El periodista Adrià Soldevila desvela en ‘El partit més llarg’ (El partido más largo), editado por Ara Llibres, los entresijos de lo que sucedió en el Barcelona el 1 de octubre de 2017, la jornada en la que se celebró el referéndum sobre la independencia de Cataluña y en la cual el club azulgrana acabó disputando su partido de Liga ante el Las Palmas a puerta cerrada.

Entre otras fuentes, Soldevila ha tenido acceso a lo que se escribió en el grupo de WhatsApp de la directiva del Barcelona ese histórico 1-O de hace tres años. La directiva Maria Teixidor fue la primera persona en proponer allí que el partido se disputara a puerta cerrada. Teixidor comunicó su idea con hasta tres mensajes de WhatsApp. Aunque los dos primeros recibieron el silencio por respuesta, el presidente Josep Maria Bartomeu puso mucha atención a la propuesta. En el tercero, el directivo Jordi Moix contestó que no veía con buenos ojos esa opción.

La argumentación de Teixidor, quien un año y medio después se convertiría en la primera secretaria de la historia del Barcelona, fue que de esa manera el club no sufriría una sanción económica y una pérdida de puntos por negarse a disputar el encuentro y, a la vez, se evidenciaría la excepcionalidad de lo que estaba sucediendo en Cataluña.

“El mensaje de Teixidor es clave porque hasta ese momento nadie había propuesto jugar a puerta cerrada. A partir de entonces, Bartomeu se dio cuenta de que existía esa opción y otros directivos, como el vicepresidente social Jordi Cardoner, el vicepresidente deportivo Jordi Mestre y los vocales Joan Bladé, Emili Rousaud y Josep Ramon Vidal-Abarca se acabaron subiendo al carro aunque en un principio habían obviado la idea de Teixidor”, explica Soldevila a EFE.

De todas maneras, la historia estuvo a punto de ser muy diferente. De hecho, minutos antes del comunicado oficial Bartomeu bajó a los vestuarios acompañado por Jordi Mestre mientras el vicepresidente institucional Carles Vilarrubí y el jefe de comunicación Toni Ruiz redactaban un primer comunicado, este explicando que no se disputaría el partido, con la intención de informar a los jugadores de la decisión tomada. La Comisión Delegada, reunida en el Camp Nou sin que lo supieran el resto de directivos, acababa de decidir que el partido se suspendería porque no se podían correr riesgos, tal y como comunicó Bartomeu a sus compañeros sin especificar en qué consistían esos riesgos.

Pero por mayoría, los jugadores (tan solo Piqué y Sergi Roberto se decantaron por no jugar) y Ernesto Valverde estuvieron de acuerdo en saltar al terreno de juego para medirse al Las Palmas y no perder los seis puntos (tres por no presentarse más tres de sanción) con los que les amenazó el presidente de LaLiga Javier Tebas si no conseguían un informe de los Mossos d’Esquadra, el cual nunca se escribió, en el que se asegurara que el partido no se podía celebrar por razones de seguridad.

Primer comunicado

“Si alguien tiene acceso al primer comunicado que se había preparado, el que anunciaba la suspensión del partido, que lo publique. Lo que a mí me han explicado es que era un comunicado muy políticamente posicionado, palmario, criticando al Estado y poniéndose totalmente al lado de los votantes del 1 de octubre”, desvela el periodista. Y Bartomeu cambió de idea.

La decisión final de jugar comportaría las dimisiones inmediatas de dos directivos, Carles Vilarrubí y Jordi Monés. Y pudieron ser más.

“Xavier Vilajoana también se planteó la dimisión porque pensaba que se estaba menospreciando a los directivos no citados. No era consciente entonces de que Bartomeu estaba recibiendo múltiples presiones”, dice. l