Javier Gómez Noya, único pentacampeón del mundo de triatlón y plata olímpica en los Juegos de Londres 2012, será una de atracciones del equipo español que competirá, el mes que viene, en los Juegos de Tokio 2020. En una entrevista con la Agencia EFE, el astro gallego –nacido hace 38 años en Basilea (Suiza), pero criado en Ferrol (Coruña)–, explica cómo se encuentra y señala su épica batalla contra los hermanos Alistair (oro) y Jonathan Brownlee (bronce) en Londres, como “la carrera más espectacular de la historia”.
Éstos podrían ser sus quintos Juegos, pero serán los terceros. ¿A la tercera irá la vencida?
Sí, la verdad es que con los Juegos Olímpicos tengo una relación no sé si de amor y de odio; pero tuve sensaciones encontradas, con un gran éxito y de un ‘subidón’ increíble, hasta momentos duros, por una lesión, otros por una decisión técnica... Ésta es simplemente una carrera nueva; y no pienso mucho en lo de atrás. Ni en lo bueno, ni en lo malo.
Un gran campeón como usted, que ya lo ha ganado todo, ¿llega más relajado a estos Juegos? ¿O esa idea no existe en su mente?
En el sentido de la presión sí que se llega más relajado, no te voy a engañar; porque sí me sentí presionado en Pekín o Londres. Pero la auto-exigencia es la misma, las ganas son las mismas; y la responsabilidad con uno mismo, de llegar allí y darlo absolutamente todo, eso, está ahí. Y genera una tensión que creo que es importante.
No pudo ir a Yokohama, primera prueba del Mundial, a causa de una infección bucal; y en Leeds, segunda, sufrió una caída en bici. ¿Le sobrevino el fantasma del accidente que sufrió en bici justo antes de Río?
No, porque, por fortuna, desde un principio vi que la caída no parecía que iba a tener complicaciones, más que unas raspaduras y de tener que abandonar por un problema mecánico en la bici. Fue más la frustración que otra cosa, porque no hemos tenido muchas oportunidades de competir. Al final, cambié un poco el plan y pude competir en una prueba del Grand Prix de Francia, en una carrera con mucho nivel, en la que logré un buen resultado (fue segundo en la de Dunkerque, el pasado fin de semana). Y eso me dejó un poquito más tranquilo. Ahora queda ese último empujón hasta los Juegos.
Llegaré con menos presión, pero con la misma auto-exigencia de darlo todo
¿Cómo sigue su programa de aquí hasta Tokio?
Pues enseguida me marcho a México, otra vez, a Cozumel, a hacer las últimas semanas de preparación en condiciones de calor y humedad. Y de ahí me iré directamente a Tokio. Y a competir.
Hay quien piensa que la de Tokio puede ser la carrera más abierta, de entre todas las que ha habido hasta ahora. ¿Usted qué piensa?
Sí, sobre el papel está muy abierta. Por lo visto en las últimas carreras, en estos últimos dos años los cambios en el podio son muy habituales, mucho más que en otras ocasiones. Eso quiere decir que en una carrera de un día no se puede decir que cualquiera, pero sí que hay muchos candidatos a la victoria. Y en ese sentido sí que creo que va a estar más abierto que otras veces.
¿Regresaría satisfecho con una medalla? ¿O sólo le vale el oro?
Volveré satisfecho con haber rendido a mi máximo nivel. Porque ése siempre es el objetivo. Cuando alcanzas eso tienes que estar contento. Si luego hay uno que va más rápido que tú, qué le vas a hacer. Lo que sí me fastidia; y me fastidió mucho, por ejemplo, en Pekín (donde acabó cuarto), es que no rendí a mi máximo nivel. Y eso me dejó bastante frustrado. Sin embargo, en Londres sí que creo que rendí. Hice una carrera muy buena, lo que pasa es que Alistair (Brownlee, que ganó el oro) lo hizo un poco mejor. Así que el objetivo es ese, darlo todo.
La de Londres quizá haya sido la carrera olímpica más emocionante de la todos los tiempos, en uno de sus históricos enfrentamientos con los hermaos Brownlee.
Londres fue la carrera más espectacular de la historia. Por el público, por el entorno, por los rivales; por el nivel de los competidores, que fue altísimo... Ojalá en Tokio se pueda volver a ver otro gran espectáculo. Esta vez cambian los rivales: sólo estará Jonathan ahí. Alistair, no.