La gimnasia rítmica española se juega esta semana en casa, en Valencia, dos plazas olímpicas individuales en los campeonatos del mundo que se inaugurarán este miércoles y que, en ausencia de Rusia, tienen a las gimnastas de Bulgaria, Italia e Israel entre las favoritas.

En la modalidad de conjuntos España ya tiene el billete olímpico asegurado y el gran reto será aprovechar la ocasión de competir como local para afianzarse entre los mejores y apuntar a un podio mundial que sea el trampolín para una nueva medalla olímpica, tras el oro de 1996 y la plata de 2016.

Polina Berezina y Alba Bautista, octava y decimoséptima en los últimos Europeos, tienen que terminar el jueves entre las 14 primeras de la ronda de clasificación -sin contar una plaza de Italia, una de Bulgaria y otra de Alemania, ya concedidas- para ganarse un sitio en los Juegos de París, después de una edición, la de Tokio 2020, en la que la gimnasia rítmica española no tuvo representación. El reto es muy exigente, pero al menos una plaza, si no las dos, entra en los cálculos de la seleccionadora Alejandra Quereda.

Berezina y Bautista “forman sin duda el equipo más competitivo que ha habido en muchísimo tiempo”, opina la subcampeona olímpica en 2016.

“Creemos que con el trabajo que se está haciendo y con la calidad y el nivel de ejercicios que tienen, si ellas compiten sin errores, es un objetivo alcanzable. Seguimos soñando y vamos a seguir esforzándonos al máximo. Creo que por nivel y, viendo cómo está el resto de competidoras, obtener las dos plazas es un objetivo alcanzable”, dijo Quereda a EFE antes del Mundial.

Berezina, nacida hace 25 años en Rusia pero residente en España (Guardamar de Segura, Alicante) desde los tres años, se incorporó al CAR de Madrid en 2016, con 18 años, y en los últimos meses su evolución ha sido enorme. El octavo lugar en el Europeo fue un resultado sobresaliente que ha servido de estímulo para una gimnasta muy trabajadora y que es consciente de que la presión será “muchísima”.

“En casa, con nuestra familia y nuestro público, las oportunidades están ahí y nosotras las tenemos que aprovechar y darlo todo. Espero que ese sueño para España se va a cumplir”, señala la competidora.

Alba Bautista, que por edad (21 años) podría permitirse pensar más en el siguiente ciclo olímpico, se niega a hacerlo sin dejarse antes la piel en el intento de competir en París 2024.

“Si voy a Valencia es para buscar plaza para los Juegos. Lo tengo claro”, aseguró con firmeza. “Para nada es fácil, pero hay que hacerlo y hay que hacerlo bien, no se puede fallar”.

Las gimnastas individuales competirán el miércoles en aro y pelota y el jueves en mazas y cinta. Cada día se decidirán las medallas de esos aparatos. Y la suma, el jueves, de las tres mejores notas de las cuatro de cada gimnasta dará la lista de las 18 finalistas individuales y de las 14 plazas olímpicas.

Las vigentes campeonas mundial, la italiana Sofia Raffaeli, y europea, la búlgara Boryana Kaleyn, son las grandes favoritas al oro absoluto en la final del sábado. Cuentan asimismo la también búlgara Stiliana Nikolova y la alemana Darja Varfolomeev, en unos Mundiales de claro predominio europeo.

En la final se suman las cuatro notas, sin descartar ninguna.

En la edición de 2022 el podio mundial absoluto lo conformaron Raffaeli, Varfolomeev y Nikolova, por ese orden.

La Federación Internacional (FIG) sigue analizando la posible readmisión de los competidores rusos en sus distintas competiciones y en Valencia pesará mucho su ausencia, pues antes de las sanciones por la guerra de Ucrania las gimnastas rusas ganaron diez títulos mundiales consecutivos.

LA COMPETICIÓN DE CONJUNTOS, UNA OPORTUNIDAD PARA ESPAÑA

Los conjuntos entrarán en faena directamente en la final del viernes, en la que presentarán un ejercicio con cinco aros y otro con tres cintas y dos pelotas.

El conjunto español lo forman Ana Arnau, Inés Bergua, Mireia Martínez, Patricia Pérez y Salma Solaún, que una vez liberadas de la presión de obtener la plaza olímpica podrán centrarse en aspirar al podio mundial. El año pasado fueron bronce por detrás de Bulgaria e Israel, los tres conjuntos que se clasificaron así para París 2024. Otros cinco lograrán su plaza en Valencia.

El conjunto francés está dirigido por las exentrenadoras españolas Anna Baranova y Sandra Bayón, que condujeron a España a la plata en Río 2016. Francia no se clasifica para los Juegos en la modalidad de conjuntos desde la edición de Sídney 2000, por lo que lograrlo ahora sería una prueba más de la buena mano del tándem de técnicas españolas.