Es un empate justo en Riazor. Aunque llega en el descuento, en un balón un poco raro que se cuela entra las piernas de varios jugadores. El Zaragoza, si tenemos que ser sinceros, fue mejor en muchos momentos del partido. Solo la falta de acierto antes del descuento hizo que llegara el Dépor con una ventaja al final.

Fue un partido condicionado por un gol temprano al estilo Dépor. Robo en área propia y velocidad y llegada de varios jugadores al área contraria. Eso, más la horrible colocación del Zaragoza tras un córner a favor, propició ese gol.

Luego, el Zaragoza fue hundiendo, poco a poco, al Dépor. La movilidad que buscaba Gilsanz por dentro con Lucas y Soriano no daba soluciones. Se metían para crear superioridades que al final no desembocaban en posesiones largas. 

El Zaragoza hizo mucho daño por el flanco izquierdo del Dépor. Aketxe fijaba a Escudero y Luna llegaba continuamente sin que Yeremay pudiese seguirlo. Así llegaron muchos centros. En la segunda parte la situación estaba igual, pero con un escenario bueno para el estilo del Dépor, sabiendo que su rival tenía que arriesgar más. El Zaragoza se expuso a posibles robos y contraataques del Dépor para matar el partido, pero no lo hizo. 

El cambio de Obrador por parte de Gilsanz fue acertado para tapar esa subidas de Luna ya que no subió tanto como había hecho hasta entonces. Al Dépor le falta un poco de claridad en la elaboración y en la salida de balón. Siempre que el rival, como en este caso el Zaragoza, le hace una presión alta comete muchas imprecisiones. Los centrales y los medios defensivos tienen poca claridad para sacar el balón. 

Me queda un mal sabor de boca con ese gol al final. Pienso que lo más justo, por las ocasiones falladas por el Zaragoza y por el dominio que tuvo en muchas fases del juego, es el empate. Hay cosas que mejorar. Pienso que les falta un jugador que pueda dar una salida limpia al balón. La duda que hay es si tiene ese futbolista en la plantilla.