El Deportivo sufrió su primera derrota del año en un partido frío, en todos los sentidos, marcado por la falta de ideas ofensivas en los metros finales en el primer encuentro de la era pos Lucas Pérez. El equipo coruñés no encontró la fórmula para desarbolar a un Levante bien plantado y, cuando lo hizo, se pegó un tiro en el pie para volver a situarse por detrás en el marcador. Diego Villares, tras varias llegadas sin encontrar rematador, logró empatar el tanto inicial de Carlos Álvarez, pero el eterno José Luis Morales desequilibró el choque a favor de los visitantes al castigar una falta de entendimiento entre Pablo Vázquez y Helton. 

Sin Lucas y sin Escudero, que todo parece indicar que se perderá varios meses por su lesión de codo, Óscar Gilsanz huyó de cualquier invento y presentó el mismo once que en Burgos. Lo que funciona, no se toca. Mfulu y José Ángel, consolidados en el doble pivote, escoltaron al nuevo tridente blanquiazul (Mella-Soriano-Yeremay), con el madrileño estrenando su nuevo rol de teórico mediapunta titular tras la salida del jugador de Monelos. Mientras, el '10', nuevo líder del ataque, se llevó la gran ovación del público en el anuncio de las alineaciones debido a la reciente confirmación de su mejora de contrato y su continuidad en el club al menos hasta el próximo verano.

Los primeros minutos fueron de tanteo, con el Deportivo haciéndose con el control del balón. De hecho, el partido pareció esperar para arrancar de verdad hasta comprobar la reacción de la afición tras los acontecimientos sucedidos esta semana. En el minuto 7, como estaba preparado, la grada recordó a su '7'. Un minuto de aplausos para el ya excapitán del Dépor antes de una mayoritaria y sonora pitada dedicada al palco. El cántico de "¡Directiva, dimisión!", fugaz y menos unánime, cerró el capítulo de reacciones a la salida de Lucas y de alguna forma el césped recobró el protagonismo.

Mella puso la electricidad en el primer tramo del encuentro y José Ángel solventó un peligroso ataque conducido por Iván Romero, que superó a un permisivo Mfulu. El delantero granota, autor de un doblete en el 2-1 de la primera vuelta en el Ciutat de València, también puso a prueba la valentía de Helton, que le birló el balón en un mano a mano a riesgo de cometer penalti. Poco después, Pablo Vázquez tuvo que apagar el fuego en dos acciones consecutivas: un centro de Pampín desde la izquierda y un tiro de Sergio Lozano, que fue desviado por el central.

A pesar de estas llegadas visitantes, el Deportivo se encontraba cómodo con el balón. Los laterales Ximo y Obrador eran los encargados de dar amplitud al equipo, mientras que Yeremay y Mella se movían por zonas más centradas tratando de hacer daño entre lateral y central. En ese contexto, en el minuto 33, el canario filtró un pase a Barbero, pero el delantero estuvo lento para rematar y Xavi Grande bloqueó el disparo. Dos minutos más tarde, el '9' volvió a pecar de lentitud tras un pase en largo de Pablo Martínez que le dejó en ventaja. Barbero dio tarde el pase a Mella y además el asistente levantó el banderín indicando fuera de juego.

El primer tiro a puerta del equipo blanquiazul llegó en el 38, con un zurdazo de Mella que salió demasiado centrado, fácil para Andrés Fernández. A partir de ese momento, el Deportivo dejó de encontrar vías para avanzar a través del juego posicional ante un Levante que finalizó el primer acto en campo rival. Sergio Lozano, con un tiro desviado, puso el punto y aparte al partido antes de que se llegase al descanso. 

Castigo a la falta de acierto

El Deportivo recuperó el dominio en los primeros compases tras el paso por vestuarios, aunque Barbero, sempre trabajador, se quedó corto en dos nuevas acciones en el área. En primer lugar, no logró darse la vuelta tras una asociación entre Yeremay y Soriano, y, acto seguido, no consiguió anticiparse en el primer palo en un centro de Obrador desde la línea de fondo.

El Dépor perdonó. Y lo pagó dos minutos después. Pablo Vázquez cometió un error de cálculo en un envío en largo e Iván Romero lo aprovechó para filtrar un pase al visitante Pablo Martínez. El centrocampista remató con la zurda, Helton dejó el rechace muerto en el área pequeña y Carlos Álvarez se adelantó a José Ángel y Pablo Vázquez para hacer el 0-1. El talentoso atacante levantinista, que ya había sido de los más destacados en el partido de la primera vuelta, mejoró la también gran actuación en Riazor con un gol de pillo.

El Dépor, acostumbrado a ponerse por delante en el marcador desde la llegada de Óscar Gilsanz, se remangó para remar a contracorriente. Sin embargo, la luz se le apagaba a los atacantes blanquiazules en los metros finales, un déficit que provocó que más de uno se acordase de Lucas, el jugador que tenía más colmillo en la plantilla. De hecho, fue el Levante el que pudo aprovechar varios contragolpes, ya con Morales sobre el césped, para ampliar la renta. Pablo Martínez cruzó demasiado un zurdazo en el 60 y el propio Morales desperdició una ocasión a puerta vacía en el 64: Ximo salvo el remate casi bajo palos tras una caraja colectiva y una salida tardía de Helton.

El conjunto herculino, con Bouldini y Villares en el campo tras sustituir a Barbero y Mfulu, se lanzó a por el empate con llegadas continuadas por las bandas que se desintegraron en el área tras múltiples centros que no encontraban rematador. Como ocurrió en el minuto 76, tras un envío de Mella al corazón del área pequeña al que Bouldini no llegó por poco. Pero tanto fue el cántaro a la fuente, que se rompió, aunque con suspense. Yeremay hizo una de las suyas por la banda izquierda, se llevó a dos rivales, dio un pase atrás y Soriano se encontró con un defensor en su disparo. Villares cazó el rechace y, esta vez sí, encontró la puerta gracias a un desvío involuntario de Cabello.

Error garrafal

Sin embargo, la alegría le duró dos minutos al Deportivo. Una falta de comunicación entre Pablo Vázquez y Helton echó por tierra todo el esfuerzo realizado para empatar. El brasileño salió fuera de su portería para atajar un pase en largo del Levante, pero Pablo Vázquez no se dio cuenta e intentó interceptarlo. ¿El resultado? El balón quedó muerto y Morales, ahora sí, marcó a puerta vacía. 2-1 y bajonazo tremendo en Riazor tras el subidón reciente.

Los últimos minutos, que trajeron el estreno de Diego Gómez tras su regreso de la cesión en el Arenteiro, fueron un quiero y no puedo para el Deportivo, que el miércoles tiene una nueva oportunidad en Tenerife para eliminar el sabor amargo de un encuentro en el que volvieron ciertos fantasmas del pasado en forma de falta total de colmillo y pegada en ataque.