El Celta B puso ayer fin a un racha de diez jornadas consecutivas sin lograr una sola victoria y, como no podía ser de otra forma, lo hizo sufriendo, con un Fuenlabrada que apretó en los minutos finales.
El equipo entrenado por Rubén Albés no tardó demasiado tiempo en romper la igualdad inicial. Se llevaban cuatro minutos de encuentro, con los dos equipos tratando de buscar su sitio sobre el terreno de juego, cuando el balón llegó al área del conjunto madrileño. Nadie era capaz de controlar el esférico, ni los madrileños sacarlo fuera del área, ni los vigueses recuperarlo para disparar a puerta. Pero el balón llegó a las inmediaciones del defensa central Diego Alende, que de un potente disparo metió el balón en el segundo palo, haciendo inútil la estirada de Biel Ribas.