Un Deportivo en el que se puede creer saca un punto de Elche (0-0)
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17º-23º

Un Deportivo en el que se puede creer saca un punto de Elche (0-0)

Un Deportivo en el que se puede creer saca un punto de Elche (0-0)
Barbero ve pasar el esférico en una acción de ataque del Depor / Fernando Fernández

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Sumó el Deportivo en Elche ante un magnífico rival que primero le exigió y al que después superó. Empató (0-0) el equipo de Idiakez en un excelente partido en el que además no dispuso de Yeremay, uno de los faros del equipo. Fue una liza llena de matices, pero también prolija en defectos. Y pareció poca la suma porque la clasificación es una piedra en el zapato que le aprieta al equipo porque sale de los puestos de descenso gracias a la diferencia de goles, pero sigue sin escalar lo que debería. La buena noticia es que se ve que hay un camino que se puede tomar y por el que se debe crecer. Y las tachas parecen tan evidentes que hasta resultaría obsceno no corregirlas. Partidos como el del Martinez Valero ayudan, en todo caso, a creer.

 

La disputa por el control del partido tuvo lugar a ochenta metros de la portería de Helton. Allí acudió el Deportivo a trabar la salida del Elche, que construye siempre a través de la búsqueda del hombre libre, pero sobre todo a base de combinaciones que le permitan estar bien posicionado cuando pierde la pelota para reiniciarse de nuevo. Los futbolistas del Elche juntaron pases y el Deportivo empezó con una cierta codicia a encimarles. Fue un inicio achampanado en el que Soriano y Lucas conectaron para que el siete habilitase a Barbero en el área. Pero el control se le fue largo al delantero, que durante casi todo su tránsito por el partido se fajó en perseguir rivales. Se abocó a ese esfuerzo en realidad durante bastantes minutos todo el Deportivo, que perdió pie en la presión inicial por más que siempre acechase y alguna vez incluso asustase. Pero no fue capaz de acomodarse durante largos minutos en la primera parte, tiempo que se movió bajo la batuta local.

 

Tampoco la partitura del Elche era una sinfonía bien acabada. El equipo que adiestra con su habitual convicción setienista el vasco Eder Sarabia hizo bien los deberes en la construcción, encontró superioridades para sacar la pelota con solvencia porque además el lateral diestro Álvaro Núñez acudió en auxilio del excelente pivote Aleix Febas para dejar atrás la presión que ejercía Villares en ese sector. En los flancos profundizaban el vigués Yago Santiago y el zurdo Salinas, el mismo que había sonado este verano para el Deportivo antes de que se cerrase la incorporación de Escudero. Encontró por ahí una veta el Elche, también auxiliado por sus bulliciosos interiores, los argentinos Nicolás Castro y Nicolás Fernández. Pero no encontró las llaves de la zaga deportivista el equipo de Eder Sarabia. Las tenían Pablo Vázquez y Dani Barcia, resolutivos, bien auxiliados por Mfulu, que brilló en la resta. A Helton Leite no se le vio hasta que mediada la segunda parte se estiró para sacar un remate lejano a córner, pero tampoco puede concluirse que estuviese cómodo porque el Deportivo dejó otra vez sensación de permeabilidad en diversas acciones, en ese balón parado que siempre acaba tocando el rival o en el riesgo que corrió al acularse en el área y que pudo castigar Salinas con un disparo con su diestra que se fue cerca del palo. Para entonces ya estaba la primera parte en sus estertores.

 

Del Deportivo en ataque apenas hubo noticias antes del receso. Mella se dejó ver apenas en un par de carreras y más allá de aquella conexión inicial entre Soriano y Lucas, los dos mediapuntas de Idiakez apenas sintonizaron. El madrileño no entró en el partido, pero el capitán siempre está ahí para mejorar cualquier jugada, para prender la luz en el ataque. Así nada más regresar de la caseta se trabajó, con el apoyo de Barbero, un remate que Dituro sacó con la cara. Un buen aviso porque llegó tras una mala salida de balón del Elche. El partido, su sustancia, seguía ahí, en esos terrenos. El Dépor sufría en un partido de pico y pala, pero siempre dio la cara y en el inicio de la segunda parte algo más. Poco después de que Dituro salvase el gol a costa de un pelotazo, Lucas sacó otra vez un balón imposible para que Mella se pasease sobre el balcón del gol. Casi de inmediato Obrador sembró de nuevo el pánico en el área local. Se mostró el Deportivo, que no sólo dio un paso adelante con balón sino que sin él se ajustó para que el Elche no se manejase con la misma precisión que antes del descanso.

 

A la hora de partido todo había virado. El partido era del Deportivo y de la grada brotó un rumor de disgusto. Mella apareció en el partido. Empezaron a llegar balones al área en busca de un buen rematador que no apareció. Los buscó también el Elche, que se topó con Helton. Las primeras maniobras de Idiakez llegaron cuando el equipo pareció flaquear después de su excelente puesta en acción tras el descanso. José Ángel relevó a Mfulu, que no debía estar más agotado de lo que reflejaba su rendimiento. Y, para relevar a Barbero, entre Bouldini y Herrera el vasco miró hacia el segundo. Marcó entonces el Elche, en un doble fuera de juego que también fue una advertencia. 

 

El partido era grato de ver, pero complicado de digerir desde la pasión por unos colores. Demasiado abierto, demasiado expuesto todo, demasiado esfuerzo en una agonía que en el epílogo convirtió todo en un carrusel de emociones. No se achantó jamás el Deportivo en ese contexto. Lucas pudo marcar tras una genialidad de Mella, pero Matías Dituro envió el balón a la esquina tras una estirada inverosimil. Idiakez volvió a tomar decisiones: llamó a Escudero por Obrador para que aportase experiencia y bagaje en el sector izquierdo. Y recurrió, al fin, a Bouldini para retirar del campo a Soriano, que hizo un mal partido. Herrera cayó hacia el flanco derecho y Mella se trasladó a la izquierda.

 

Es imposible jugar un partido como el que depararon Elche y Deportivo sin recurrir a piernas frescas antes del final. Se litigó a campo abierto, con una exigencia altísima porque los dos equipos trabajaron en espacios amplísimos. Se jugó a cara o cruz. Al mano a mano que a cinco minutos del noventa fue el resumen del partido y en el que Dituro se hizo fuerte y estatuario, a la argentina, ante Mella. Pudo ganar el Deportivo y más con su excelente segunda parte. Volvió a dejar retazos de equipo grande, pero también a evidenciar defectos que van camino de convertirse en endémicos si quien debe hacerlo no toma las decisiones adecuadas. Y a este equipo le falta un nueve con gol.

Un Deportivo en el que se puede creer saca un punto de Elche (0-0)

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