El esloveno Tadej Pogacar (UAE) sentenció el Giro de Italia con una nueva exhibición en solitario y vestido de rosa en la vigésima etapa, disputada entre Alpago y Bassano del Grappa, de 184 kilómetros, en la que ofreció un festival de poderío que simbolizó su debut en la carrera rosa.
Pogacar (Komenda, 25 años) llegará a Roma vestido de rosa en su primera experiencia en el Giro. A falta del trámite de la última etapa, el esloveno quiso rematar su supremacía con su sexto triunfo, el quinto en solitario y vestido de rosa. Esta vez con un ataque incontestable en la segunda subida al Monte Grappa.
Se presentó en meta eufórico, saludando al público, feliz, con un tiempo de 4h.58.23, a una media de 37 km/hora. Tras saludar a su novia, levantó la bicicleta rosa, celebrando ya de hecho su primer Giro de Italia.
Sus rivales, una vez más doblaron la rodilla. Un grupo con los colombianos Daniel Felipe Martínez y Einer Rubio, el galés Geraint Thomas, el australiano O'Connor y el italiano y mejor joven del Giro Antonio Tiberi, llegó a 2.07 minutos del ganador.
Decidida la foto final del Giro de Italia. Pogacar subirá a la cota más alta, auténtico emperador de la carrera, escoltado por Daniel Felipe Martínez y Thomas, ambos a más de 10 minutos.
Última oportunidad para los escaladores y todos aquellos con ambiciones pendientes en los puestos secundarios de la general y clasificaciones anexas. El Monte Grappa (1a, 18,1 km al 8,1 por ciento), en la inmediaciones de Bassano, sería el juez. Otro aliciente previo era saber si Pogacar, cerca de Eslovenia y aclamado por sus seguidores, iba a rematar el Giro con la sexta victoria parcial.
Bajo la lluvia se formó una fuga de 11 corredores, entre ellos los protagonistas de la etapa anterior en Sappada, el italiano Vendrame y la revelación española, Pelayo Sánchez, quien se apunta a todas. La aventura se filtró en la primera subida al Monte Grappa, atestado de aficionados ilusionados por ver el paso del Giro.
Un escenario símbolo de las dos Guerras Mundiales, en cuya cumbre se erigió un monumento a la Madonna del Grappa y un osario con restos de soldados caídos en la contienda bélica. En ese entorno hubo pelea por el dominio de la última batalla del Giro 2024.
Un quinteto en cabeza, incluido Pelayo, empezó a ver cómo la renta se reducía respecto al pelotón de la maglia rosa, en el que el UAE iba poniendo orden, pero las huestes de Pogacar no terminaban de echar abajo la aventura del español y compañía.
Pelayo y Tonelli dejaron la compañía del belga Janssens, pero se les juntó otro joven revolucionario, Giulio Pellizzari, interesado en sumar puntos en la cima para ser segundo en la general de la montaña. Eso fue lo que hizo, pasó en cabeza, puntuó y luego hizo el descenso con el español a rueda.
El grupo de Pogacar coronó el primer paso por el Grappa a un minuto. Parecía que la caza era inminente, pero Pellizzari y Pelayo se empeñaron en resistir, de manera que comenzaron a subir de nuevo el Grappa en su segundo asalto.
Pellizzari, una joya de 20 años, terminó por fundir a Pelayo en las primeras rampas del puerto y el asturiano, ganador de etapa en este Giro, fue devorado por un pelotón principal que dirigía todavía el UAE a 2.30 minutos y a 45 km de meta.
Uno contra todos, pero objetivo imposible. El UAE puso un ritmo no apto para todos. Los hombres de Pogacar redujeron el grupo a 15 corredores, entre ellos se hundió Geraint Thomas, que cumplía 38 años en la jornada, hasta que llegó el momento clave.
Ese momento lo firmó Pogacar con un ataque fulminante a 36 km de meta y 5 para la cima del Grappa. Locura entre los miles de eslovenos que se dejaron notar con sus banderas en las cunetas. Una especie de homenaje para la afición del inminente ganador del Giro.
Pogacar cazó a su amigo Pellizzari. De haber tenido fuerzas el italiano tal vez hubiera disfrutado de opciones en Bassano como ganador de etapa, pero no las tuvo. Le sobraron al esloveno, implacable, decidido a firmar su sexta victoria.
La maglia rosa pasó la cima con 1.52 sobre los rivales inmediatos, Pellizzari, Tiberi, Dani Martínez y Einer Rubio, y 2.11 sobre Thomas. La etapa estaba resuelta a falta de un descenso que Pogacar solventó con seguridad y margen como para no asumir demasiados riesgos.
Poderío del líder, sobrado de principio a fin. Ese ataque, esa manera de marcharse en solitario y ese modo de rematar fue un episodio más del dominio que ha simbolizado todo el Giro. Se llevó la Volta a Cataluña ganando 4 etapas de 7, y en el Giro ha firmado 6, 5 de ellas en solitario y vestido de rosa. Maneras de ganar.
Este domingo concluye la carrera rosa con la disputa de la vigésima etapa, con salida y meta en Roma después de 125 kilómetros. Jornada de fiesta y homenaje al emperador del Giro, Tadej Pogacar.