Cuando se presentan ocasiones como las que atraviesa el deporte coruñés, se suelen utilizar distintos recursos literarios para reclamar sensatez sobre lo que podría suponer lanzar las campanas al vuelo anticipadamente.
Vivencias anteriores hacen que el poso de la incertidumbre se sitúe en un pedacito de todos los coruñeses de bien. Ello no quiere decir que la duda de poder alcanzar la meta suponga el más mínimo retraimiento de la espontaneidad natural.
El fútbol es pasión y esta semana previa hay que saberla vivir. Deportivo y Leyma Coruña pueden hacer de la ciudad herculina una referencia mundial. Aunque suene raro de que un equipo de primera federación pueda armar tanta ilusión social. Pero la realidad es la que es. Ante la victoria lograda en tierras vizcaínas, este Deportivo tiene en sus ‘pies’ el poder superar el primer ‘match ball’ del campeonato. ¡Quién nos lo iba a decir en las primeras fechas del año! La reconversión clasificatoria resultó toda una hemorragia de satisfacción.
Las vivencias pasadas del Club y su afición permiten divisar el horizonte con una gran dosis de experiencia para afrontar este tipo de situaciones. Entiendo, pues, que el equipo no debería mostrarse cicatero a la hora de afrontar el choque ante el filial del Barcelona. Se dieron muestras, de sobra, de que cuando se va hacia adelante hay mucha capacidad para lograr el éxito. En cambio, cuando la racanería es la nota predominante, se permite que los adversarios se crezcan y logren sacar fruto de ello.
Riazor, nuevamente, vivirá una jornada histórica, seguro que será toda una fiesta, batiéndose el récord de asistencia.
Disfruten de estos momentos, que no siempre es posible hacerlo. El deportivismo está más vivo que nunca y se merece una gran alegría. Ya es hora de que esas generaciones de jóvenes que nunca pudieron disfrutar de una vivencia, con el premio gordo de fondo, lo hagan. ¡Qué sea por ellos!.
Un aplauso para el equipo de Inés y sus muchachos. Escucho que es intención, desde el Ayuntamiento, de poner líneas de autobuses para acudir a Riazor el domingo, así como colocar pantallas gigantes para ver los partidos. ¡Por fin se encendió la luz de María Pita! ¡A ver si es el comienzo del sentidiño!
Anticipadamente, el viernes, el Leyma Coruña tiene en sus manos alcanzar la cima del éxito en el mundo del baloncesto nacional. Por experiencia propia, les transmito que, de ser así, cuestión que no dudo, el futuro tendrá una ‘piel’ bien distinta.
Observo como ya comienzan a aparecer los primeros ‘moscardones’, esos que se apuntan a caballo ganador, intentando salir en la foto o sacar provecho de la situación sin hacer nada arriesgado en el intento. Que el Consejo de Administración no se deje amilanar por los aprovechados de turno.
Pero antes de la gloria, queda viajar a Melilla. También es ‘mala leche’ que tocara el peor desplazamiento geográfico para el equipo y sus aficionados. Pero ya se sabe que, ante la adversidad, sólo queda revelarse y hacerle frente.
Finalizo. Veo que los cambios que está realizando el Sr. Rueda en su Gobierno, buscando un salto de calidad, no afecta al mundo del deporte gallego. Como no hay presión externa, el máximo mandatario entiende que los parámetros por donde se mueve son los correctos.
La oposición no se entera o no le interesa ocuparse por incapacidad, pensando que es materia de segundo nivel. Así que el actual responsable del Deporte Galego seguirá siguiéndolo per secula seculorum. Es lo que tiene conformarse con las migajas.
Como siempre un placer.