Enrique Cabarcos, diseñador de la camiseta del Dépor de 1991: "Buscaba hacer algo novedoso, sin romper la tradición"
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Enrique Cabarcos, diseñador de la camiseta del Dépor de 1991: "Buscaba hacer algo novedoso, sin romper la tradición"

Enrique Cabarcos, diseñador de la camiseta del Dépor de 1991: "Buscaba hacer algo novedoso, sin romper la tradición"
Enrique Cabarcos fue el diseñador de la emblemática camiseta del Dépor en el año 1991 | Patricia G. Fraga

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Enrique Cabarcos (Vilalba, 1950) es una persona a la que el Deportivo y sus aficionados le deben mucho, aunque no lo sepan. Él fue el diseñador de la camiseta en forma de ‘T’ que vistió el conjunto herculino entre 1991 y 1997. El villalbés quiso romper con lo establecido y “hacer algo novedoso sin romper la tradición”. Así, tras mucho pensar, se le ocurrió uno de los diseños más bonitos que quedará para siempre en la memoria de la afición. 

 

¿Cómo empezó en el mundo del diseño?
Hace un montón de años. Cuando era pequeño empecé a dibujar porque era una afición que tenía, me gustaba y me proporcionaba un reto que cumplir. Poco a poco, a medida que crecí y aprendí más sobre dibujo, vi que había muchas necesidades en muchos ámbitos como la publicidad, en la industria, en la construcción o en el fútbol.

 

En ese proceso de detección de necesidades topó con el fútbol de manera casual.
Así es. Cuando veía los partidos, porque era muy aficionado, me fijaba que había muchos planos de televisión que no se aprovechaban para la publicidad. Entonces, vi una oportunidad. Pensé mucho y me dije que había que presentar una novedad porque si vas con lo de siempre la cámara se detiene menos.

 

¿En qué momento aparece el Dépor en su camino?
Mi relación profesional con el Dépor empezó porque un amigo, Javier Chaver, que estaba en una agencia de publicidad con la que colaborábamos ambos me presentó a Augusto César Lendoiro. Este amigo le dio buenas referencias mías a Lendoiro y empezamos a hablar para hacer algo con ellos y les presentamos el proyecto en el queríamos aportar algo diferente. 

 

¿Cómo fue el proceso de creación para hacer algo tan rompedor?
Había que hacer algo que fuese novedoso, pero sin traicionar la tradición. Entonces, me puse a trabajar sobre qué podíamos hacer sin eliminar las rayas verticales, pero ser diferentes. Después de mucho trabajo, presenté tres proyectos, pero el que más me gustaba fue el que tenía las líneas horizontales que empezaban en la clavícula. La idea era que la vertical no llegase a los hombros y así dar una sensación de que el jugador era más corpulento. La única pega que tuvimos es que en esa época no teníamos ordenadores por lo que trabajamos sobre unas fotografías de Van Basten. Como el tío tenía buena percha, le pusimos el boceto del Dépor y quedó bien (risas).

 

Para llegar a esa idea final, tuvo que desechar muchas otras.
Sí, claro. Eso forma parte del trabajo del diseño. Empiezas con una idea general y luego vas afinando. No hay que ponerse límites para diseñar, sino ponerte a hacer dibujos que sean originales, pero partiendo de un raíz. Te pueden salir cosas muy buenas o muy malas, pero es parte del proceso. En el caso del Dépor, había que conservar las rayas verticales y a partir de ahí crear. Recuerdo un modelo que se llamaba Riazor y que tenía unas rayas muy finitas menos en los costados, pero la que más me gustó fue la de Hércules que es la que todo el mundo conoce. 

No hay que ponerse límite para diseñar, sino ponerte a hacer dibujos que sean originales

 

Una vez que tiene encaminado el concepto, hay depurarlo.
Claro, tú depuras la idea como si fueras forofo del Dépor, que no es mi caso (risas). Una vez que te pones a hacer un trabajo, te metes como si esa cosa que estás haciendo fuera para ti. Quería hacer algo personal y que si fuese aficionado del Deportivo me compraría esa camiseta sin pensarlo.

 

¿Cómo hizo para diseñar la camiseta sin apoyar al Deportivo?
(Risas). No es que no apoyase al equipo, que de hecho lo hacía como se demostró con esa camiseta. Llevo muchos años viviendo en A Coruña y antes que nada soy ciudadano coruñés y como el Dépor es el equipo de la ciudad también es el mío. Aun así, yo soy del equipo del sur (Celta) (risas). 

 

¿Tuvo algún problema con no ser deportivista?
Para nada. De hecho, estaba en contacto con muchas empresas y conocía a mucha gente forofa del Dépor. Y a pesar de que no era mi equipo, me felicitaron por el gran trabajo que había hecho. En el diseño profesional, es muy normal que pasen esas cosas. Yo diseñé la camiseta del Dépor como si fuese para el Celta.

 

¿Se imaginaba que el Dépor iba a aceptar esos diseños tan innovadores?
La verdad es que no. Tenía mis dudas. Siempre que presentas algo nuevo tienes dudas, pero vas muy documentado. Llevaba un trabajo muy armado. Lo que más chocó fue que les propuse que los jugadores tenían que llevar el mismo número porque así se podía vender la camiseta. Ellos me decían que cómo le iban a decir a Bebeto que tenía que llevar el mismo número (risas). Yo les respondía que eran trabajadores del club y que tenían que hacerlo (más risas). Eso fue lo único porque en cuanto al diseño, no hubo mucha discusión porque les entró de primeras.

 

Sin embargo, la producción inicial no fue muy bien.
Así es. Las primeras fábricas las hicieron mal. No fue hasta que fui con Pepe Guillín, un directivo del Dépor, hasta Vigo a hablar con Umbro sobre el diseño. Allí fueron muy amables y me dijeron que hablase con el equipo de patronistas para explicarles bien la idea. Después de media hora, nos entendimos y salió como quería.  

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El once inicial del Dépor con la camiseta diseñada por Enrique Cabarcos | RCD

 

Una vez que salieron las camisetas, ¿sintió satisfacción por ese trabajo realizado?
Desde luego. Ver a gente de la categoría de los jugadores que tenía el Dépor o de la cantera, me dio mucha satisfación. Una vez que sale el trabajo que has hecho y la gente te lo acepta, es una sensación increíble.

 

Viendo el éxito que tuvo la camiseta, ¿hubo más acercamientos del Dépor para hacer más diseños?
Lamentablemente esa fue la única colaboración que hicimos. Fue una pena porque si hubiésemos seguido esa línea, seguramente llegaríamos a sitios impensables igual que había llegado yo originalmente a ese diseño por la observación que tuve viendo partidos de fútbol. Hubiésemos tenido mucho recorrido cómo tuvo posteriomente cuando colaboré con el Sporting de Gijón en la época en la que estuvo Herminio Menéndez como directivo. Con él, llegamos a hacer otros elementos aparte de las camisetas como toallas, sudaderas y colonias que tenían la marca Sporting, pero no tenían el escudo por lo que estaba destinado para el público general. Lo único diferente es que era el propio Sporting quien se llevaba el dinero.

 

Aparte del Dépor y del Sporting, ¿hubo otros clubes que se le acercasen para colaborar?
No. Es muy díficil vender ese tipo de proyecto. Por ejemplo, nosotros hicimos, desde 1979 que es cuando me vine a vivir a Coruña, varios proyectos que no tenían nada que ver con fútbol sobre la ciudad y que fuesen diferentes. De todos los alcaldes que hubo, sólo Francisco Vázquez y Xulio Ferreiro entendieron para dónde íbamos. Entonces, tienes que encontrar una persona receptiva, abierta y que entiende o hay un montón de proyectos que se quedan en el dique seco.

 

¿Qué opina de las camisetas actuales del Dépor?
Me parecen muy bonitas, son un poco distintas. De las tres, la que más me chocó fue la segunda porque la bandera con pico me parece un poco náutica, pero no sé si fue con intención o no. Yo probablemente hubiese puesto el pico al revés. Me gustan las tres. Además, la tercera con la Arsenio levantando la Copa del Rey evoca muchos recuerdos. En definitiva, son muy bonitas.

 

En este mundo global es muy difícil distinguirse

 

¿Considera que ya no se innova tanto en las camisetas?
Pues sí. El problema ahora es que todo va superrápido. La gente está continuamente innovando y eso trae muchos perjuicios. Por ejemplo, si tú quieres establecer una marca y estás cambiando continuamente la marca, ésta se difumina. Pasa lo mismo con los discursos. Los equipos, ahora, quieren tener un campo chulo, con una zona comercial, con un restaurante... Va todo por el mismo sitio y eso provoca que haya pocas cosas originales. En Galicia estamos en proceso de recuperar esa originalidad. Pero a día de hoy, el único equipo que es diferente es el Athletic Club porque mantiene su filosofía de cantera de que solo puedan jugar futbolistas de la región aunque ahora mismo está recibiendo muchas críticas. Cuando ganan un título, tiene que ser un fiestón porque es algo que no tiene nadie y eso hace que se disfrute más. En este mundo global, es muy difícil distinguirse.

 

Esa situación con la cantera está cambiando.
Eso parece. Hasta hace poco, a un canterano se le hacía impensable jugar en el primer equipo por las figuras que había. No veían salida. A día de hoy está cambiando tanto aquí, como en Vigo o en Barcelona. Está apareciendo gente que es muy buena porque se tienen los medios y se le dan oportunidades. De hecho, Galicia tiene una cantera increíble. Piensa que cuando se ganó la Eurocopa de 1964, el mejor jugador era Luis Suárez Miramontes, que era coruñés y sigue siendo el único balón de oro masculino de España.

 

Por último, ¿le gustaría volver a diseñar una camiseta de un equipo de fútbol?
Me encantaría. Tendría que ponerme en contexto porque ahora estoy con otros proyectos, pero me encantaría volver a diseñar. De hecho, con gente relacionada con el Celta con la que tengo relación estamos esperando a que se asiente la nueva directiva, para hacer. Desde luego que me gustaría volver a ese mundo.

Enrique Cabarcos, diseñador de la camiseta del Dépor de 1991: "Buscaba hacer algo novedoso, sin romper la tradición"

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