La pasada semana contactaba con ustedes bajo el titular: “Muy preocupado”, motivado por los grandes interrogantes que se me planteaban al analizar los primeros pasos de este Deportivo.
El partido ante el Racing de Ferrol no fue una antología futbolística, ni mucho menos, pero me sirvió para escudriñar el panorama con cierta tranquilidad semanal. Victoria muy importante que genera sentido común analítico. En términos generales, el Dépor fue superior a un cuadro ferrolano que está pagando su periodo de adaptación, debido a los importantes cambios en su plantel. Idiakez decidió comenzar su andadura en este ejercicio dando cobertura a los que le encumbraron la pasada campaña, pero una vez que se cerró el capítulo de fichajes, debe generar, con las nuevas incorporaciones traídas por Fernando Soriano, un enfoque de mayor competitividad.
Queda mucho por ensamblar, pero lo que si se pudo comprobar es que los blanquiazules tienen armas que provocan mucho daño en las defensas rivales. La presencia de Yeremay y Mella, en forma de peligrosos estiletes, genera una inestabilidad que es difícil de contrarrestar.
Dos salidas continuadas a Granada y Córdoba pueden servir como fuente de referencia sobre que equipo tenemos entre manos y su futuro clasificatorio. Aunque en esta segunda división todo puede cambiar 180 grados en menos que canta un gallo.
Fue una nueva fiesta del fútbol gallego con una virtuosa interpretación de nuestro himno, pero también con lado negativo. La buena armonía existente entre aficiones no se vio plasmada en la realización de la tradicional comida de confraternidad entre directivas previa al choque. Paralelamente y viendo el percal que había, la alcaldesa coruñesa, Doña Inés, aprovechó que era su último día de vacaciones oficiales, para ausentarse y no ser anfitriona del presidente de la Xunta (PP) y del alcalde de Ferrol (PP). Vamos… Dando ejemplo al pueblo.
Punto y seguido. Pregunto: ¿cantera blanquiazul?. Un servidor ya no sabe que pensar cuando desde casa Dépor se trata el tema. A mí me está empezando a dar la impresión que todo esto es un montaje publicitario. Puedo hasta entender, que me cuesta, que haya hornadas que no den el nivel para estar en la primera plantilla por la exigencia. Pero lo del Fabril… no tiene nombre. Los jugadores juveniles, en gran mayoría gallegos, que finalizan su etapa, lo tienen realmente imposible para dar el siguiente salto. Sus intermediarios, que los tienen, ya pueden ir buscándoles ubicación.
Cambio de proceso y vuelvo a tocar el tema del Barcelona y el colectivo arbitral comandado por el señor Negreira y sus muchachos. La UCO sigue desgranando actividades de gran calado que me dejan estupefacto. Ya sé que me dirán que las cosas hay que demostrarlas, que incluso siendo así puede ser que prescribieran por el tiempo transcurrido. La justicia tiene su proceso y muchas veces, véase la política actual, es difícil de entender. Todo esto suena tan mal que alguien debería de actuar de forma inmediata. Pero tal cómo está el país, es todo un canto a la ingenuidad.
Finalizo. Sigo y seguiré insistiendo en el tema de la cesión de instalaciones para los entrenamientos de los clubs de fútbol coruñeses a lo largo de la semana. Cada día que pasa el tema es más lamentable, estos días se produjo otra vuelta de tuerca. Unos porque su gestión política es nefasta y otros (los clubs) porque deberían tomar medidas de calado para hacerse notar. Pasan generaciones de jóvenes coruñeses sin poder desarrollar su actividad en condiciones adecuadas.
Como siempre un placer.