Los años dorados del CD Logroñés evocan a una época gloriosa en los años noventa. Bajo la presidencia del bodeguero Marcos Eguizábal, un humilde club comenzaba a codearse con los grandes. Siempre bajo la batuta de un entrenador con carácter como el gallego David Vidal.
Criado como futbolista en las categorías inferiores del RC Deportivo de La Coruña, el de Portosín sigue siendo genio y figura incluso desde su retiro en la cálida costa gaditana.
Después de empaparse de fútbol con el Rayo Vallecano-Celta, nos atiende gustoso para dar su singular punto de vista acerca de la situación actual de dos los clubes de su vida, Logroñés y Deportivo, antes de su encuentro del domingo en Las Gaunas.
¿Qué es de tu vida alejado de los banquillos?
Ya tengo mis años —71— y la verdad es que no tengo ni siquiera representante, pero he tenido dos o tres ofertas este año pero no me convencieron. Me encuentro bien. Hoy en día el que entrena es el preparador físico y el entrenador es que dirige desde afuera, el que indica cómo debe salir el balón jugado desde atrás...
¿Sigues con la pesca submarina?
Sí, me gusta mucho bucear y es una actividad que me ayuda a estar en forma.
El domingo el RC Deportivo visita Las Gaunas. Parece mentira que hayan pasado 24 años desde el último partido en este escenario para el club...
Hombre, los dos equipos han estado en Primera División y ahora se encuentran en la Primera Federación, que es algo muy distinto. ¿Qué se le va a hacer? Hay que asumir esa nueva realidad.
Tú has vivido los mejores momentos deportivos del CD Logroñés, con dos clasificaciones como décimo de la Liga española...
Estuve allí con Marcos Eguizábal de presidente entre los años 90 y 93. Competíamos con los mejores y llegamos a estar de primeros o segundos en Navidades. Eso son cosas del pasado. Estuvimos varias veces cerca de poder jugar en Europa pero nunca lo conseguimos. A final de temporada la Liga se nos hacía larga y había que mantener el nivel todo el tiempo.
¿Cuáles son tus mejores recuerdos en Las Gaunas?
Estuve allí tres temporadas y todas ellas fueron muy buenas. Criamos, formamos y educamos a muchos futbolistas jóvenes de la cantera, que se vieron proyectados. Desde los tiempos de Cádiz siempre trabajé la cantera; entre los productos que sacamos estaba Quique Romero, que fue campeón de Liga con el Deportivo de La Coruña.
¿Cómo era Marcos Eguizábal?
Era mi presidente, muy bueno. Era bodeguero de profesión y mantuve con él una estrecha relación, de amistad. Era su entrenador y más bien, un amigo. Cuando me marché del Logroñés y me fui al Hércules, Villarreal o Albacete él venía a visitarme.
Ojalá Borja Jiménez pudiese hacer como Álvaro Cervera en el Cádiz, subir de 2ªB a Primera
Teníais grandes futbolistas...
Por supuesto, estabam Quique Setién, Manu Sarabia, Polilla da Silva, Toni Polster, Julen Lopetegui... Cada temporada, como el Deportivo en la época de Lendoiro, teníamos mucha gente de calidad.
¿Cuál fue el mejor jugador que dirigiste en Logroño?
No es fácil ni está bien destacar a uno solo porque a un entrenador nunca le gusta personalizar. Esta pregunta lleva consigo muchas cosas. Tenía amistad con algún jugador, me llevaba muy bien con Polster, que vino ya en su ocaso al club. Era veterano. Polilla da Silva o Nélson Gutiérrez eran muy buenos. Tato Abadía también era un gran jugador, que se dejaba el alma en cada partido y también ponía su fútbol al servicio de todo el equipo. Estábamos ahí por el mérito de los jugadores, fueron años muy bonitos y que gusta que sean recordados por el fútbol español.
¿Cómo han podido ahora mismo caer Logroñés y Deportivo hasta el tercer escalón del fútbol estatal?
Todavía no me lo explico cómo el Deportivo y el Logroñés están donde están; deberían estar en categorías superiores, desde luego. Ambos están en unas ciudades con muchos habitantes y donde el fútbol se vive con mucha fuerza. El Deportivo dispone de una afición enorme, que va a los partidos en un número espectacular, tanto en casa como fuera de Riazor. Motiva mucho a su equipo y esperemos que se pueda llevar una alegría lo antes posible. La afición del Logroñés va un poco menos al campo pero también es cierto que tiene dos equipos en la misma categoría, no es algo habitual para una urbe más bien pequeña.
Logroñés y Deportivo, ambos con 20 puntos, se miden este domingo en quizá el encuentro estrella de la undécima jornada de la Primera RFEF...
Pues sí, ahí están los dos equipos, muy bien posicionados en la clasificación y con ganas de hacer algo grande. El Deportivo ha empezado muy bien y debe mantener ese ritmo toda la temporada si quiere aspirar a una meta ambiciosa como el ascenso. Esta competición no permite despistes ni bajadas de rendimiento, hay que ser muy constante para poder lograr el ascenso.
¿Cómo es el ambiente futbolero de Las Gaunas?
La afición aprieta mucho, no tanto como en Riazor, con 15.000 personas, pero animan mucho a su equipo. Para el Logroñés siempre es una motivación actuar en casa y para el rival no es cómodo, desde luego, aprietan.
¿Qué valoración haces de que el RC Deportivo posea casi 19.000 socios en Primera RFEF?.
Eso tiene mucho mérito, por eso el equipo está ahí, de primero, segundo o tercero. La afición no para de animar y los jugadores se sienten responsables, quieren agradecer a sus aficionados porque lo están dando todo y si siguen hasta fin de temporada lo más lógico es que el Deportivo salte de categoría. Desde luego que es algo insólito para una división como esta, es una gran ventaja para el Deportivo sobre el resto de equipos y espero que tengan algo que celebrar a fin de temporada porque sinceramente creo que se lo merecen.
La afición del Deportivo es espectacular, por eso está primero
¿Resulta paradójico que el pasado curso el equipo, con figuras de la talla de Mujaid, Borges, Uche, Rolan o Beauvue no carburase y esta campaña, con menos nombres, sí se encuentre entre los primeros de la tabla?
Eso se debe a que ahora hay un grupo y en los últimos dos años no se ha producido esta circunstancia. Ahora mismo los equipos de fútbol son plantillas de más de veinte jugadores. De ellos once trabajan y catorce miran lo que hacen los otros once. Un entrenador debe convertir a esos once principalmente en una familia y al resto en un grupo que ayude a la familia para cuando tengan que entrar por lesión o sanción.
¿Qué papel juega el técnico en todo esto?
En definitiva es el entrenador el que tiene que hacer una familia. Ningún futbolista ha ido a una universidad para aprender a jugar al fútbol desde niño. El entrenador debe ser mediático y saber comunicarse con los futbolistas, dar un mensaje que sea fácil de interpretar y que llegue hondo al jugador.
¿Cuál fue el entrenador del que aprendiste más?
Me gustaría destacar que soy un enamorado de la gente que me ha ayudado a mí a lo largo de mi carrera, por lo que tengo que mandar saludos a todos los que me han ayudado en el mundo del fútbol, especialmente para mi profesor, Don Arsenio Iglesias, que me introdujo en este deporte a nivel profesional.
Ambos os visteis las caras en Primera División...
Sí, nos enfrentamos, él dirigiendo al Deportivo de La Coruña y yo, en el Logroñés. Varias veces jugamos en contra. También quiero expresar mi satisfacción por que Nico González, el hijo de un deportivista inolvidable como Fran, esté despuntando ya en el fútbol de élite, en el Barcelona. Juega realmente bien al fútbol como centrocampista defensivo.
¿Qué valoración haces del papel de Borja Jiménez al frente del timón del Depor?
Es un entrenador que lo ha hecho muy bien en todos los equipos por los que ha pasado anteriormente. Es joven y sus equipos juegan con personalidad. El señor presidente Couceiro lo ha fichado para su equipo. Está trabajando bien y obteniendo unos resultados más que notables, por lo que hay que apoyarlo. La Liga es muy larga y el Deportivo ojalá que subiese como hizo Álvaro Cervera aquí en el Cádiz, de Segunda B a Primera. Ojalá Borja pudiese hacer lo mismo en el Deportivo y que este equipo pudiese estar de vuelta en Primera División lo antes posible, aunque hoy en día hay mucha competitividad.