Se acabó lo que se daba para Enmanuel Reyes Pla en Belgrado. El Profeta cayó en las semifinales del Campeonato del Mundo de la AIBA (Asociación Internacional de Boxeo Aficionado) contra el italiano de origen marroquí Aziz Mohuiidine, pero el coruñés de La Habana no se volverá de vacío. El botín es una histórica medalla de bronce, la segunda de siempre para España en los Mundiales.
Reyes valorará su éxito con el tiempo. Hoy no. Y mañana tampoco. La derrota le deja un sabor agridulce y también sin la esperada revancha contra su compatriota, el cubano Julio La Cruz, que le eliminó en el polémico combate de cuartos de final en los Juegos Olímpicos de Tokio.
El Profeta clamó contra los jueces aquella tarde de verano en Japón. En la capital serbia estuvo más comedido. Resignado, negó con la cabeza, pero desde A Coruña se vio de otra manera: “Enmanuel ganó el primer asalto clarísimamente”, declara su entrenador Chano Planas para este diario.
Los comentaristas de Eurosport tampoco daban crédito en el momento. El coruñés impactó con varios golpes en la cara de su rival y se defendió con éxito. Cuatro jueces, sin embargo, le dieron los puntos a Mohuiidine, y solo el egipcio pujó por Reyes.
“Al dárselo por perdido empezaron los nervios de Enmanuel y le dieron más opciones al italiano, que estuvo muy listo. Cuando vio que también ganó el segundo asalto empezó a correr para asegurar”, analiza Chano. “Cuando tu resultado depende de un tercero siempre pasan cosas”, añade.
Lo cierto es que Mohuiidine se tuvo que limpiar una herida con sangre entre el segundo y tercer asalto, mientras que Reyes no tenía ningún rasguño aparente. Otra vez los puntos fueron para el italiano, una decisión difícil de explicar. Enmanuel arriesgó en el tercero, pero su rival, muy rápido, esquivó casi todos los golpes y trató de frenar el ritmo, sabedor de que tenía la victoria en su mano.
Ganó Mohuiidine por decisión dividida (29-28, 29-28, 28-29, 30-27, 30-27) y mañana se enfrentará con La Cruz por el título mundial de los pesos pesados. El Profeta vuelve a casa con un bronce histórico para España y nuevos objetivos en la maleta: el Europeo del próximo año y el sueño olímpico de París 2024.