El expresidente del Deportivo Augusto César Lendoiro ha recomendado a la entidad financiera Abanca que se apresure pero "lentamente" en las decisiones que toma sobre el club coruñés, del que es máximo accionista con más del 70 por ciento del capital social.
Esta semana, el presidente del banco, Juan Carlos Escotet, anunció cambios en el Deportivo para profesionalizar el club, aunque no concretó las medidas que pretende llevar a cabo.
Lendoiro, en un escrito remitido a Efe, abogó por hacer una reflexión a "fondo" a la vista de la "trascendencia del momento" en que se encuentra el Deportivo, que está fuera de las posiciones que permiten luchar por el ascenso a LaLiga SmartBank y en enero despidió al entrenador que comenzó la temporada, Fernando Vázquez.
"En un mes hemos asistido a múltiples actuaciones, en general desafortunadas, y lo dije a quien debía, que finalizaron con salidas y entradas extrañas de entrenadores y jugadores; declaraciones del presidente y de los técnicos saliente y entrante; reacciones lógicas de la afición tras los malos resultados; nervios generalizados", relató Lendoiro.
El exdirigente consideró que ese clima pone "en serio peligro la imperiosa necesidad de ascender", un "cóctel explosivo de acontecimientos", precisó, que finalizó "con el bombazo que supusieron las manifestaciones públicas del presidente de Abanca, el accionista mayoritario".
"Esta situación extrema me lleva a pedirle a Juan Carlos Escotet y a Fernando Vidal (presidente del Deportivo), lo que Fernando VII indicaba al sirviente que no atinaba a vestirle con destreza para una importante reunión: 'vísteme despacio que tengo prisa'", apuntó Lendoiro.
"Qué cierto es que las prisas no son buenas consejeras y que este no es el momento de tomar decisiones drásticas", advirtió Lendoiro, quien consideró que está en "desacuerdo con gran parte de las actuaciones" de Abanca y del club y aseguró que "no todos los fallos se le deben imputar solo" al presidente deportivista.
Por todo ello, sugirió a Escotet que "actúe de la misma forma que el emperador Augusto le recomendaba a sus ayudantes en las situaciones más complicadas: 'apresúrate lentamente'.