Siete goleadores diferentes para acabar con la todopoderosa Hungría, nueve veces campeona olímpica, y sumar la segunda victoria consecutiva en el torneo masculino que acerca a España a los cuartos de final tras ganar por 10-7.

Fue el qué, ante un equipo de leyenda, pero también el cómo. Funcionó la defensa y dejó en siete tantos a los 'magyares', lució Unai Aguirre, y el arco, toda la batería de exteriores que respondió con la precisión de un reloj artesanal.

A esta generación de jugadores, campeones del Mundo y de Europa, les falta una medalla olímpica y se superan en cada partido, aunque el camino no haya hecho más que empezar.

No tuvo de salida España opciones en el juego interior ante el físico de los húngaros, y los de David Martín plantearon el partido buscando la calidad de sus lanzadores. Y funcionó, entre Alberto Munárriz y Bernat Sanahuja se encargaron de establecer las primeras ventajas (2-0).

Unai Aguirre cerró la portería y detuvo los primeros cuatro lanzamientos de los 'magyares' y solo un despiste en la tercera superioridad permitió a los centroeuropeos recortar diferencias por medio de Angyal (2-1).

Equilibraron 2-2 los húngaros en el segundo cuarto por medio de Vigvari, el nuevo jugador del Barceloneta. Sergi Cabanas, en una acción de gran calidad, volvió a poner en ventaja a los suyos y Zalanki empató (3-3), la última vez que Hungría equilibró el partido.

En una acción de pillería y a un segundo del descanso, Felipe Perrone, el eterno capitán español, le puso el balón a Marc Larumbe para el 4-3 en otra acción de hombre de más.

España estaba sólida atrás y sin dudas arriba. Unai Aguirre, con grandes destellos, le da tranquilidad al equipo y en ataque seguían luciendo los lanzadores.

Munárriz puso el 5-3 y Angyal, en una jugada que requirió la entrada del VAR, descontó (5-4). En casi veinte minutos de juego, España iba por delante, pero uno de sus mejores jugadores, no había hecho acto de presencia en ataque.

Hasta que lo hizo. Álvaro Granados puso el 6-4 al transformar un penalti y el 7-4 en un disparo imparable para darle la máxima a los de Martín.

Cuando todo parecía encarado, con Hungría frenada, los 'magyares' se inventaron dos grandes acciones para meterse en el partido (7-6), pero Miguel de Toro anotó el 8-6 tras una rápida puesta en acción tras una superioridad, uno de las facetas del juego en la que España estuvo hoy mejor.

Una maravillosa asistencia de Sanahuja a Famera abrió el cuarto final (9-6) y a pesar del gol de Manherz, Marc Larumbe, en una acción imposible, puso el 10-7 y la tranquilidad.

España lleva dos victorias en dos partidos y el próximo compromiso es contra Serbia. Los de David Martín van muy en serio.