A Coruña aspira a ser una de las sedes del Campeonato Mundial de Fútbol del año 2030, en caso de que triunfe la candidatura conjunta de España y Portugal. Para ello sería necesario ampliar la capacidad del estadio, y el ayuntamiento ya anunció un proyecto de reforma con el que se obtendrían las cuarenta mil localidades exigidas por la FIFA.
La historia arquitectónica del Estadio de Riazor ha tenido ya tantas reformas que actualmente no lo reconocería ni el arquitecto que lo parió. Primero la eliminación de la emblemática fachada para levantar en su lugar el Pabellón de los Deportes, suprimiendo también el campo de entrenamiento; a continuación la eliminación de la grada elevada para adaptación del recinto al Mundial 82; mas tarde la construcción de la grada de Pabellón y la eliminación de las pistas y fosos de atletismo para someterse a las exigencias de La Liga y albergar partidos de la Champions; en el 2017 nace el Abanca Riazor con una inversión de diez millones de euros y otra reforma para dotarlo de nuevos asientos vip, retranqueo de los banquillos y reparación de las cubiertas, para convertirlo en la coqueta bombonera actual; y ahora una nueva reforma con ampliación de la Tribuna y de la grada de Maratón. Se desconoce la inversión prevista, pero la del 82 ya había superado los cien millones de pesetas.
¿Y todo esto para qué? La posibilidad de que elijan a nuestra ciudad como una de las sedes del Mundial, es pequeña a mi entender. ¿Desecharán los estadios de ciudades como Zaragoza, Las Palmas o Vigo? Y en caso de salir elegidos, ¿valdrá la pena tanta inversión para ver un partido tipo Camerún-Perú?
Creo que tanto el ayuntamiento como las otras instituciones implicadas deberían reflexionar detenidamente la importancia que esta obra pueda tener después del Mundial. Por desgracia, el Deportivo tardará muchos años en volver a la Champions; la supresión de un carril y la peatonalización de la calle Manuel Murguía parece un despropósito, tanto por las aglomeraciones que allí se producen en los grandes recibimientos al equipo deportivista, como para los usuarios que utilizan el parking de la Casa del Agua. Esta vía es actualmente una de las principales salidas a la AC 14 desde el ‘Pavo Real’, lo que también obligaría a reordenar el tráfico en una zona con gran densidad poblacional por las instalaciones educativas allí existentes.
Mi opinión personal es que esta inversión sería mejor dedicarla a mejorar las actuales instalaciones deportivas municipales e impulsar las nuevas, como las del polideportivo de O Castrillón o las del campo de fútbol de Eirís, y ya no hablemos de una nueva pista de atletismo, tantas veces prometida. ¡Dejemos el estadio como está y reforcemos las instalaciones que utilizan todos los deportistas coruñeses