La selección española de balonmano, con el billete ya asegurado a los cuartos de final, tratará de prolongar este domingo (21:00) su inmaculada trayectoria en el Mundial de Polonia y Suecia con un triunfo sobre Francia que le permitiría acceder a la siguiente ronda como primera de grupo.
Una posición que en cualquier otro momento garantizaría, a priori, al conjunto español un cruce de cuartos más accesible, pero no en esta ocasión dada la entidad del posible rival, previsiblemente Noruega o Alemania, que no se conocerá hasta el lunes.
La misma situación en la que afrontará el duelo el equipo francés, vigente campeón olímpico, que, como España, ya tiene segura su presencia en los cuartos de final y al que un triunfo otorgaría el primer puesto del grupo.
Hecho que resta trascendencia a un duelo que se ha convertido en los últimos años en todo un clásico del balonmano mundial.
“Los partidos entre España y Francia siempre son importantes, pero en esta ocasión será como un buen amistoso, porque gane el que gane los dos equipos ya estamos en cuartos de final y tampoco sabremos con quien nos vamos a enfrentar, por lo que será un partido para trabajar y coger confianza”, señaló el jugador francés Nikola Karabatic.
Una idea con la que coincidió en parte el pivote español Adrià Figueras, que destacó la importancia que tiene para España, un equipo todavía en fase de construcción, cada minuto que pasa sobre la pista, y más ante un rival de la entidad del conjunto francés.
“Es verdad que a nivel de clasificación el partido pierde trascendencia y además tampoco vamos a poder elegir, entre comillas, al rival con el que nos tocará jugar en cuartos, pero para nosotros un partido con Francia siempre es importante y tenemos que aprovechar cada minuto que estamos en la pista para seguir ajustando todos los engranajes del equipo”, explicó Figueras.
Ambos conjuntos intentarán, sin renunciar por ello a la victoria, poner el foco en tratar de acabar el encuentro con las mejores sensaciones posibles y, sobre todo, repartir al máximo los esfuerzos pensando en la lucha por las medallas.
“Está claro que ya llevamos cinco partidos, que hay gente que está tocada y hay que pensar un poquito en todo lo que va a venir a partir de ahora, por lo que habrá que aprovechar el partido para trabajar dentro de la pista, pero también para recuperar a los jugadores”, reconoció el seleccionador español, Jordi Ribera.
Un circunstancia que posiblemente permitirá ver sobre la pista más minutos de los habituales a algunos jugadores, que en el caso de estar la clasificación en juego no tendrían un papel tan protagonista.
No es descartable que tanto Jordi Ribera como el seleccionador francés, Guillaume Gille, que ya dejó fuera de la convocatoria para el pasado encuentro con Irán a Nikola Karabatic y Dika Mem, aquejados de diversas molestias, den descanso a alguna de sus estrellas.
Y es que ni España ni Francia parecen dispuestos a mostrar todas su cartas, en un choque sin incidencia clasificatoria, pensando en la posibilidad de volver a encontrarse posteriormente en el campeonato, algo que sólo ocurriría si los Hispanos y los Experts alcanzan la final.