La selección española de waterpolo comenzó el año de la mejor manera posible y se alzó con el triunfo en la División 1 de la Copa del Mundo, tras imponerse este domingo por 9-15 a la de Hungría en una final en la que los de David Martín desarbolaron por completo al conjunto magiar (2-8) en los dos primeros cuartos con una espectacular defensa.

Un sensacional trabajo defensivo en el que jugó un papel fundamental el guardameta Unai Aguirre, que cerró los dos primeros parciales con un estratosférico 77 por ciento de paradas, tras detener siete de los nueve lanzamientos que intentó el equipo húngaro.

Paradas que secaron por completo a una Hungría que si por algo había destacado en este torneo era por su capacidad anotadora, tal y como demostraban los veintiún tantos (21-10) que los magiares firmaron ante Georgia en los cuartos de final y los veinte que anotaron ante Grecia (20-10) en las semifinales.

Cifras que asustarían a cualquiera, pero no al conjunto español, que como destacó el seleccionador David Martín no había dejado de crecer en la parcela defensiva desde el arranque del campeonato.

“Estamos defendiendo como un equipo. Hay ayudas, hay bloqueos y además Unai -Aguirre- está haciendo un gran torneo”, señaló David Martín en la previa de la final.

Pero si España brilló en defensa ante Montenegro en las semifinales, este domingo ante Hungría rozó la perfección en los dos primeros cuartos, en los que pareció empeñada en demostrar que la derrota (11-12) encajada ante los magiares en al primera jornada fue un mero accidente.

El conjunto español, vigente campeón de Europa, no sólo destacó en defensa, sino también ataque, liderado por un espectacular Álvaro Granados, autor de ocho dianas, tras errar tan sólo dos lanzamientos en todo el encuentro.

Tantos que unidos a las paradas de Aguirre permitieron a España dejar sentenciada la final (2-8) a la conclusión de los dos primeros cuartos, lo que no aplacó la voracidad de los de David Martín, que a tres minutos para la conclusión del tercer parcial contaban con una renta de ocho goles (2-10)

Un contundente marcador con el que España, bronce en el pasado Mundial de Doha, pareció dar por concluida la contienda, lo que no desaprovechó Hungría para maquillar el marcador como reflejó el 9-15 final.

Triunfo que España tratará de revalidar el próximo mes de abril en la Superfinal de la Copa del Mundo en la que participarán además de los seis primeros clasificados de la División 1 -España, Hungría, Grecia, Montenegro, Croacia y Japón- los dos mejore de la División 2 -Países Bajos y Alemania-.