A sus 29 años, quizá en el momento de plena madurez en su carrera deportiva, Rubén Díez no dudó ni un segundo en bajar una categoría desde el Tenerife para llegar en calidad de cedido a un Deportivo en el que esperaba convertirse en todo un referente ofensivo.
Sin embargo, su rendimiento fue de más a menos, exhibiendo cierta lentitud de ideas y movimientos en el tramo más decisivo de la campaña.
Los aficionados más exigentes de la escuadra blanquiazul llegaron a reprocharle de manera puntual su falta de acierto con silbidos desde la grada.
Después de un año de cesión y de sensaciones agridulces, desde luego que su futuro no pasa por la ciudad herculina.
Desde sus primeros pasos en el RC Deportivo, Rubén Díez dejó constancia de lo bien que trata al balón, con controles y pases que denotaban la clase que atesora.
Aunque no fue titular de inicio, se fue granjeando la confianza de Borja Jiménez de modo paulatino.
Desde la jornada cuarta se estableció en la titularidad de un Deportivo con numerosos problemas para hilvanar juego, más si cabe cuando actuaba lejos del estadio de Riazor.
En un ejercicio discreto para el aragonés, firmó unas estadísticas que revelaron que pudo haber aportado más al colectivo.
No en vano, el ‘21’ participó en 34 de los 38 encuentros de la fase regular de Liga, con 29 titularidades, para un total de 2.554 minutos de juego; brindó al Depor tres dianas (ante Talavera, Linense y San Fernando), así como dos asistencias —quizá su talento no fue explotado en el último pase—.
En el capítulo disciplinario le mostraron ocho cartulinas amarillas y no vio ninguna tarjeta roja.
Muy justo físicamente —solía ser uno de los cambios en el tramo final de cada encuentro ya que solo completó 15 duelos—, el zaragozano fue descendiendo en sus prestaciones al RC Deportivo.
Incluso un preparador que apostó por él de manera recurrente como Óscar Cano se vio obligado a dosificarlo en las diez últimas jornadas de la Liga.
El sustituto del míster andaluz, Rubén de la Barrera, todavía le concedió menos oportunidades, hasta el punto de ser irrelevante en los dos trascendentales encuentros de semifinales de playoff de ascenso frente al Castellón, en los que no tuvo presencia.
Aunque posee dos años más de relación contractual con el CD Tenerife, el cuadro insular ya le ha transmitido a su representante que no contará con él para la campaña 23-24 en Segunda División.
Así mismo, tampoco ha convencido en A Coruña, por lo que el Deportivo no solicitará a los ‘chicharreros’ un año adicional de préstamo.
Su porvenir profesional todavía está en el aire y han salido a la luz noticias acerca del posible interés de clubes de Primera Federación como Castellón, Málaga o Ibiza. Deberá tomar una decisión inminente para iniciar la pretemporada con su nuevo conjunto.