Llega la sexta jornada, con el Dépor regresando a Riazor para enfrentarse al Burgos. Se ha notado que estamos en la semana de la vuelta a casa. Hubo comparecencias de Lucas y de Yeremay, con un mensaje de tranquilidad y pretendiendo estimular a la afición, un tanto triste, para que esta tarde ayude al equipo a sumar los tres puntos.
Lo que suceda en el campo va a ser una incógnita. A veces, cuando se va con pronósticos nada esperanzadores, sale un partido perfecto y todo se tranquiliza. Ojalá. Pero vamos a ser más realistas y pensar que vamos a sufrir.
La verdad es que el Burgos impone respeto. No es un equipo con mucha historia, pero parece perfectamente adaptado a la categoría de plata. Justo lo que le falta al Dépor. Así que, pase lo que pase, el partido puede ser un buen aprendizaje en esta travesía blanquiazul por la Segunda División.
De todas formas, queremos resultados cuanto antes. La competición es muy larga, pero después de las últimas decepciones cada vez es más necesaria una victoria. Aunque solo sea para ver la situación con más optimismo.
Confiemos en que Idiakez tome las decisiones correctas y que la plantilla ofrezca su versión más acertada. Hacen falta los goles, la salsa de este deporte. La afición está deseando verlos y celebrarlos. A ver si es hoy. Con un Riazor hasta la bandera, todo será menos complicado para un equipo que aspira a mejorar para demostrar su verdadero nivel.