Presidente del Silva SD
El Silva SD, club coruñés fundado en 1940, ha protagonizado un crecimiento espectacular en los últimos años. Su primer equipo masculino se ha asentado en la máxima categoría autonómica, las categorías inferiores han aumentado de forma notable, el fútbol femenino ha hecho acto de presencia y, además, la entidad se ha adentrado recientemente en el fútbol sala. Todo esto bajo el mandato de Luis Varela Rodríguez (Lugo, 1961), un presidente discreto que destaca la ayuda de sus personas de confianza en la evolución de un Silva en el que ya acaricia las dos décadas como máximo mandatario.
¿Cuánto tiempo llevas en la presidencia del Silva?
Llevaré 17 o 18 años ya. Creo que cogí la presidencia por el 2004 o 2005.
¿Cómo y cuándo nació tu vinculación con el Silva?
Yo tenía al chaval jugando en el Silva, que empezó a jugar ahí cuando era juvenil. En ese momento estaba José Luis Vales de presidente en el club. Me dijo ‘échame una mano’ y ahí empecé a ayudar pero al final me dejó a mí el marrón (risas). También estaba Pepín de secretario. Él (Vales) dijo que no quería seguir y me quedé yo. Además, los amigos del chaval empezaron a animarnos para que cogiéramos en el club para evitar que desapareciera. En ese momento solo había equipos de juveniles y de modestos. Después ya llegó todo lo demás.
Todo lo demás es un crecimiento tremendo del club, sobre todo en lo que respecta al equipo modesto.
Sí. Entró gente nueva y a partir de ahí la cosa cambió. Además de ser socio de la empresa (Arboco), también entró conmigo en el club Chechu (Vales) y ahí empezamos los dos a trabajar. Él tiene más facilidad para hablar con la gente, reunirse y estar en primer línea. A mí no me gusta estar en la palestra. Tiene más contactos y se desenvuelve mejor. De esa forma empezó todo y también poco a poco se fueron creando cada vez más categorías. De aquella ya hubo una buena remesa de juveniles que pasaron al equipo modesto y logramos subir por primera vez a Segunda Autonómica. Al año siguiente bajamos y en ese año entró Chechu conmigo. Al año siguiente volvimos a ascender, luego entró Javi (Bardanca) en el club y desde ese momento se emprendió una larga caminata hasta ahora.
¿A qué se debe ese crecimiento? ¿Cuál es la fórmula?
La fórmula es el trabajo. Poco a poco fuimos haciendo categorías y fuimos incorporando gente más capacitada para jugar cada vez más arriba. Así fue el ascenso.
¿Cómo te sientes al presidir el segundo club de A Coruña de acuerdo a la categoría de sus primeros equipos?
Con toda la normalidad del mundo, con mucha humildad y con ganas de echar una mano en lo que se pueda. Siempre trabajando aunque sea en la sombra.
¿En qué situación se encuentra el Silva actualmente?
El club tiene buena salud. Desde que llegó Oscar Martínez el club ha dado un gran salto. Es un trabajador nato. Trabaja día y noche y se mueve mucho. Sin él sería difícil porque, aparte de conocer mucho por trabajar en la radio, tiene muchos contactos y se mueve por la Federación, por la AFAC y por donde haga falta. Es un puntal muy grande. Antes teníamos un equipo por categoría y ahora tenemos A, B, C y hasta D.
¿Cuántas licencias tiene aproximadamente el Silva en la actualidad?
Más de 200 chicos y chicas. Eso sin contar fútbol sala.
¿Cuáles son los objetivos que se marca la entidad a corto y medio plazo?
Los objetivos son los de siempre, como por ejemplo que algún chaval despunte y pueda llegar al primer equipo. Además, los valores son importantes. No solamente es jugar al fútbol, es ganar una educación y unos valores. Lo importante es que los chicos y chicas sepan comportarse. El objetivo es formarlos como personas.
¿Cuáles es el siguiente paso para el primer equipo del Silva en la antesala de la novena temporada consecutiva en Tercera?
Nunca nos ponemos techo. Mantenerse en Tercera tantos años es un logro para un club de barrio porque luchamos contar presupuestos muchos más altos.
¿Cómo se consigue eso?
Con los contactos de Chechu, que conoce mucha gente y juega con el cariño que le damos a la gente en el club, que esto es una familia. Los jugadores vienen y cuando marchan no ves a un chaval que hable mal del club. Esto es como una familia. De vez en cuando tomamos unos pinchitos en el local del club con Jorge, que nos echa una mano en el Vallo. Los jugadores están muy a gusto aquí y eso es lo más esencial. Todos los chavales están muy contentos y esto es una gran familia.
¿Ascender a Segunda RFEF es una meta factible o queda lejos?
Lejos, lejos no queda porque estamos a un paso, pero hay que luchar mucho porque hay muy buenos equipos. Siempre está ahí la oportunidad y si algún día la podemos aprovechar, pues perfecto. No es una cosa que el club tenga entre ceja y ceja pero si surge, bienvenido sea.
¿Qué significa Javier Bardanca, técnico del primer equipo masculino, para el Silva?
Significa el crecimiento total del Silva. Lleva 14 años y cuando cogió el equipo cada año fue ascendiendo hasta llegar a Tercera y consolidar el equipo en la categoría. Es uno más de la familia. Aunque me gustaría destacar que un club como el Silva no solo se basa en tres personas. La evolución del Silva se basa en el trabajo de muchas personas. Sería imposible enumerarlas a todas.
Además del primer equipo, también ha crecido considerablemente el volumen de equipos de categorías inferiores. ¿Qué trabajo hace el Silva de cara a la captación de niños y niñas?
Esa faceta la controla Óscar, que hace muy buen trabajo en redes sociales. Además, ahora tenemos un convenio de colaboración con el colegio María Barbeito y de esa forma captamos a chavales para el club.
¿En qué punto está el club respecto al fútbol femenino?
Ahora mismo tenemos tres equipos. Las chicas también están integradas y el fútbol femenino es un aliciente más para el club.
¿Cuál es la situación económica del Silva? ¿Goza de buena salud?
De momento, sí. De momento nos vamos arreglando, como casi todos los clubes. Entre los socios y lo que vas haciendo de unas cositas y otras, se va sacando los equipos para adelante. Y claro, Óscar también busca ayudas por todos lados. Es el hombre para todo. Además, los patrocinadores también suponen una gran ayuda y nosotros como empresa también patrocinamos al club.
¿El Silva sufre la escasez de campos para todos los clubes coruñeses?
A nivel de campos estamos un poco cortos, sí. Me imagino que le pasará lo mismo a todos los clubes. Es cierto que tendría que haber más campos, pero hay que arreglarse con lo que hay. Poco a poco vas trampeando para poder entrenar y jugar. Hoy estás en A Torre, mañana en Elviña, luego en A Grela, después en San Pedro de Visma… Aún menos mal que apareció San Pedro, que sino estaríamos peor.
¿Cómo te gustaría que el club fuese reconocido?
Que fuera reconocido como un club amigo, señorial y familiar. Me gustaría que la gente sepa el día de mañana que este es un club modesto en el que la gente siempre ha quedado contesta de estar aquí.
¿Qué le aporta al club formar parte de la AFAC?
Sin la AFAC, los clubes de Coruña no existirían. Es que sin la aportación de la AFAC, ¿qué harías? Uno solo no hace nada. No vas a pelear con el Ayuntamiento y las diferentes instituciones de forma individual. La AFAC hace una labor muy, muy importante a nivel de fútbol coruñés.
¿Disfrutas de tu cargo como presidente o lo sufres?
En el fútbol siempre sufres. Aunque estés ganando, no hay victoria sin sufrimiento. De momento lo llevo bien y creo que seguiremos aguantando.
¿Ves cercano el relevo en el cargo o tienes cuerda para rato?
Relevo siempre hay, pero aún me queda cuerda, que soy joven. Mientras las cosas vayan como están yendo hasta ahora, no es un problema ser el presidente del Silva. No es como antes, que lo hacías tú solo. Ahora hay más gente, más apoyo y se lleva mejor.