Jon Rahm abrió el jueves su Masters de Augusta con un doble ‘bogey’ en el primer hoyo. Era el peor comienzo posible, pero no perdió la calma en ningún momento, ni durante los días de tormenta que marcaron el torneo, y el domingo colocó su nombre en la historia del golf mundial al ponerse por primera vez la icónica chaqueta verde.
El León de Barrika se convirtió a sus 28 años en el cuarto español capaz de ganar el Masters de Augusta, tras Seve Ballesteros, doble campeón (1980 y 1983), José María Olazábal (1994 y 1999) y Sergio García (2017).
Se vistió de verde en uno de los escenarios más gloriosos de la historia del golf y luce ya dos ‘majors’ en su palmarés, tras el Abierto de Estados Unidos que conquistó en 2021.
Agrandó su legado al convertirse en el segundo golfista español capaz de ganar dos ‘grandes’ distintos, tras Ballesteros (Masters y British Open) y lo hizo en un día especial para España, el mismo que Seve habría cumplido 66 años.
“No sé dónde estaría sin él. Ganar el Masters en el 40 aniversario de su victoria, en su cumpleaños, en el domingo de Pascua, es increíblemente importante para mí”, afirmó Rahm en al ceremonia de entrega de la chaqueta verde de campeón. “Sé que Ballesteros me animaba hoy”, agregó.
Fueron cuatro días inolvidables para Rahm, que arrancó con un doble ‘bogey’ la primera vuelta, sin que eso le afectara lo más mínimo. Su reacción fue contundente e histórica.
Acabó el primer día como colíder con un siete bajo par, la mejor ronda de la historia del Masters tras comenzar con un doble error. Preguntado sobre cómo hizo para mantener la calma, Rahm consideró que a veces empezar mal te “relaja”.
“Hay veces que sí hace que te relajes entre comillas. Ya has cometido un error y un poco te relaja. Ya hay que remontar y punto. Siempre he considerado que si estás en la calle del siete y estás alrededor del par, es un gran comienzo de una vuelta”, arguyó Rahm.
“Los primeros hoyos no son fáciles, se pueden hacer ‘birdies’ pero no está garantizado. Tras los ‘birdies’ del dos y del tres estando al par en el siete estaba perfectamente contento, lo hubiese firmado, me pones ahí y estoy bien”, agregó.
Es un nuevo ejemplo de la fortaleza mental de Rahm, que se sobrepuso a una segunda y tercera ronda muy complicadas, marcadas por largas interrupciones a causa de la lluvia y el viento.
Tuvo que terminar la tercera ronda el domingo y encaró la cuarta a dos golpes de Koepka. Jugó un golf inteligente y sólido para remontar poco a poco hasta tomar el mando. No volvería a cometer errores. Lo primero que hizo tras coronarse campeón fue abrazar a su mujer y a sus dos hijos, Kepa (2021) y Eneko (2022).
Su triunfo fue acompañado por su ‘caddy’ Adam Hayes, con el que trabaja desde 2016.
“Él quiere ganar tanto como yo y esa es la belleza y la importancia del equipo que formamos”, aseguró Rahm, el nuevo ‘maestro’ de Augusta.