El enfrentamiento del próximo sábado en El Toralín entre la SD Ponferradina y el CD Lugo tiene bastantes ingredientes propios de un duelo de rivalidad entre vecinos, aunque sean de diferentes comunidades autónomas, con partidos que han dejado huella en ambas aficiones.
Habitualmente este choque ha tenido trascendencia bien por objetivos ambiciosos o por la permanencia, fundamentalmente en la categoría de plata, algo que también ocurrirá en este caso, al menos por el lado gallego ya que los lucenses llegan en posiciones de descenso después de una caída en picado que confían en enmendar desde su visita a Ponferrada con nuevo entrenador en el banquillo.
La última visita del CD Lugo a El Toralín se saldó con triunfo visitante (0-1) con gol de penalti de Manu Barreiro en el 87 que dio aire al equipo entonces dirigido por Juanfran García, que acabó logrando la permanencia que ahora también persiguer, mientras la Deportiva tuvo que sufrir lo indecible para asegurar el objetivo en la penúltima jornada.
También con victoria gallega se saldó el encuentro de la primera vuelta en el Anxo Carro en el último desplazamiento berciano de 2020 con tanto de Hugo Rama, también en las postrimerías del choque y tras haberse quedado la Ponferradina con un jugador menos, por la expulsión de Curro Sánchez al final de la primera mitad.
Mucho ha cambiado la situación desde entonces, con un equipo lucense al que no le ha sentado nada bien el baile en el banquillo al que acaba de llegar Rubén Alvés, que debutará en El Toralín, mientras que la Deportiva, ya conseguida virtualmente la permanencia, piensa en cotas mayores, aunque le separen seis puntos de la zona de fase de ascenso.
Al margen de la última visita lucense, en la anterior en Segunda División se vivió un choque donde los locales se jugaban la vida y que acabaron saliendo airosos para romper una racha de seis jornadas sin ganar, imponiéndose por 2-1 con tantos de Basha y Aguza, aunque David Ferreiro pusiera picante a los últimos minutos.
A pesar de este triunfo más que necesario, la Deportiva acabaría perdiendo la categoría en la última jornada y el CD Lugo se quedó fuera del ambicioso objetivo al que todavía aspira su rival ponferradino agarrándose a las matemáticas.
Los precedentes entre ambos equipos se remontan a comienzos de los años 50, entonces el CD Lugo conocido como CD Polvorín y donde la SD Ponferradina le infringió un duro correctivo, 7-2, en su primer enfrentamiento en la temporada 51-52.
Con ambos equipos militando en Tercera División, se encontraron en diferentes temporadas entre las décadas de los 50 y 70, hasta llegar a los albores de los 80, todavía en la por entonces categoría de bronce -la división era diferente a la actual-, con dos empates 0-0 y 1-1.
El siguiente enfrentamiento sería en una fase de ascenso que superaron los bercianos tras igualar en terreno gallego, 1-1 y vencer por la mínima en terreno propio, 2-1.
Posteriormente, ya con la actual configuración de categorías y la existencia de la Segunda División B, empezarían una sucesión de enfrentamientos desde la temporada 87-88 hasta la 2009-10, en las últimas con dominio ponferradino que ya había saboreado su primer debut en la categoría de plata.
La siguiente etapa sería en Segunda División con un primer duelo que dejaría huella y acrecentó el sentimiento de rivalidad, sobre todo desde la parte berciana, que no olvida el último encuentro de liga en el "Anxo Carro" de la temporada 2012-13, donde el empate 2-2, dejaba fuera del sueño de la fase de ascenso al equipo entonces dirigido por Claudio Barragán.
La forma en que se comportó el equipo dirigido entonces por Quique Setién, mostrando profesionalidad, pero aderezada por una inusitada energía en la celebración de los goles, hicieron herida en los más de dos mil aficionados bercianos que vieron como la reacción de su equipo llegó tarde, forzando tan solo el empate tras empezar perdiendo 2-0.
Después de este doloroso duelo, ambos equipos volverían a encontrarse las dos temporadas posteriores en la categoría de plata con doble victoria lucense en la siguiente, 0-2 y 3-0; mientras que en la que acabó suponiendo el penúltimo descenso de la Deportiva, se produjo un empate en Lugo, 0-0 y una victoria 1-0 en "El Toralín".
La pasada temporada, en Lugo se vivió un partido extraño saldado con tablas en el marcador, con dominio claro local antes del descanso con dos goles de Manu Barreiro, el segundo de penalti, para igualar en la reanudación la Ponferradina gracias a los cambios, con goles de Larrea e Iriome en propia puerta.
A los duelos ligueros también hay que añadir los cruces coperos en las temporadas 71-72 y 94-95 con clasificación lucense en ambos casos (0-0 y 2-1) (1-1 y 6-0), mientras que en el único y último enfrentamiento en esta competición, entonces a partido único, el triunfo se quedó en Ponferrada, 1-0.