El fado es la expresión más internacionalmente conocida de los portugueses a través de la música. Su temática principal es la melancolía y la nostalgia, pero especialmente el fatalismo y la frustración. Estas dos últimas van unidas a la experiencia del Liceo con sus rivales portugueses en competición europea, puesto que hace casi diez años y veinte partidos que no es capaz de salir vencedor. Este jueves, el equipo de Juan Copa tiene la mejor oportunidad en mucho tiempo para poner punto final al fado verdiblanco.
El Liceo se ha medido en 76 ocasiones a conjuntos del país vecino en competiciones continentales. El balance está prácticamente equilibrado, con 31 triunfos coruñeses y 32 para los portugueses, por 13 empates. Tres de esas igualadas se deshicieron en tandas de penaltis que favorecieron en su totalidad al equipo herculino.
El balance de encuentros en el Palacio de los Deportes de Riazor sí beneficia al Liceo. Los verdiblancos triunfaron en 19 de los 35 envites, por 6 empates y 10 éxitos lusos.
El primer choque entre liceístas y portugueses data del 4 de junio de 1983. El Liceo recibió al Oporto en el encuentro de ida de semifinales de la Recopa de Europa, torneo que disputó después de lograr el primer título nacional de su historia, la Copa del Rey de 1982, en la que batió en la final, disputada en Alcoi, al Reus Deportiu (8-5). Tras eliminar en octavos de final al RESG Walsum alemán, el equipo dirigido por José Manuel Campos se impuso por 5-4 al conjunto blanquiazul, con dobletes de Areces y Garriga y un tanto de Mario Rubio. Vítor Hugo y Fana, también con sendos dobletes, marcaron los tantos portugueses.
Ese resultado marcó el inicio de una etapa exitosa para la formación coruñesa en cuanto a los cruces con adversarios lusos. A los conjuntos del país vecino les costó mucho lograr su primera victoria en Riazor. No lo consiguieron hasta su decimotercera visita, el 25 de enero de 2003 en la segunda jornada del Grupo A de la Liga Europea. También fue el Oporto el protagonista, esta vez por derrotar al Liceo por 3-4. Hasta entonces se habían registrado diez victorias liceístas —cinco ante el Oporto, dos ante el Barcelos y una ante Sporting, Paço d’Arcos y Vitória de Barcelinhos— y dos empates, ambos contra el Benfica.
Sin embargo, la tendencia ha cambiado radicalmente en los últimos años. El Liceo acumula diez visitas consecutivas de equipos portugueses sin conocer el triunfo, con un balance de seis derrotas —tres ante el Oliveirense y una ante Benfica, Sporting de Lisboa y Barcelos— y cuatro empates —dos frente al Benfica y uno ante el Sporting y el Oliveirense—.
Para encontrar el último éxito verdiblanco ante un rival portugués hay que volver hacia atrás en el tiempo casi diez años. El 12 de diciembre de 2015, el Liceo se impuso por 5-3 al Oliveirense en partido correspondiente a la 4ª jornada del Grupo D de la Liga Europea. Aquel día, Pau Bargalló anotó tres tantos para el Liceo, que completó su marcador con dianas de Jordi Bargalló y Josep Lamas. Por el Oliveirense anotaron el argentino Martín Montivero (2) y el español Albert Casanovas.
Ese partido también es la última victoria liceísta ante un rival luso en cualquier cancha, que eleva la racha a 20 encuentros sin triunfo coruñés.
El balance desde aquella victoria verdiblanca frente al poderoso conjunto de Oliveira de Azemeis se reduce a 7 empates y 13 derrotas.
El Liceo espera el jueves (20.30 horas) al Valongo en Riazor. La buena dinámica verdiblanca en el campeonato nacional —tres victorias consecutivas encajando un solo gol en total— y el 3-3 de la ida en cancha lusa son motivos suficientes para ser optimistas. También el hecho de que el Valongo, que cayó por 8-3 en su única visita a Riazor, en 2014, y que marcha octavo en el campeonato portugués, sea la menos fuerte de las cinco formaciones lusas de la WSE Champions League.