(Transcripción de Israel Zautúa)
Me han contado que el día de mi bautizo, tras celebrarlo, todos salimos corriendo porque jugaba el Dépor, creo recordar que contra el Madrid. Somos así, de perdernos actos o cosas por ver al equipo. Mis padres, mis abuelos, mi hermano, que tiene 8 años, es de Ferrol y también es socio. Toda mi familia es deportivista.
Soy coruñesa y nací en julio de 1997, el día que Djalminha se presentó con el Dépor y es mi ídolo, además. Íbamos a verlos entrenar a Acea de Ama y siempre llevaba la camiseta con el cuello alto, como él. Lo veía pasar y automáticamente me subía el cuello de la camiseta para emularle.
No podría decir por qué elegí a Djalma como ídolo, pero lo es desde que tengo uso de razón y es el más grande. De hecho, la primera vez que entré en el colegio, me preguntaron cómo me llamaba y respondí, Djalminha. Creo que era por cómo jugaba, la magia que tenía con el balón, que no se la vi a otra persona.
Valerón también fue especial. De porteros, me gustaba mucho Aranzubia, que fue uno de los mejores que hubo en los últimos años. Y de la era actual, me quedaría con Villares, que lleva en el barro desde que caímos y le tengo mucho cariño por eso. También Lucas y Álex Bergantiños.
No puedo decir cuál fue mi primer partido en Riazor porque mi padre me llevaba desde que era un bebé y soy socia desde 2004. Así que desde niña, siempre que he podido, he acudido al estadio.
Cuando algún partido coincidía con cumpleaños de compañeros del colegio y no me lo quería perder, pedía a mi madre que me castigara sin ir al cumple para poder ver al Dépor. Recuerdo que en uno que estábamos celebrando en un parque infantil de Los Rosales, de pronto apareció Molina en el centro comercial y le pedí a mi padre irme cinco minutos para sacarme una foto con él.
Guardaré el 4-0 al Milan en la memoria toda la vida, y eso que tenía 7 años. Del título de Liga, aunque no me acuerdo del partido porque tenía 3 años, sí recuerdo estar en los hombros de mi padre y de mi abuelo celebrándolo en Cuatro Caminos, que me decían “mira los jugadores”.
El Dépor me lo dio todo, amigos, enemigos, a mi pareja, que nos conocimos gracias a él y llevamos seis años. También conocí a amigos con los que ahora no estoy, pero les guardo un cariño muy grande porque vivimos ascensos, descensos, lloramos, reímos, fuimos a desplazamientos... Es mi equipo, lo tengo tatuado desde los 18 años, me dio grandes alegrías y grandes decepciones también, pero aquí estamos, temporada tras temporada.
Mi vida gira y girará en torno al Deportivo. De hecho, mis vacaciones lo más normal es que dependan de si juega o no en casa. El año pasado, mi pareja y yo viajamos a Londres y coincidía con el partido contra la Cultural Leonesa en Riazor. Pero ya habíamos hablado de que si había posibilidad de que se ascendiera en ese partido, cancelábamos el viaje, sin importarnos el dinero que perdíamos, porque había que estar en el momento del ascenso.
Fui imagen del Dépor en la temporada 2018-19, con la primera camiseta de Galicia. Había un casting en Riazor y dije, venga, con todo, porque más deportivista que yo no hay nadie. Estuve en la Deportienda, fui la cabecera de Twitter, del club y la gente ya me conoce como la pelirroja del Dépor. Me dio vergüenza pero fue genial y repetiría, si quieren.
He visto al equipo jugar la Champions, la antigua Copa de la UEFA, en Primera División, Segunda, Segunda B, Primera RFEF... Da igual dónde juegue, que seguiré viendo al Dépor siempre.