En una campaña en la que el Deportivo solo ha sido capaz de perforar el marco contrario en nueve ocasiones a lo largo de las primeras 16 jornadas, el gol se paga a precio de oro en el entorno blanquiazul.
Los futbolistas herculinos intentan afinar su punto de mira en los entrenamientos, donde cada diana se celebra como un síntoma de alivio y confianza.
Arietes como Miku o Beauvue hasta el momento no han dado la talla en la finalización pero ello no es óbice para que se empleen a fondo en cada acción del juego.
Durante el partidillo final del entrenamiento de ayer, en espacios reducidos, hubo oportunidad de presenciar tantos de bella factura; dicha pachanga concluyó, paradójicamente, con un autogol de Nacho.