El regatista gallego Nico Rodríguez, medalla de bronce en la clase 470 de vela en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 junto a Jordi Xammar, aplazó su futuro deportivo hasta el mes de septiembre.
"No me obsesiona absolutamente nada hasta el 1 de septiembre. Ahora lo único que me apetece es ir a dar un paseo con mi hermano, tomar una caña y luego ir a ver a mi padre", manifestó Nico Rodríguez.
"Mi vida, mi sueño, se acabó el 4 de agosto, era algo que ya sabía antes de viajar a Tokio. Ahora lo único que quiero es contar mi experiencia a todo el mundo porque esto es una gozada", explicó en una rueda de prensa en la sede de la Federación Gallega de Vela, en Vigo.
En este sentido, apuntó que la medalla de bronce le supo "a gloria", y dejó claro que "hasta el mes de septiembre" no tomará una decisión sobre su futuro.
"El vínculo que se ha generado entre Jordi y yo no desaparecerá nunca porque llevo cinco años partiéndome el culo con él, pero hemos peleado por el mismo objetivo, por intentar ser mejores. Jordi siempre formará parte de mi familia", aseguró.
Compartió su éxito con sus entrenadores, preparador físico y, sobre todo, con su psicóloga, quien, a su juicio, fue "clave" para que acabaran subiendo al podio.
"Aunque las cosas no empezaron bien, nunca le perdimos la cara al campeonato, supimos sufrir porque sabíamos que nadie nos iba a regalar nada aunque habíamos firmado una gran temporada" recordó.
Aseguró estar "como un niño pequeño" tras haber cumplido su "sueño", y destacó la "unión" del equipo español que viajó a Tokio.
"Todos los que estaban allí se merecían tanto como Jordi, Joan o yo mismo esta medalla. A todos esos compañeros los he visto disfrutar mucho con mi medalla, y eso me hizo llorar mucho", se sinceró.
Admitió que no tuvieron su "mejor" semana en Japón, y no escondió que la presión de partir como favoritos le ha podido "pasar factura".