La historia del atletismo está salpicada de grandes leyendas, atletas que hicieron grande su deporte con gestas sobre el tartán, los nombres de Zatopek, Abebe Bikila, Carl Lewis, Beamon, Juantorena, Fosbury, Isinbayeva, Alison Félix, Zelezny, Pietro Mennea, Al Öerter, Coe, Ovett, Cram ó Usain Bolt están en la mente de todos. Su historial, sus grandes gestas, pero a la sombra de ellos también hay la historia de quien no tuvo la fortuna de ser el centro de los focos, pero que bien merecían un reconocimiento por su enorme trayectoria.
Este bien podía ser el caso de Eulace Peacock, un atleta que pudo ser una leyenda y que acabó bajo la sombra de un histórico Jesse Owens, el héroe de Berlín. Si del recientemente fallecido Raymond Poulidor, legendario ciclista que a pesar de su historial nunca fue capaz de vestir el maillot amarillo del Tour de Francia, se decía que en vez de faltarle a Poulidor la gloria de llevar el maillot amarillo, era al Tour el que le faltaba la gloria de que Poulidor lo hubiera portado. Lo mismo se podía decir del atleta americano Eulace Peacock, que a pesar de llegar a ser recordman del mundo de los 100 m.l. nunca llegó a ser ni siquiera olímpico.
Owens y Peacock tenían vidas paralelas. Ambos nacieron en Alabama, con once meses de diferencia, hijos de aparceros que emigraron al norte al mismo tiempo en busca de mejor vida. Peacock y su familia se establecieron en el norte de Nueva Jersey, Owens en Cleveland. Peacock se convirtió en un talentoso saltador de longitud, pentatleta, que también dominaba el fútbol, y que acabó corriendo en Temple. Owens era una sensación en la pista cuando era estudiante de secundaria y luego prosiguió con sus éxitos en Ohio.
Ridiculizando a Hitler
Owens será siempre recordado por ser el atleta que ridiculizó a Hitler en su propia casa.El dictador quiso que los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 fueran una clara demostración de la superioridad de la raza aria. Jesse Owens, atleta de raza negra, logró cuatro medallas de oro y cuatro records del mundo demoliendo la teoría de Adolf Hitler, que se ausentó del estadio para no tener que ponerle ninguna medalla al atleta afroamericano. Sin embargo, la gloria que alcanzó Owens bien pudo ser para Peacock.
Eulane Peacock fue un atleta de altísimo nivel que tuvo una gran rivalidad dentro de las pistas y una estrecha amistad fuera de ellas con Owens. La condición de ambos de afrodescendientes logró unirlos aún más y ambos querían demostrar al mundo, que Hitler estaba equivocado.
En 1934, Peacock, con sólo 20 años, igualó el record del mundo de los 100 m.l. con una marca de 10.3 en Noruega, se había convertido en el hombre más rápido del mundo y por ende la gran esperanza americana de lograr la medalla de oro en los Juegos de Berlín, que serían dos años más tarde. Pero la esperanza le duró poco, ya que Jesse Owens lo igualó un año después, pero no solo se quedó ahí, ya que también logró el record del mundo en los 200 m.l., 200 metros vallas (ya no existe esta prueba) y salto de longitud, y todo ello en el escaso tiempo de 45 minutos. La rivalidad llegaba a su máximo exponente”.
El gran favorito
Durante los años 1934 y 1935 Peacock y Owens se vieron las caras en 18 enfrentamientos directos, Peacock ganó en seis ocasiones por doce de Owens, pero tres de las victorias de Peacock fueron de manera consecutiva y muy cerca de los trails USA que clasifica a los tres primeros atletas para los Juegos Olímpicos y sin posibilidad de repesca. Incluso el doble campeón olímpico Charles Paddock, doble campeón olímpico y gran referente de Jesse Owens vaticinaba que Peacock como el gran favorito para subirse a lo más alto del podio en Berlín, por delante de Owens.
El propio Owens parecía asumir la superioridad de Peacock , después de perder contra este cinco veces seguidas a partir de julio de 1935, dijo que Peacock era el mejor velocista. “Se necesitará un hombre especial para vencer a Eulace Peacock”, dijo a un periódico. “Ves, ya he llegado a mi punto máximo. Peacock acaba de llegar al suyo. Es un verdadero atleta. No sé si puedo derrotarlo nuevamente “.
Pero todo se torcería a partir de ese momento, el 24 de Abril de 1936 la historia dio un vuelco inesperado y allanaría el camino de Jesse Owens. Peacock se lesionaba en el isquio derecho y no podrían tomar parte los trails, quedando fuera de los Juegos Olímpicos. Owens se convertiría en una celebridad y más tarde en un mito. Peacock lo encajó con deportividad y resignación. “No podía ponerme a llorar, sucedió y eso fue todo, claro que estoy decepcionado, pero no se puede pasar la vida pensando en lo que podía haber sido y no fue” reconoció tiempo después.
No pudo ser olímpico
No tendría una nueva oportunidad de ser tan siquiera olímpico, ya que las olimpiadas de 1940 y 1944 fueron canceladas por motivo de la segunda guerra mundial, y para 1948, Juegos que se celebrarían en Londres, Peacock estaba ya retirado. Le sobraban cualidades para llegar a ser una celebridad y ni tan siquiera pudo ser olímpico.
La historia le olvidó de la misma manera que él fue olvidando su pasado lentamente, falleciendo en 1996 después de batallar en una guerra perdida de antemano con el Alzheimer.