El Surne Bilbao Basket sumó este sábado su primera victoria a domicilio de la temporada en la pista del Monbus Obradoiro (91-96), para alargar su gran momento de forma y alejarse de la zona de descenso, en la que seguirá metido el equipo gallego, que además pierde el “basket average” particular con el conjunto vasco.

Liderado por Ludde Hakanson y Jeff Withey, el conjunto dirigido por Álex Mumbrú dominó durante casi todo el encuentro, aunque su rival llegó a voltear al marcador en el último cuarto (84-83, min.36).

No obstante, las pérdidas de balón y los errores de lanzamiento en posiciones cómodas en los minutos decisivos condenaron al Obradoiro, incapaz de encontrar al canadiense Kassius Robertson en sus últimos ataques.

Al equipo gallego le costó entrar en el partido. Su escasa intensidad defensiva facilitó el juego ofensivo del Bilbao, que no tardó en distanciarse. Los de Mumbrú estaban cómodos imprimiendo un ritmo alto a su juego, y Moncho Fernández pidió tiempo muerto para frenar la sangría: Bilbao firmó 15 puntos en los primeros cinco minutos del segundo cuarto (30-42, min.15).

La bronca del técnico santiagués reactivó al Obradoiro, que se enchufó en defensa. Y en ataque aparecieron Hobbs y Robertson. Entre ambos lideraron la reacción gallega con un parcial 10-0 que obligó a Mumbrú a parar el choque.

El Obradoiro hacía la goma, pero era incapaz de culminar su remontada. El duelo se había convertido en un festival de triples. Robertson apareció de nuevo, y su equipo igualó (72-72) antes de que Hakanson oxigenara a los suyos con cinco puntos seguidos.

El acierto que estaban teniendo ambos equipos desapareció en el último cuarto. Los errores se multiplicaron. También los fallos bajo aro. Obradoiro lo aprovechó para tomar el mando -no lo hacía desde el primer cuarto- pero Rafa Luz, tras un rebote ofensivo, castigó a su ex equipo con un triple (86-90).

La igualdad era máxima (89-92). Bilbao apostó por defender sin falta, y la táctica de Mumbrú resultó decisiva porque un nuevo error del lituano Birutis en el último cuarto allanó el triunfo bilbaíno.