El Real Club Deportivo cosechó ayer en el UD Almería Stadium su séptima derrota en la presente edición del campeonato liguero de la Segunda División tras la disputa de quince jornadas, la primera de la era Óscar Gilsanz. Las bajas de Yeremay, Lucas Pérez y Mella pesaron demasiado en el equipo coruñés y ello provocó que su fútbol fuese de más a menos a medida que pasaban los minutos llegándose a la conclusión del tiempo reglamentario con un resultado adverso de 2-1 que impidió a los deportivistas conseguir la tercera victoria consecutiva en el torneo.
Los tres goles del partido llegaron en el período inicial, que vino marcado por lo equilibrado que fue. Los dos primeros, el de Edgar para los andaluces y el de Pablo Vázquez para los herculinos, fueron a balón parado. Leo Baptistao hizo en el descuento el que acabó dándole los tres puntos a los locales. Luego, en la segunda parte, el entrenador del Almería, Joan Francesc Ferrer Sicilia ‘Rubi’, supo jugar sus armas y dispuso que sus futbolistas saliesen con una presión alta para dificultar la labor de los vestidos de azul, que unido al asedio a la portería defendida por Helton Leite hizo imposible a la expedición coruñesa traerse algo positivo al término del envite.
Tratar de hacer una lectura de lo sucedido es complicado al tener que medirse el Dépor con la ausencia de varios futbolistas que cuentan con un peso decisivo dentro del equipo a un rival que para muchos es el gran favorito de la categoría. Por ello la pequeña decepción sufrida tras el revés cosechado no debe llevar al pesimismo, y menos ahora que el plantel va cogiendo el ritmo a la competición tras un comienzo titubeante. Los brotes verdes deben empezar a dar el fruto en los próximos enfrentamientos, siendo el primero el de este domingo en Riazor ante el Sporting. ¿Alguien lo duda?