Paso atrás de los vigentes campeones del mundo de K4 500, el betanceiro Carlos Arévalo, el ilerdense Saúl Craviotto, el mallorquín Marcus Cooper y el cangués Rodrigo Germade, que este viernes se colgaron la medalla de plata en la Copa de Mundo de Szeged (Hungría).
El cuarteto español paró el crono en 1:22.64, sólo 16 milésimas después que el lituano, formado por Simonas Maldonis, Mindaugas Maldonis, Ignas Navakauskas y Arturas Seja. Completó el podio Alemania, a 33 centésimas.
Sí subió a lo más alto de podio una gallega, Antía Jácome, que junto con la madrileña María Corbera ganaron la final de C2 200. La subcampeonas de Europa en 2022 pararon el crono en 44.46, por 44.77 de las chinas Shuai Changwen y Wenjun Lin.
La pontevedresa y la madrileña también disputaron la final de C1 200, en la que Jácome se colgó la segunda medalla de la jornada al hacerse con el bronce, a 84 centésimas de la cubana Yarisleidis Duboys, que se impuso con 45.99, seguida de la canadiense Katie Vincet (46.10). Corbera acabó sexta posición (48.19).
La cuarta medalla para la delegación española fue la plata para el K4 500 femenino, formado por las asturianas Sara Ouzande y Estefanía Fernández y las gallegas Carolina García y Teresa Portela, que cruzaron la meta a 29 centésimas del cuarteto chino. El bronce fue para Nueva Zelanda.
Hubo una quinta, también gallega, en la modalidad VL21 200, donde David González fue superado por el australiano Benjamin Sainsbury y superó en un apretado final al chileno Robinson Méndez.
Adrián del Río concluyó quinto en la final de K1 500, con un registro de 1:43.76, a casi dos segundos y medio del ganador, el portugués Fernando Pimenta. Completaron el podio el sudafricano Jean van der Westhuyzen y el alemán Anton Winkelmann.