La afición deportivista no se desnonecta de su equipo ni siquiera en la actual situación de pandemia o con el equipo inmerso en una de las peores —si no la peor— rachas de resultados de sus más de 110 años de historia.
Las instalaciones de la Ciudad de Abegondo amanecieron ayer con la presencia de una pancarta en la que el colectivo ‘Riazor Blues’ solicita la máxima implicación de la plantilla coruñesa en los tres partidos que restan de la liguilla inicial, en la que la escuadra dirigida por Rubén de la Barrera tiene que exprimir sus opciones de clasificarse entre los tres primeros para acceder a la fase posterior de ascenso a Segunda División.
“Traidor quen abandone, logremos o imposible”, rezaba literalmente el mensaje de los seguidores más jóvenes y fervientes del club coruñés, que aguardan que nadie tire la toalla antes de tiempo.
Con cuatro puntos de desventaja respecto al podio clasificatorio del Grupo I Subgrupo A de la categoría de bronce —a falta de que esta tarde disputen sus encuentros atrasados Celta B y Zamora—, el conjunto herculino tiene la obligación de saldar sus tres partidos restantes con sendas victorias que les permitan meter presión a sus dos antecesores más directos, con los que tienen pendientes enfrentamientos directos (la penúltima jornada será un Celta B-Depor y la última, un Depor-Zamora).
En un curso atípico debido a la falta de público de los estadios, el deportivismo no se rinde y trata de contagiar este espíritu inquebrantable a un equipo en horas muy bajas.
Sin Miku ni Derik
El el aspecto meramente deportivo, el técnico Rubén de la Barrera no pudo disponer ayer del concurso de Miku y Derik, con molestias y al margen.
En una semana sin compromiso oficial de Liga, el ‘staff’ herculino no correrá ningún tipo de riesgo con los futbolistas renqueantes y espera recuperar a todos sus efectivos para que, ante el Pontevedra en Riazor, el Depor pueda contar con sus 22 futbolistas profesionales.