del Deportivo, reflexionó en su comparecencia ante los medios acerca del rendimiento dispar en casa y de visitante.
“Con los números en la mano tenemos menos puntuación y más problemas (en Riazor), el juego del equipo no expresa esos problemas que tenemos. El duelo demostró que estamos fuertes, pero algo nos faltó para poder puntuar”, determinó.
Por su parte, el míster del Levante, Julián Calero, quiso encontrar una justificación al bajón experimentado por su adversario cuando actúa en el estadio de Riazor.
“Con su velocidad fuera de casa si te repliegas un poco con la contra rompes al rival y en casa, al tener que llevar el peso del partido, cuesta más. Son también rachas: el Dépor tiene jugadores, estadio... este equipo va a volver a Primera”, destacó en rueda de prensa.