Sufría Carlos Alcaraz en el segundo set con todo en contra, con el ánimo tocado, con un Daniil Medvedev imperial y con la defensa del título cada vez más lejos. Y entonces se escuchó el rugido del Arthur Ashe Stadium, que se volcó por completo con su vigente campeón y con un prodigio del tenis del que se ha enamorado sin remedio.
Alcaraz dijo adiós este viernes al sueño de la doble corona en el Abierto de Estados Unidos (algo que no ha conseguido nadie desde Roger Federer de 2004 a 2008) al caer eliminado frente a un Medvedev que se jugará el título el domingo contra Novak Djokovic.
Pero de lo que no se ha despedido el español es del cariño de la afición neoyorquina, que ha abrazado a este genio del tenis de solo 20 años casi como si fuera un tenista 'de los suyos'.
Es habitual (y comprensible) que la afición del Abierto de EE.UU., ruidosa y bulliciosa como ninguna en el circuito, anime a los estadounidenses en la pista frente a los rivales llegados de cualquier lado del planeta.
Sin embargo, los fans neoyorquinos han acogido también entre sus brazos a un muchacho de El Palmar, con la sonrisa siempre en la cara y un cohete en el brazo derecho, que en 2022 se coronó con solo 19 años en la pista de tenis más grande del mundo.
Hasta ahora le habían acompañado en sus aplastantes victorias y en sus impresionantes gestas, como aquel inolvidable encuentro de cuartos de final del año pasado que acabó casi a las tres de la mañana tras cinco horas de feroz y apasionante batalla contra el italiano Jannik Sinner.
Pero esta vez les tocó algo diferente: darle la mano a Alcaraz, levantarle del suelo y consolarle en la derrota.
"El público estuvo increíble, una vez más. La energía, el amor que recibo no solo hoy, sino desde el primer partido. Tras perder los dos primeros sets, ellos crecieron para que aumentara mi nivel, para que siguiera ahí y para que tuviera una oportunidad de remontar", comentó Alcaraz esta noche en una rueda de prensa.
"El último juego fue increíble de la afición hacia mí. Quiero decir, casi no podía escuchar nada más que los gritos. Fue una locura y es algo que no voy a olvidar aunque perdí", agregó.
Tras ceder el primer set en el 'tie break', Alcaraz entró, según sus propias palabras, en una "desconexión mental" que le hizo perder la segunda manga con un incontestable 6-1.
Pero fue justamente en ese segundo set en el que el público de Nueva York se levantó en varias ocasiones para lanzar ánimos y mensajes de apoyo a Alcaraz, por ejemplo cuando tenía que afrontar bolas de 'break' en contra frente a Medvedev.
El ruso, en clara minoría en cuanto a apoyos en la grada, también se mostró encantado respecto al vibrante ambiente en el estadio.
Pero con su habitual ironía, Medvedev también habló de su pique con los fans, especialmente cuando sacaba para ganarle a Alcaraz en el cuarto set y se escuchaban gritos entre su primer y su segundo servicio.
"El público estuvo increíble hoy. Absolutamente increíble, lo digo de verdad (...). Lo único es que había mil españoles que con 5-3 (en el cuarto set) empezaron a gritar entre mi primer y segundo servicio. Eso no estaba tan bien. Pero supongo que estaban desesperados. Así que estoy feliz de que no les ayudara. Ahora se pueden ir a dormir", dijo con tono sarcástico.
Alcaraz ha asegurado en varias ocasiones que en el Arthur Ashe Stadium se siente como en su "casa", no tiene problema en ponerse a cantar delante de miles de personas (como hizo con "Vagabundo" de Sebastián Yatra) e intenta dar siempre "show" con su tenis a una ciudad como Nueva York fascinada por las estrellas y el entretenimiento.
Esta noche no pudo ofrecer un triunfo a sus fans neoyorquinos, que se quedaron suspirando y con la miel en los labios por una final antológica entre Alcaraz y Djokovic.
Pero seguro que al año que viene vuelven a caminar a su lado, ya sea en la victoria o en la derrota.