Concluyó la pretemporada para el Liceo. Lógicamente, para un equipo como el verdiblanco, que siempre busca la victoria incluso en el más intrascendente de los duelos, las dos derrotas en Lisboa (el sábado en los penaltis ante el Sporting CP y el domingo por la mínima ante el Benfica) no satisfacen del todo a la plantilla. Pero los jugadores sí reconocen que estos exigentes compromisos, frente a equipos de primerísimo nivel, han sido un excelente banco de pruebas para lo que se avecina, la Supercopa de España en Sant Sadurní d’Anoia.
Los verdiblancos se enfrentarán el sábado en semifinales al Caldes, a partir de las 18.50 horas, mientras que a las 21.00 se verán las caras el Barcelona y el Noia. La final está prevista para el domingo a las 19.45.
En la mente de los hombres de Juan Copa todavía está una semifinal contra el Caldes. Aquella que se celebró en Riazor el 12 de junio, y que ganaron los verdiblancos un día antes de conquistar la Copa del Rey en Riazor frente al Barcelona. Así que ahora toca volver a derrotar a este equipo que, sin tener la tradición ni el palmarés de otros grandes equipos del hockey catalán, no ha dejado de crecer en los últimos años y cada vez está más cerca de ganar un título.
De ahí que los dos partidos de los últimos días en la capital lusa hayan sido igualmente importantes no solo para seguir rodando al equipo, sino también para hacerlo pensando ya en los rivales más fuertes que aparecerán en la presente campaña, así como en finales de partido igualados y tandas de penaltis.
Tras los compromisos en el país vecino, ahora toca visitar una vez más Cataluña. Los verdiblancos buscan su tercera Supercopa de España, después de las conquistadas en 2016 y 2018.