Aferrémonos a ese dicho de que ‘el fútbol es imprevisible’. Y, menos mal, porque si el deporte fuese matemática pura y dura, hoy al Dépor le iba a tocar perder. El equipo coruñés llega en puesto de descenso y después de una dura derrota en Valencia ante el Levante. En cambio, el Racing de Santander comanda con autoridad la categoría de plata, con ocho victorias y habiendo perdido solo un compromiso de los once ya disputados.
Está bien apelar a la magia de Riazor, al apoyo de los aficionados... Pero todos sabemos que va a hacer falta algo más. Lo primero, dar una mejor imagen que la del jueves. Los seguidores deportivistas merecen mucho más que lo visto en el Ciutat de València. Si hace unos días no valía lo de conseguir un punto por jornada, en estos momentos la situación ha empeorado y el equipo ni siquiera llega a esa media. Así que hay que empezar a espabilar.
Da igual que venga a Riazor el líder o el último. Ya se ha cubierto más de la mitad de la primera vuelta y vemos al Dépor en una posición que no nos gusta nada. La reacción tiene que venir cuanto antes.
Hay tiempo, por supuesto, y más en una liga tan igualada. Pero las victorias son necesarias. Los de Idiakez solo han cosechado dos hasta el momento. Tres puntos hoy no servirán de nada si no tienen continuidad. Pero al menos darían un poco más de tranquilidad a un equipo que no acaba de arrancar. Sí, ya lo sé, llega el líder a Riazor. Pero nunca se sabe.