Se suele decir que una victoria como la obtenida ante el Cornellá, es de equipo campeón. Partidos que a base de trabajo con pico y pala se sacan adelante. Pero como punto de reflexión, traslado una visión muy particular, en el transcurso de los minutos de juego, fui intuyendo que ya no se fluía con el mismo desparpajo que en anteriores partidos. Y me preocupa que eso sea así, pues entiendo que en esta recta final el equipo que se lleve el gato al agua, será el que juegue con más proyección ofensiva. ¿Porqué no sacarle provecho al magnífico potencial del que se dispone?.
Muchas veces, lo tenemos en la historia, el miedo a perder lo que se tiene entre manos te lleva a bloquearte y en definitiva, al fracaso final. Aquí el técnico tiene mucho que hacer y decir sobre lo que traslada al terreno de juego.
La lucha se va a mantener hasta la última jornada, pues el Barcelona B y Tarragona no ceden en sus pretensiones y obligarán a seguir con la máxima tensión en cada partido que se dispute.
Es la hora de la verdad. A no ser que las acumulaciones individuales por tarjetas hagan daño, se llega fuerte en todos los sentidos. La unión de todos los factores deben hacer que no se altere el producto, es momento de concentrar esfuerzos. Cinco son los partidos a disputar en Riazor y este, nuevamente, debe convertirse en una caldera que lleve al equipo en volandas. No es nada nuevo esta petición de respaldo y seguro que no caerá en saco roto. El domingo se presenta una nueva cita para la gloria.
Cambio de tercio. Agitado se encuentra el mundo del baloncesto gallego masculino. Los dos equipos representativos en la ACB (Obradoiro y Breogan), conjuntamente con el Granada, se encuentran inmersos en la lucha por la supervivencia en la categoría. Lo idóneo sería que ninguno de los dos tuviera la desgracia de caer en el foso, pero todo hace indicar que uno de ellos abandonará el baloncesto profesional. Por otra parte, el Leyma Coruña lidera una alternativa seria para lograr una plaza, su liderazgo en la LEB Oro así lo ratifica. Quedan pocas y apasionantes jornadas. La emoción del baloncesto se mueve en tierras gallegas.
Finalizo. La pasada semana, se vivieron unos lamentables espectáculos de convivencia social en los estadios españoles. Tanto en Getafe como en Sestao se alcanzaron las más altas cotas de la miseria humana. Acuña y su técnico Sánchez Flores por parte sevillista y Cheikh Sair por parte del Rayo Cantabria se vieron sometidos a los improperios racistas de unos mal nacidos. Estaré pendiente de las consecuencias, no deben caer en saco roto.
Como siempre un placer.