Lleva el Deportivo toda esta temporada conviviendo con un elefante en la habitación que se está obviando gracias a esporádicas explosiones ofensivas, casi siempre originadas por la erupción de los volcanes Yeremay y Mella. Pero ha sido en este momento de la temporada, cuando el equipo necesitaba continuidad para meter una marcha más y acabar de decidir si subía o bajaba en la clasificación, en el que la carencia más importante en el regreso al fútbol profesional ha vuelto a quedar en evidencia: este Dépor va muy justo de gol.
El conjunto coruñés saltará al Tartiere hoy inmerso ya en la mayor sequía goleadora del curso. Desde que Mella cerrara el vendaval que se llevó por delante al Almería en media hora, el crono marca 239 minutos sin que los cientos de aficionados que van a estar en Oviedo, y el resto, hayan cantado otro tanto blanquiazul. Toda la segunda parte de resistencia contra el cuadro andaluz y los dos partidos frente al Eldense y el Huesca.
Esta última racha negativa, motivo entre otros de que la distancia con el descenso se haya reducido a la mitad en un suspiro, es una consecuencia más de la mochila con la que tuvo que cargar Idiakez y ahora lleva encima Gilsanz. En la primera vuelta, el Dépor estuvo dos partidos completos sin marcar. Después de que Lucas Pérez empatara en Granada a la vuelta del descanso, no hubo gol en las derrotas frente a Burgos y Córdoba, pero la tormenta de Albacete aparcó el debate. Tras la abundancia del Belmonte tocaron otras dos semanas de ayuno. Contra el Málaga y en la visita al Elche, hasta que Bouldini marcó en Riazor para salvar un punto ante el Eldense.
No es el conjunto coruñés, ni mucho menos, uno de los peores equipos de Segunda en esta faceta si miramos los números gruesos. Tan cierto es esto como que si nos vamos más al detalle, las dos caras en lo que respecta al acierto ante la portería contraria dan para despertar cierta preocupación, sobre todo si en las jornadas que faltan para terminar el campeonato predomina la de las luces apagadas. El Dépor ha sido de extremos desde su regreso a la categoría de plata, con cinco jornadas en las que ha marcado 22 tantos (Albacete, Cartagena, Cádiz, Castellón y Almería) y otras 23 en las que ha sufrido lo indecible para poner 14 goles en su casillero. Ni un partido de dos dianas exactas para los blanquiazules, que concentra más del 60% de sus 36 goles en esas tardes de inspiración.
Así, cuando el potencial ofensivo se desata, el cuadro deportivista está al alcance de muy pocos. En esos encuentros en los que ha marcado tres o más goles, la media se va a los 4,4. Almería y Racing de Santander, los dos mejores ataques, van a un ritmo de 1,7 y 1,6, respectivamente. El extremo opuesto es para echarse a temblar. Un pobre balance parcial de 14 en las otras 23 citas para un promedio de 0,6. Racing de Ferrol y Cartagena, prácticamente sentenciados, en parte por su incapacidad de imponerse en el área rival, registran 0,63 tantos por partido y 0,64.
Con este panorama, los focos se ponen inevitablemente en Eddahchouri. El delantero neerlandés ha sido el último en llegar y es la gran esperanza de un equipo al que no le sobra ni un centímetro de colmillo. Zaka se estrenó a lo grande, pero ahora lleva dos partidos sin ver puerta y ante el Huesca dejó a deber una gran ocasión a puerta vacía que lo pilló por sorpresa. Los números rojos de su cuenta están lejos, en todo caso, de los de Barbero y Bouldini. El marroquí ha sido el gran fiasco de la planificación deportiva y ahora mismo suma un único tanto. Lo que es peor, ha pasado al último puesto en la rotación. El ‘9’ del ascenso, por su parte, ha firmado tres dianas, pero la última hace ya más de dos meses en la goleada al Castellón. Su aportación tampoco ha mejorado saliendo desde el banquillo.
Mientras, al deportivismo y a Gilsanz le tocará seguir fiándolo todo a la crecimiento de los jóvenes. En su año de estreno en el fútbol profesional, Yeremay y Mella se están viendo obligados a tirar del carro y han participado directamente, marcando o asistiendo, en 22 goles cuando todavía quedan 14 jornadas. Mario Soriano, que ahora mismo ocupa la mediapunta, acumula dos tantos y tres asistencias más.