El italiano Jonatan Milan se impuso este viernes al esprint en la decimotercera etapa del Giro de Italia, en una jornada totalmente llana de 179 kilómetros por la Llanura Padana, entre Riccione y Cento, que mantiene igualmente al esloveno Tadej Pogacar como líder.
Milan, un experto y ya un habitual en los grandes esprints, portador de la 'Maglia Ciclamino' (líder de la clasificación por puntos) cruzó la meta tras poco más de 4 horas.
Después de la épica del francés Julian Alaphilippe (Soudal Quick-Step) en la pasada etapa, donde culminó una escapada de 150 kilómetros, llegó una etapa totalmente llana sobre un recorrido de 179 kilómetros por la Llanura Padana entre Riccione y Cento, lo que dejó prever desde el inicio un desenlace al esprint.
Y es que eran apenas 150 metros de desnivel en todo el recorrido, sin sobresaltos y sin dificultades, preparado para que la bestia Milan volviera a pelear por una victoria.
No asustó esa posibilidad ni a ni Alessandro Tonelli (Bardiani), ni a Andrea Pietrobon (Polti-Kometa) , ni a Manuele Tarozzi (Bardiani), que se aventuraron en una escapada destinada al fracaso pero que llegó a tener hasta 2 minutos y 15 segundos de ventaja sobre el pelotón, en el que de vez en cuando se formaron abanicos entre los equipos para proteger a sus velocistas, preparándoles para lo que todos sabían iba a ser un desenlace con volata.
La aventura del trío italiano escapado acabó a falta de 53 kilómetros, pero no terminaron ahí los intentos de dar una sorpresa para evitar el 'show' de los velocistas.
Porque en los últimos kilómetros, De Pooter y Marcellusi aceleraron y se colocaron a 30 segundos de un pelotón que sufrió varias pérdidas tras una caída colectiva que involucró a 6 ciclistas: Barta, Rubén Fernández, Costiou, Nairo Quintana y David Dekker.
Se descolgó Marcellusi de la fuga en pareja y se quedó al frente, solo ante el peligro, un De Pooter que fue alcanzado a 8 kilómetros del final. La final al esprint era inevitable.
Se fueron colocando los equipos, preparando el hueco para sus especialistas, pero las cámaras y los focos se centraban en el gigante Jonathan Milan, de 193 centímetros, engalanado otra vez con su equipamiento violeta de ciclamino.
Emergió en cambio primero la figura del colombiano Gaviria (Movistar), pero se quedó sin fuelle al poco tiempo. Allí estaba el más esperado para abrirse paso con su agresivo estilo, movimientos de cuello casi lesivos y duras pedaladas.
Otra vez en solitario, otra vez sin rival, con una sensación de superioridad apabullante. Milan firmó su particular triplete. Es el velocista de esta vuelta sin lugar a dudas. No tiene rival en los últimos metros